Confrontaciones en Copenhague. Entrevista a Leonardo Boff.


Fracaso Cambio climático
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Confrontaciones en Copenhague

Leonardo Boff.Teólogo, filósofo e escritor

En Copenhague, en las discusiones sobre las tasas de reducción de los gases productores del cambio climático se enfrentan dos visiones de mundo: la de la mayoría de los que están fuera de la Asamblea, venidos de todas partes del mundo, y la de los pocos que están dentro, que representan a los 192 estados. Estas visiones diferentes están cargadas de consecuencias, significando, en el límite, la garantía o la destrucción de un futuro común.

Los que están dentro, fundamentalmente, reafirman el sistema actual de producción y de consumo, incluso sabiendo que implica sacrificio de la naturaleza y creación de desigualdades sociales. Creen que, con algunas regulaciones y controles, la máquina puede seguir produciendo crecimiento material y ganancias como ocurría antes de la crisis.

Pero hay que denunciar que justamente este sistema es el principal causante del calentamiento global al emitir anualmente 40 mil millones de toneladas de gases contaminantes. Tanto el calentamiento planetario como las perturbaciones de la naturaleza y la injusticia mundial son consideradas como externalidades, es decir, como realidades no intencionadas y que por eso no entran en la contabilidad general de los estados y de las empresas. Lo que cuenta en definitiva es el lucro y tener un PIB positivo.

Pero ocurre que estas externalidades se han vuelto tan amenazantes que están desestabilizando el sistema-Tierra, mostrando el fracaso del modelo económico neoliberal y poniendo en grave peligro el futuro de la especie humana.

No pasa por la cabeza de los representantes de los pueblos que la alternativa sea cambiar a un modo de producción que implique una relación de sinergia con la naturaleza. La sola reducción de las emisiones de carbono manteniendo el mismo pillaje de los recursos es como si pusiéramos un pie en el cuello de alguien y le dijéramos: quiero que seas libre, pero con la condición de que sigas teniendo mi pie en tu cuello.

Precisamos impugnar la filosofía subyacente a esta cosmovisión. Ella desconoce los límites de la Tierra, afirma que el ser humano es esencialmente egoísta y que por eso no puede cambiar, que puede disponer de la naturaleza como quiera, que la competición es natural, que por la selección natural los débiles son engullidos por los más fuertes, y que el mercado es el regulador de toda la vida económica y social.

Por el contrario, reafirmamos que el ser humano es esencialmente cooperativo, porque es un ser social, pero se vuelve egoísta cuando rompe con su propia esencia. Dando centralidad al egoísmo, como hace el sistema del capital, hace imposible una sociedad de rostro humano. Un hecho reciente lo demuestra: en cincuenta años los pobres recibieron 2 billones de dólares de ayuda mientras que los bancos recibieron 18 billones de dólares en un año. No es la competición lo que constituye la dinámica central del universo y de la vida sino la cooperación de todos con todos. Desde que se descubrieron los genes, las bacterias y los virus como principales factores de la evolución, no se puede sostener la selección natural como se hacía antes. Ésta sirvió de base para el darwinismo social. El mercado entregado a su lógica interna enfrenta a todos contra todos y así desgarra el tejido social. Postulamos una sociedad con mercado, no de mercado.

La otra visión, la de los representantes de la sociedad civil mundial, sostiene: la situación de la Tierra y de la Humanidad es tan grave que solamente el principio de cooperación y una nueva relación de sinergia y de respeto hacia la naturaleza podrán salvarnos. Sin eso vamos hacia el abismo que hemos cavado nosotros mismos.

Esa cooperación no es una virtud cualquiera. Es aquella que en otro tiempo nos permitió dejar atrás el mundo animal e inaugurar el mundo humano. Somos esencialmente seres cooperativos y solidarios sin lo cual nos devoramos unos a otros. Por eso la economía debe dar lugar a la ecología. O hacemos este viraje o Gaia puede que continúe sin nosotros.

La forma más inmediata de salvarnos es volver a la ética del cuidado, buscando el trabajo sin explotación, la producción sin contaminación, la competencia sin arrogancia y la solidaridad a partir de los más débiles. Éste es el gran salto que se impone en este momento. A partir de él la Tierra y la Humanidad pueden llegar a un acuerdo que salvará a ambos.

Mafalda - Fracaso Cambio climático

Entrevista a Leonardo Boff
Los rumbos del planeta tierra y del ser humano

Rogéria Araújo, Adital

Las movilizaciones sociales y los alardes sobre los perjuicios que la acción humana viene causando al medio ambiente no fueron suficientes para garantizar la concreción de acuerdos eficaces durante la 15ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambios Climáticos (COP-15), concluida el viernes (18) en Copenhague, Dinamarca.

Los líderes mundiales demostraron una vez más la preferencia por el desarrollo del capital en detrimento de la vida. Aún así, la postura de desdén para con los problemas climáticos del planeta no está paralizando las acciones de la población en su lucha por pequeños cambios. La evidencia dada a la causa ambiental ha servido para generar conciencia y, de a poco, cambiar malos hábitos de consumo. "El lugar más inmediato es comenzar por cada uno", sostiene Leonardo Boff.

En entrevista con ADITAL, el teólogo, filósofo y escritor habla sobre la necesidad de comenzar los cambios en nosotros que van a beneficiar a la Tierra. "Cada uno en su lugar, cada comunidad, cada entidad, en fin, todos debemos comenzar a hacer algo para dar un rumbo diferente a nuestra presencia en este planeta". Para Boff, no debemos depositar nuestras esperanzas en las decisiones que vienen de arriba.

