Conflicto ISRAEL - PALESTINA

¡En legítima defensa!

Después de comer, con el sopor provocado por la ingestión de alimentos, la televisión nos sirve las imágenes de la guerra en Oriente Medio. Tres niños, medio desnudos, estirados en la camilla de un hospital, reciben auxilio de los médicos después de haber sido víctimas de los bombardeos israelinos. Ya han muerto más de doscientas personas en el Líbano, explica la corresponsal, y des del asiento nos tenemos que conformar con tragarnos la rabia, la impotencia y las lágrimas.

Sé que la rabia no es buena mediadora de la resolución de conflictos, ni nos guía hacia la verdadera reconciliación. La rabia nos ciega, nos obliga a respirar de manera precipitada y no nos permite razonar con lucidez. La rabia es violenta y la violencia se alimenta de violencia, como está pasando en el Líbano, Israel, Palestina, Irak...

Sé que la impotencia nos limita, nos deja inermes, como si no fuésemos capaces de hacer nada, como si ninguno de nuestros gestos fuera suficiente... Y a veces optamos por no hacerlos, por no salir a la calle, por no hacer una denuncia necesaria, por no condenar a viva voz a los que torturan y matan.

Sé que las lágrimas no nos devuelven a los muertos. Que solamente con lágrimas no podemos evitar que la guerra continúe aplastando la dignidad y los derechos de miles y miles de personas inocentes. Las lágrimas pueden ser un bálsamo contra el dolor, pero no son un antídoto contra el horror.

Pero también creo que la rabia puede ser una buena aliada para la contestación social. Que la rabia controlada puede ser un grito de denuncia necesario para responder a la impotencia y a la mera contemplación. Y las lágrimas, cuando son de verdadera compasión, siempre nos invitan a la acción. No vale apagar la televisión o los oídos para no padecer, para no saber... Hace falta sentir el dolor de los otros y padecer y llorar su muerte, porque si no estamos muriendo en vida con todas las víctimas de la guerra.

Volver a salir a la calle es vital para denunciar la impunidad del gobierno israelino y la pasividad de nuestros gobernantes. Para reivindicar la “legítima defensa” de la Paz.

Mireia Rubio
Baula-Comité Óscar Romero de Santa Margarida de Montbui

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