Adital - ¿Cree usted en la voluntad política de los grandes líderes mundiales para revertir la situación climática en la que se encuentra nuestro planeta?

Leonardo Boff - No, no creo. Los grandes no tienen ninguna preocupación que vaya más allá de sus intereses materiales. Todas las políticas que hasta ahora fueron pensadas y proyectadas por el G-20 apuntan a salvar el sistema económico-financiero, con correcciones y regulaciones (que hasta ahora no se realizaron) para que todo vuelva a lo que era antes. Antes reinaba la especulación más desvergonzada que se pueda imaginar. Basta pensar que el capital productivo, aquél que se encuentra en las fábricas y en el proceso de generación de bienes, suma 60.000 billones de dólares.

El capital especulativo, basado en papeles, alcanzaba la cifra de 500.000 billones. Circulaba en las bolsas especulativas del mundo entero, gerenciado por verdaderos ladrones y falsarios. La verdadera alternativa sólo puede ser: salvar la vida y la Tierra y poner la economía al servicio de estas dos prioridades. Hay una tendencia al suicidio dentro del capitalismo: prefiere morir o hacer morir antes que renunciar a sus beneficios.

Adital - Aunque fue muy esperada la COP 15, que se realiza en Copenhague, Dinamarca, parece no apuntar hacia resultados eficaces y hacia compromisos más serios. ¿Cuál debe ser el papel de la sociedad civil en caso de que los resultados no sean los esperados?

Leonardo Boff - Llegamos a un punto en el que todos seremos afectados por los cambios climáticos. Todos corremos riesgos, inclusive el de que gran parte de la humanidad tenga que desaparecer por no conseguir adaptarse ni mitigar los efectos maléficos del calentamiento global. No podemos confiar nuestro destino a representantes políticos que, en realidad, no representan a sus pueblos sino a los capitales con sus intereses presentes en sus pueblos. Necesitamos nosotros mismos asumir una tarea salvadora. Cada uno en su lugar, cada comunidad, cada entidad, en fin, todos debemos comenzar a hacer algo para dar un rumbo diferente a nuestra presencia en este planeta. Si no podemos cambiar el mundo, sí podemos cambiar este pedazo de mundo que somos cada uno de nosotros.

Sabemos gracias a la nueva biología y por la física de las energías que toda actividad positiva, que va en la dirección de la lógica de la vida, produce una resonancia morfogenética, tal como se dice. En otras palabras, el bien que hacemos no queda reducido a nuestro espacio personal. Ese bien resuena lejos, se irradia y entra en las redes de energía que vinculan a todos con todos, reforzando el sentido profundo de la vida. De ahí pueden ocurrir surgimientos sorprendentes que apunten hacia un nuevo modo de vivir sobre el planeta y nuevas relaciones personales y sociales más inclusivas, solidarias y compasivas. Efectivamente, se nota por todos lados que la humanidad no está inmóvil ni endurecida por las perplejidades. Miles de movimientos están buscando formas nuevas de producción y alternativas que respondan a los desafíos.

Solamente hablando de ONGs, existen más de un millón en el mundo entero. Es un movimiento de base y no de cúpulas, las cuales siempre interrumpen los cambios.

Adital - Nunca las cuestiones ambientales estuvieron tan en evidencia como en los últimos años. Términos como "calentamiento global" y "cambios climáticos", a pesar de varios alertas realizados hace bastante tiempo, hoy son parte de la vida cotidiana de mucha gente en todo el planeta. ¿En esta "crisis de civilización" todavía hay tiempo para hacer algo? ¿De dónde podrá venir esa "salvación"?

Leonardo Boff - Si trabajamos con los parámetros de la física clásica, la inaugurada por Newton, Galileo Galilei y Francis Bacon, orientada por la relación causa-efecto, estamos perdidos. No tenemos tiempo suficiente para introducir cambios, ni sabiduría para aplicarlos. Iríamos fatalmente al encuentro de lo peor. Pero si cambiamos de registro y pensamos en términos de proceso evolutivo, cuya lógica viene descripta por la física cuántica que ya no trabaja con materia sino con energía (la materia, por la fórmula de Einstein, es energía altamente condensada), ahí el escenario cambia de figura.

Del caos nace un nuevo orden. Las turbulencias actuales preanuncian una emergencia nueva, venida de aquel trasfondo de Energía que subyace en el universo y en cada ser (llamado también Vacío Cuántico o Fuente Originaria de todo ser). Las emergencias o surgimientos introducen una ruptura e inauguran algo nuevo todavía no ensayado. Así, no sería extraño que de repente, los seres humanos volvieran en sí y pensaran una articulación central de la humanidad para atender las demandas de todos con los recursos de la Tierra, recursos que, si son racionalmente gerenciados, son suficientes para nosotros los humanos y para toda la comunidad de vida (animales, plantas y otros seres vivos).

Posiblemente, llegaríamos a esto sólo ante un peligro inminente o después de un desastre de grandes proporciones. Ya decía Hegel: el ser humano no aprende nada de la historia, sino que aprende todo del sufrimiento. Prefiero a San Agustín que en las Confesiones reflexionaba: el ser humano aprende a partir de dos fuentes de experiencia: el sufrimiento y el amor. El sufrimiento por la Madre Tierra y por sus hijos e hijas y el amor por nuestra propia vida y supervivencia van a salvarnos.

Entonces, no estaríamos frente a un escenario de tragedia cuyo fin es fatal o inevitable sino de una crisis que nos acrisola y purifica y nos crea la oportunidad de un salto rumbo a un nuevo ensayo civilizatorio, éste sí, caracterizado por el cuidado y por la responsabilidad colectiva por la única Casa Común y por todos sus habitantes.

Adital - Hay varias demandas pidiendo que la Corte Penal Internacional reconozca los delitos ambientales como crímenes de lesa humanidad. ¿Usted piensa que sería una alternativa?

Leonardo Boff - Las leyes solamente tienen sentido y funcionan cuando previamente se ha creado una nueva conciencia con los valores ligados al respeto y al cuidado de la vida y de la Tierra, percibida como nuestra Madre, pues nos provee todo lo que necesitamos para vivir. Si existe esa conciencia, puede materializarse en leyes, tribunales y cortes que hagan justicia a la vida, a la Humanidad y a la Tierra con castigos ejemplares. En el caso contrario, los tribunales sólo tienen un carácter legalista, de difícil aplicación, sin su necesaria aura moral, que le confiera legitimidad y reconocimiento por parte de todos.

Entonces debemos primero trabajar en la creación de esa nueva conciencia. Yo mismo estoy trabajando con un pequeño grupo, a pedido de la Presidencia de la Asamblea de la ONU, en una Declaración Universal del Bien Común de la Tierra y de la Humanidad. Esa declaración deberá difundirse por todos los medios de comunicación, especialmente por Internet, para favorecer la creación de esta nueva conciencia de la humanidad. La nueva centralidad no es más el desarrollo sustentable, sino la vida, la humanidad y la Tierra, entendida como Gaia, un superorganismo vivo.

Adital - Por otro lado, no se piensa en nada orientado hacia el consumo, por ejemplo, que no tenga interferencia directa en el caos que se produjo en la Tierra. ¿Podría hablar un poco sobre eso?

Leonardo Boff - El propósito de todo el proyecto de la modernidad, nacido en el siglo XVI, está asentado sobre la voluntad de poder que se traduce en la voluntad de enriquecimiento, que presupone la dominación y explotación ilimitada de los recursos y servicios de la Tierra. En nombre de esta intención se construyó el proyecto-mundo, primero por las potencias ibéricas, después por las centroeuropeas y finalmente por la hegemonía estadounidense. Al principio no había cómo darse cuenta de las consecuencias funestas de esta empresa, pues ésta incluía entender la Tierra como un simple baúl de recursos, algo sin espíritu que podría ser tratado como quisiéramos. Surgió el gran instrumento de la tecno-ciencia que facilitó la concreción de este proyecto. Transformó el mundo, surgió la sociedad industrial y actualmente la sociedad de la información y de la automatización.

Toda esta civilización ofrece a los seres humanos, como felicidad, la capacidad de consumo sin obstáculos, sea de bienes naturales, sea de bienes industriales. Llegamos a un punto en el que consumimos un 30% más de lo que la Tierra puede reproducir. Ella está perdiendo más y más sustentabilidad y su biocapacidad; simplemente no aguanta más el nivel excesivo de consumo por parte de los dueños del poder y de los controladores del proceso de la modernidad.

El 20% de los más ricos consume el 82,4% de toda la riqueza de la Tierra, mientras que el 20% de los más pobres tiene que contentarse con sólo el 1,6% de la riqueza total. Ahora nos damos cuenta de que una Tierra limitada no soporta un proyecto ilimitado. Si quisiéramos universalizar el nivel de consumo de los países ricos para toda la Humanidad, los cálculos ya fueron hechos: necesitaríamos por lo menos 3 Tierras iguales a ésta, lo que se revela como una imposibilidad. Tenemos que cambiar, en el caso de que queramos superar esta injusticia social y ecológica universal y tener un mínimo de equidad entre todos.

Adital - ¿Hasta qué punto cree usted que la sociedad civil organizada puede ser agente de una nueva práctica de consumo?

Leonardo Boff - Se debe comenzar por algún lugar. El lugar más inmediato es comenzar por cada uno. El desafío, frente al problema universal, es convencerse de que podemos ser más con menos. Importa hacer la opción por una simplicidad voluntaria y por un consumo compasivo y solidario pensando en todos los demás hermanos y hermanas y demás seres vivos de la naturaleza que padecen hambre y están sufriendo todo tipo de carencias. Pero para ello, debemos realizar la experiencia radicalmente humana de que de hecho todos somos hermanos y hermanas y que somos ecointerdependientes y que formamos una comunidad de vida.

La economía se orientará para producir lo que realmente necesitamos para vivir y no para acumular ni para lo superfluo, una economía de lo suficiente y de lo decente para todos, respetando los límites ecológicos de cada ecosistema y obedeciendo los ritmos de la naturaleza. Esto es posible. Pero precisamos de una "metanoia" bíblica, de una transformación de nuestros hábitos, de nuestra mente y de nuestros corazones. Esta transformación constituye la espiritualidad. No es facultativa, es necesaria. Cada uno es como una gota de lluvia. Una moja poco. Pero millones y millones de gotas hacen una tempestad, ahora es necesario un tsunami del bien.

Adital - Brasil, a causa de la Floresta Amazónica y otras florestas nativas, debería tener un papel fundamental en la cuestión ambiental. ¿Cómo evalúa usted la postura del gobierno brasilero en relación con el tema?

Leonardo Boff - El gobierno brasilero no acumuló todavía la suficiente masa crítica ni la conciencia de la importancia de la floresta amazónica en la consecución del equilibrio climático de toda la Tierra. Si el problema es el exceso de dióxido de carbono en la atmosfera, entonces son las florestas las grandes secuestradoras de este gas que produce el efecto invernadero y, en consecuencia, el calentamiento global.

Ellas absorben los gases contaminantes por medio de la fotosíntesis y los transforman en biomasa, liberando oxígeno. En vez de establecer la meta de deforestación cero y en esa posición ser rígido e implacable, por amor a la humanidad y a la Tierra, el gobierno establece que para 2020 va a reducir la deforestación en un 15%. Y hay políticas contradictorias, pues por un lado el Ministerio de Medio Ambiente combate la deforestación, y por el otro el BNDS financia proyectos de expansión de la soja y de la actividad pecuaria que avanzan sobre la floresta. Por detrás están los grandes intereses del agronegocio que presionan al gobierno a mantener una política flexible y que daña para el equilibrio de la Tierra.

Adital - Se ve la gran actuación de movimientos sociales y entidades en defensa de la naturaleza, reclamando más de sus gobiernos en ámbitos internacionales. ¿Cree que hay, en este momento, más empoderamiento?

Leonardo Boff - Pienso que la Cumbre de Copenhague tendrá una función semejante a la que tuvo la Eco-92 en Río de Janeiro. Después de la Eco-92 surgió en el mundo entero la cuestión de la sustentabilidad y de la crítica al sistema del capital visto como esencialmente anti-ecológico, pues implica una producción ilimitada a costa de la extracción ilimitada de los recursos y servicios de la naturaleza. Creo que a partir de ahora la Humanidad tomará conciencia de que, a partir de la sociedad civil mundial, de los movimientos, organizaciones, instituciones, religiones e iglesias, cambia de rumbo o tendrá que aceptar entonces la aniquilación de la biodiversidad y el riesgo del exterminio de millones y millones de seres humanos, no excluida la eventualidad de la desaparición de la propia especie humana.

Esta conciencia va a encontrar los medios para presionar a las empresas, a los grandes emprendimientos y a los Estados para hallar una nueva relación con la Tierra. El problema no es la Tierra, sino nuestra relación para con ella, relación de agresión y de explotación implacable. Necesitamos establecer un acuerdo Tierra y Humanidad para que ambos puedan convivir interdependientemente, con sinergia y espíritu de reciprocidad. Sin esto no tendremos futuro. El futuro vendrá a partir de la fuerza de la simiente, es decir, de las prácticas humanas personales y comunitarias que crean redes, ganan fuerza y consiguen imponer un nuevo orden que garantizará un nuevo tipo de historia.


Obama - Fracaso Cambio climático

¡Felicidad consumista en Navidad y otros cuentos!


Navidades capitalistas - Forges
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Consume para que seas feliz

Ernesto Carmona

La ausencia de noticias reales recrudece en los medios comerciales en vísperas de Navidad, mientras intensifican la propaganda sobre un supuesto “fin de la crisis” fundado en el afán de compras banales inculcado en los pueblos. Los “contenidos informativos” están saturados de ofertas navideñas disfrazadas de noticias chatarra, por ejemplo las últimas “novedades” tecnológicas que deberían regalarse a los seres queridos o dónde se pueden comprar gangas para los regalones.

La parafernalia comercial contrasta con la historia legendaria del nacimiento del Niño Jesús alumbrado por María en un modesto pesebre. El patrimonio familiar sólo era el burrito de José, pero hoy la meta universal es regalarse un sofisticado “burrito” japonés cero kilómetro, no importa que contamine el ambiente.

En todos los países resuena la misma consigna mediática: “salgan a comprar y sean felices (antes que se acabe la mercancía)”. Las chimeneas echan humo y gases fabricando juguetes, pinturas tóxicas y toda clase de objetos ornamentales sintéticos que pronto se convertirán en basura. Esto ocurre “aquí y en la quebrada del ají”. Es una pandemia mundial.

Pero en los noticiarios de TV no hay espacio para explicar cómo y por qué fracasó tristemente la cumbre de Copenhague sobre cambio climático, ni la manipulación de sus acuerdos hecha por los países industrializados, los mismos que destruyen el planeta liderados por EEUU. El fin del mundo ya no es una amenaza de Nostradamus o una profecía más. Es un hecho real, no del futuro sino del presente. Una prueba flagrante es esta Navidad fría en EEUU y Europa, con 20 grados bajo cero. Allí también hay pobres que son los primeros en morir congelados.

La TV logró que todos conozcan los nombres de los Simpson y sepan dónde y qué comprar para estas navidades. Y pocos saben de qué tratan los acuerdos de Kyoto de 1997 que el gran capitalismo sepultó en Copenhague 2009. La TV infla “la propuesta” del guerrero Obama, un saludo a la bandera para “congelar” en dos grados el aumento de la temperatura global (que probablemente tampoco se cumplirá), pero oculta que no se permitió hablar a los líderes de 170 países no industrializados, relegados al rol de meros “oyentes” pobres, con la excepción de Evo Morales y Hugo Chávez, que dijeron sus verdades.

Los grandes medios no informan sobre problemas reales, sino que saturan con propaganda y noticias basura o banales. Por tanto, la gente no debería comprar tantas tonterías, atender menos la pantalla chica e informarse mejor apoyando los nuevos medios independientes, no comerciales o públicos.


Feliz Navidad Consumista

Baula, JOC y ACO nos invitan a vivir y escuchar el silencio solidario de la Navidad


MAFALDA AÑO NUEVO
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Baula-COR

El grupo Baula-Comitè Óscar Romero, la Juventud Obrera Cristiana (JOC) y Acción Católica Obrera (ACO) se han vuelto a dar la mano para invitar a la población de Santa Margarida de Montbui y comarca a participar en la actividad del Silencio de Navidad. Se trata de una concentración silenciosa que ya se ha convertido en una cita tradicional en el municipio, el día 24 de diciembre. Este año, los 5 minutos de silencio, se enmarcan en la celebración del Día Internacional del Migrante, que fue el pasado 18 de diciembre. Por eso, esta vez el acto se sumará a la iniciativa de los Círculos de Silencio, una acción internacional de apoyo a las personas migrantes y en contra de los atentados a la humanidad que sufren las personas extranjeras en situación irregular.

Cómo viene siendo habitual, la concentración será a las 8 de la noche, delante de la plaza del Ayuntamiento de Montbui, donde se convocará a la ciudadanía para compartir la lectura de un manifiesto, encender simbólicamente unas velas y hacer cinco minutos de silencio, <>, según señalan desde la organización. El acto pretende reivindicar una reflexión solidaria y humana, así como la denuncia y el compromiso de responsabilidad con los colectivos más desfavorecidos, por encima del consumo y del ruido de estas fiestas. Además, este año, de manera especial se sumará a los Círculos de silencio iniciados por la orden de los franciscanos en Toulouse, Francia, a finales de 2007, y que reúnen a creyentes y no creyentes en la toma de conciencia de la situación de extrema gravedad que sufren muchos inmigrantes en Europa, al mismo tiempo que reclaman una política más respetuosa con los derechos humanos, entorno al hecho migratorio.

¿Qué está en juego en Copenhague?


OBAMA EN COPENHAGUE
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Oscar Reyes y Tamra Gilbertson

¿Por qué algunos países quieren acabar con Kyoto? ¿Tiene sólo que ver con los objetivos de reducción de emisiones? ¿Y quién lo pagará? Todas las respuestas sobre las negociaciones del clima de la ONU en Copenhague.

El objetivo de la CMNUCC COP-15 en Copenhague (Conferencia de las Naciones Unidas por el cambio climático, XV Conferencia de las Partes) es lograr un acuerdo global que pueda impedir el peligroso cambio climático, al establecer reducciones de gases de efecto invernadero legalmente vinculantes para los países industrializados y medidas financieras y tecnológicas para ayudar a la Mayoría del Mundo para así alcanzar el desarrollo sostenible. Sin embargo, no hay posibilidades de que estos objetivos se alcancen dentro del marco de un acuerdo.

Esto se debe en parte a que los países industrializados están prometiendo reducciones mínimas y menor dinero de lo requerido. Pero el problema es mucho más profundo. Los textos de negociación de Copenhague incluyen propuestas para expandir los mercados de emisiones, lo que retrasaría tales acciones y motivaría la externalización de la contaminación del Norte al Sur. Los mercados de emisiones redefinen el problema del cambio climático para insertarlo dentro de los típicos supuestos comerciales de la economía neoliberal.

Kyoto está muerto. ¡Qué viva Kyoto!

El cambio climático fue causado por los países industrializados que se enriquecieron al explotar los recursos naturales, incluidos los combustibles fósiles, a expensas de la mayoría del mundo. La CMNUCC reconoce en cierta forma este punto en su referencia a los países “con responsabilidades comunes pero diferenciadas” para enfrentar el cambio climático. Sugiere que los países industrializados deben tomar el liderazgo para enfrentar el cambio climático desde sus propias casas y transferir dinero y tecnología para ayudar a los países del Sur a seguir caminos de desarrollo más limpios.

El protocolo de Kyoto de 1997 fue un ejercicio para evadir estas responsabilidades. Los países industrializados acordaron objetivos de reducciones de emisiones legalmente vinculantes, pero al mismo tiempo –por instigación de EEUU– se crearon los mercados de emisiones, que permitieron “externalizar” esas reducciones a países del Sur Global. Desde ese entonces, las emisiones de gases efecto invernadero en los países industrializados –a excepción del antiguo bloque soviético– han aumentado casi un 13 por ciento. La economía mundial utiliza actualmente carbón de forma más intensiva.

Los debates actuales se centran en la posibilidad de abandonar el protocolo de Kyoto, que sigue vigente, tras su primer periodo de compromiso, hasta 2012. Las propuestas principales para Copenhague intentan eliminar el concepto de que los países industrializados son responsables, mientras que se expanden los mecanismos del mercado que son los sellos distintivos de Kyoto. El formato legal de las propuestas para defender Kyoto es menos importante finalmente que la verdadera demanda política de que los países industrializados (Anexo 1) asuman responsabilidades comprometiéndose con objetivos vinculantes fuertes y legales, lo cual también significaría cuestionar los mercados de emisiones.

Desde Bali a Copenhague

En la actualidad, existen dos grandes grupos dentro de las negociaciones sobre el clima. Un Grupo de trabajo especial sobre los nuevos compromisos de las partes del Anexo I con arreglo al Protocolo de Kyoto (AWG-KP), que fue creado en diciembre de 2005. Éste fue posteriormente seguido por un grupo de negociación paralelo, el Grupo de trabajo especial sobre la cooperación a largo plazo en el marco de la Convención (GTE-CLP), que toma como base el plan de acción de Bali (BAP) de diciembre de 2007.

El GTE-CLP estableció como fecha límite diciembre de 2009 para alcanzar un acuerdo sobre cinco áreas clave:

Visión compartida: una amplia declaración sobre los objetivos generales, incluido el objetivo a largo plazo para reducciones de emisiones que sea coherente con la última evaluación científica;

Mitigación: acuerdos legalmente vinculantes de naciones industrializadas y acciones de mitigación apropiadas a nivel nacional (NAMA) para las naciones en desarrollo. Esto incluye discusiones de cómo prevenir una mayor deforestación;

Adaptación: medidas de cooperación para ayudar a países que están expuestos a grandes riesgos de sequías, desertificación, inundaciones y escasez de agua, enfermedades y otros impactos negativos del cambio climático;

Transferencia de tecnología: medidas cooperativas para ayudar a desarrollar y expandir tecnologías accesibles y no dañinas para el medio ambiente;
Finanzas e inversión: acordar los medios para pagar todos los puntos anteriores.


Cambio Climático Copenhague

Visión compartida: los límites de la ciencia
¿Qué hace falta para luchar contra el cambio climático? Las conversaciones de las Naciones Unidas sobre el clima buscan acordar una “visión compartida” sobre cuándo deberían alcanzar su pico máximo las emisiones de gases de efecto invernadero a escala mundial, qué nivel debería permitirse que aumenten y, lo más polémico, quién debe realizar qué reducciones y para cuándo.

No existe un consenso científico sobre los valores de estos límites, a pesar de que se suele argüir que mantener el clima 2°C por encima de los niveles preindustriales sería un objetivo realista. Se sugiere que esto exigiría que los países del Anexo 1 reduzcan sus emisiones entre un 25-40 por ciento por debajo de los niveles de 1990 para el año 2020, y aproximadamente un 80 por ciento menos que los niveles de 1990 para el año 2050.

Estas cifras deben ser tratadas con considerable cuidado. Al leer la letra pequeña, se hace más claro que un 25-50 por ciento de reducciones sólo daría un 50 por ciento de posibilidades de llegar al objetivo de 2°C, y este número sólo se mantiene si las emisiones aumentaran en 2015. Existe una importante evidencia de que el informe de 2007 del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC), en el que se basan estas cifras, subestimaba el alcance de los mecanismos de retroalimentación lenta y otros impactos no lineales complejos.

En una formulación alternativa, se acordó que 1,5°C es un objetivo seguro, un límite apoyado por los países menos adelantados (PMA) y la Alianza de los Pequeños Estados Insulares (AOSIS). Esto se traduce como un objetivo para retomar la concentración de gases efecto invernadero en la atmósfera a 350 ppm por debajo del nivel actual de 387 ppm.

Pero suposiciones sobre la “estabilización” han sido cuestionadas por otros estudios científicos recientes, que calculan la relación con los volúmenes actuales de contaminación. El científico James Hansen estima que 750 millones de toneladas de CO2 podrían ser emitidas entre 2000 y 2050 para limitar el calentamiento a 1,5 °C. Sin embargo, entre 2000 y 2009 se emitieron aproximadamente 330 millones de toneladas de CO2.

Sin embargo, una cosa queda aún sin responder: las promesas hechas por los países del Anexo 1 a la fecha están muy por debajo de cualquiera de estas metas.

Sin embargo, la base científica nos lleva sólo hasta ese punto. Las cuestiones clave en juego en Copenhague son preocupaciones políticas y económicas sobre quién va a tomar responsabilidad frente al problema climático y cómo se realizará. Como señala Third World Network, “con menos del 20 por ciento de la población, los países desarrollados han producido más del 70 por ciento de las emisiones históricas desde 1850”.

Mitigación: un juego de números
Los países del Anexo 1 debían de cumplir legalmente con la reducción de emisiones hasta junio de 2009. Hay ofertas en la mesa luego de mucho retraso, pero esto deja aún muchas preguntas sin resolver: ¿El objetivo representa un acuerdo de responsabilidad a escala internacional? ¿Las reducciones se realizarán localmente en el origen o este número incluye los créditos de carbono u otras compensaciones? ¿La fecha objetivo está fijada para que en el futuro nadie tenga que ser responsable? Y sobre todo: ¿se han manipulado las cifras de referencia o de forestación para presentar un compromiso que suene más ambicioso del que realmente está sobre la mesa?

La UE es un ejemplo típico. Propone un 20 por ciento de reducción de emisiones para 2020, que aumentaría a un 30 por ciento en el contexto de un acuerdo global. Pero esto también incluye una cantidad importante de compensaciones: 50 por ciento oficialmente, pero las cifras no oficiales son mayores cuando se toma en cuenta las disposiciones para conseguir permisos del régimen de comercio de derechos de emisión de la UE. La cifra del 30 por ciento es también algo evasiva: incluye un extra del 5 por ciento obtenido mediante el sistema de compensaciones y hasta un 3 por ciento por cambiar el objetivo para incluir y usar el cambio de uso de tierra y forestación (LULUCF) en las estadísticas. En general, las cifras de la UE se ven favorecidas por la fecha de referencia de 1990 porque las emisiones en Europa Central y Oriental se redujeron drásticamente tras el colapso del bloque soviético.

EEUU llegará a Copenhague con un objetivo provisional de una reducción del 17 por ciento por debajo de los niveles de 2005 para el año 2020. Esto representa una reducción del 4 por ciento con respecto a los niveles de 1990. Además, se basa en un mercado nacional de ‘tope y trueque’ que permitiría que el 100 por ciento de estas reducciones se alcanzaran en el exterior a través de proyectos de compensación de emisiones. También existe una gran duda sobre su estatus legal, ya que EEUU está promoviendo un sistema de “compromiso y revisión” que los dejaría sin obligaciones bajo la ley internacional.

Canadá sugiere que reducirá un 20 por ciento sus emisiones comparadas con los niveles de 2006 para el año 2020, a pesar de que sus emisiones aumentaron un 26 por ciento con respecto a los niveles de 1990. Australia se compromete a un 25 por ciento para 2020, pero sus emisiones (excluyendo la deforestación) aumentaron un 30 por ciento entre 1990 y 2007. Nueva Zelanda también usa una laguna jurídica en forestación y agricultura para enmascarar el hecho de que las emisiones aumentaron un 22 por ciento entre 1990 y 2007. Ahora proclama que será un país de “emisiones cero” para el año 2050, a pesar de que sólo está prometiendo un 50 por ciento de reducción de emisiones entre la actualidad y ese año.

Como en todos los compromisos del Anexo 1, no se toman realmente en cuenta las “emisiones externalizadas”. La globalización del comercio se ha traducido en incrementos masivos en la aviación y los envíos internacionales, que están excluidos de estas cifras. Otro vacío muy grande que involucra las “emisiones externalizadas” son los gases resultantes de la producción industrial para la exportación. Se calcula que éstos representan más de un cuarto de las emisiones de China, por ejemplo, o hasta el 50 por ciento del incremento de sus emisiones entre 2002 y 2005

Mitigación: mercados de emisiones como una forma de evadir responsabilidad

Existen numerosas propuestas en la mesa en Copenhague en lo que concierne a cómo aumentar la compensación de emisiones. Esto incluye la revisión y expansión de los Mecanismos de Desarrollo Limpio (MDL), es decir, posiblemente nuevas compensaciones que surjan de las medidas que intenten reducir las emisiones evitadas por deforestación y degradación (REDD), así como nuevas formas de “créditos sectoriales”.

Los créditos sectoriales introducirían nuevas compensaciones como parte de lo que se llama medidas de mitigación adecuadas a cada país (NAMA) en la jerga de la política climática. Los créditos sectoriales se refieren a la venta de créditos de reducción de emisiones de un sector completo; por ejemplo, todo el sector del cemento, dentro de un mismo país. Esto representa una nueva gran fuente de compensaciones. Por ejemplo, las estimaciones de la OCDE/AIE sugieren que el crédito sectorial en el sector eléctrico en China podría producir más de tres veces las compensaciones actualmente existentes por los proyectos chinos del MDL dentro del área de generación de energía.

Muchas variantes están en la actualidad en discusión, todas las que son esquemas de línea base y crédito (como MDL). Un escenario futuro es imaginado para toda la industria; por ejemplo, un incremento de las emisiones del 50 por ciento. Se asume controversialmente que los países del Sur pueden realizar suficientes ahorros de eficiencia sin incurrir en costes. Cualquier desviación de la línea base por encima o por debajo de estos “ahorros libres” se llamarían reducciones de emisiones y se le otorgarían créditos. Esto repite la mayoría de los problemas de los MDL, sólo que a una escala mayor: vendiendo historias imposibles de verificar sobre el futuro de sectores económicos completos.

Algunas variaciones de la línea base implican objetivos “de intensidad”. Si un país proclama que puede producir cada tonelada de acero de una forma menos sucia, se pueden generar créditos, aunque esté produciendo más acero y así incrementando sus emisiones. Mezclar objetivos absolutos y de intensidad permite incrementos que se cuentan como reducciones.

Finanzas: jugando a póquer con el clima
A pesar de que los debates sobre finanzas son una parte principal de la discusión en Copenhague, el dinero disponible en la mesa es algo elusivo.

La UE saltó a los titulares, por ejemplo, al proyectar que el financiamiento para el clima mundial para mitigación y adaptación debe alcanzar los 100 mil millones de euros al año, un golpe para los consultores políticos, porque la UE no ha anunciado ningún compromiso firme. De hecho, la UE estima que su parte en este financiamiento sería entre 2 y 15 mil millones de euros al año, la mayoría del cual provendría de las ganancias de las subastas en el mercado de emisiones. Los otros países del Anexo 1, desde EEUU hasta Canadá y Australia son igualmente evasivos.

El tema del dinero no es sólo sobre cifras, pero preocupa un intento mayor para redefinir las obligaciones financieras implícitas en la CMNUCC.

Sin embargo, la propuesta de la UE corta a tajos esta “obligación” al asumir que parte de ella, será de hecho innecesaria, con compañías privadas en el Sur que también deberán contribuir en el pago. Una segunda parte se piensa o asume que provendría del comercio de emisiones con compensaciones y crédito sectorial, ahora considerado no sólo como equivalente a las reducciones de emisión local, sino también tratado como cumplimiento de la carga financiera. En otras palabras, se han contado en dos ocasiones. Y sólo luego que estas fuentes se tomen en cuenta se considera el financiamiento público.

La naturaleza del gasto potencial es también cuestionable. Un ejemplo es el de EEUU y Japón que lideran un cargo para canalizar una porción significativa de ese dinero a través de los Fondos de Inversión Limpia del Banco Mundial (CIF). Éste es un ejercicio de dar con una mano para recibir con la otra: EEUU y Japón son los más grandes accionistas del Banco y pueden ejercer considerable influencia como resultado. Los CIF dispersan una gran proporción de ese dinero en forma de créditos condicionales y esto continua con las prácticas de préstamo del banco de grandes sumas de dinero para proyectos de combustibles fósiles.


Cambio Climático Copenhague

Adaptación
“La adaptación” se refiere al hecho de que, sin importar la acción actual, el cambio climático inducido por el hombre tendrá severos impactos, desde el aumento del nivel del mar hasta el deshielo de los glaciares y la desertificación.

Los debates clave sobre adaptación en Copenhague se refieren al financiamiento y la tecnología. Sobre finanzas, existe un riesgo importante de que el dinero simplemente reciclará otras ayudas oficiales al desarrollo (AOD). De hecho, la UE ha buscado retirar de las negociaciones los párrafos que requerirían que tales fondos sean adicionales a los objetivos de la AOD y separados de éstos.

La entrega de este dinero también puede ser un problema. En un estudio reciente, se encontró que menos de 900 millones de los 18 mil millones de dólares existentes para fondos de adaptación por países industrializados han sido ya entregados.

Aquí nuevamente, aunque no está simplemente en juego cuándo fue dado el dinero, sino cómo se usó y quién administró esos fondos. Por ejemplo, la adaptación se pude convertir en un eufemismo para expandir los cultivos transgénicos, mientras que se dirigen fondos a la lucha contra la expansión de enfermedades como resultado del cambio climático, colocando el dinero y el poder en las manos de las corporaciones farmacéuticas.

Tecnología
Mucho más está en juego en la discusión sobre tecnología. En especial, las propuestas para la creación de un “fondo mundial de tecnología para el cambio climático”, que busca asegurar que la tecnología verde pueda ser compartida sin la protección de patentes privadas. Tales propuestas son apoyadas por Brasil, India, China y otros países del G-77, y son opuestas más vehementemente por los cabilderos de grandes transnacionales, que intentan proteger el sistema restrictivo de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (TRIP), que es controlado globalmente por la Organización Mundial del Comercio.

La Vinícola acogerá "Cuentos para la integración" de la mano de la Casa del Mundo

PIRATA KIM A MONTBUI
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Los niños montbuiencs podrán disfrutar este sábado 19 de diciembre, de un espectáculo de cuentos para mejorar la convivencia. Correrá a cargo de Xavi Demelo, narrador, actor y escritor de cuentos, que presentará en La Vinícola su espectáculo Cuentos para la integración, un proyecto que trata de manera sutil y metafórica las dificultades, pero también el enriquecimiento de integrar a las personas recién llegadas. El acto lo organiza el grupo Baula-COR dentro de las actividades del tercer curso de la Casa del Mundo, con el apoyo de la Secretaría para la Inmigración del Departamento de Acción Social y Ciudadanía de la Generalitat de Cataluña.

Durante la sesión se explicarán diferentes historias en las que los personajes vivirán situaciones de exclusión social y aislamiento. "La rana y la forastera", por ejemplo, aborda de manera didáctica y lúdica los estereotipos, y "El club de los diferentes" retrata una sociedad que a menudo quiere uniformizar personas y pensamientos. No faltará un toque navideño con el cuento "Alarma en el pesebre", de Gianni Rodari.

La Casa del Món, una iniciativa promovida por Baula-COR y Inama en el marco del Plan Educativo de Entorno del Ayuntamiento montbuienc, quiere convertirse en un espacio de intercambio entre la comunidad recién llegada y la autóctona, con especial atención a la población marroquí.

HONDURAS. EL PUEBLO RESISTE.

HONDURAS RESISTE

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Honduras
El amanecer que viene depende de nosotros-as

Erasto Reyes. Frente Nacional de Resistencia Contra el Golpe de Estado-Bloque Popular

Lo ocurrido el 28 de junio pasado ratifica que quienes se creen dueños de Honduras y sus aliados transnacionales, no están dispuestos a ceder al pueblo pobre un ápice de libertad, democracia real y profundización de la participación popular en la toma de decisiones para el presente y futuro de la nación, que permita vivir en condiciones de dignidad y justicia social. Por lo tanto el Acuerdo Guaymuras y su contenido no son más que el reflejo de la trampa y engaño a que se sometió al Presidente Zelaya y que fue impuesto por Washington, redactado de tal manera que oxigenara, replanteara y afianzara el golpe de estado.

Estamos frente a dos shows que fueron montados: el acuerdo Guaymuras y las elecciones, en el caso de las elecciones, el fin era inflar los resultados y así lograr en la comunidad internacional el reconocimiento del gobierno de facto y el "nuevo gobierno". Según ellos este es el argumento para no restituir a Zelaya como Presidente porque la supuesta "participación masiva" del pueblo en las elecciones les ha dado un cheque en blanco, se han burlado una vez más de las y los asesinados, encarcelados, perseguidos, reprimidos, en conclusión es una vergüenza tener a un grupo de políticos-diputados entreguistas, serviles y atrasados, enemigos de la verdadera integración de los pueblos y que viven congelados en el pasado político, que seguramente este pueblo y la historia les tiene reservada una condena imprescriptible.

Más temprano que tarde el "gobierno entrante" tendrá que entender que tiene pies de barro o es un castillo de arena, puesto que su legitimidad no viene de la mayoría del pueblo hondureño, eso no debe ser un secreto para nadie, salvo para quienes saben que restituir a Zelaya en aceptar un delito y sus consecuencias. En tal sentido los planes de la Resistencia Popular se afianzan más hacia la exigencia de una Asamblea Nacional Constituyente y por supuesto a crear e incrementar las mejores formas de lucha siempre pacificas, pero de mayor envergadura a nivel social y político. El futuro es de lucha, la oligarquía esta destinada a verse acorralada por las fuerzas populares que pregonamos un país que erradique la miseria, el desempleo, la tercerización laboral, y tantas violaciones de derechos humanos, laborales y sindicales contra mujeres y hombres de todas las edades. No hay duda en nuestras convicciones, esta resistencia será la sepulturera de la vieja Honduras, para que nazca la PATRIA NUEVA QUE ANHELAMOS SIN EXCLUSIONES DE NINGUN TIPO.

Por eso decimos y ratificamos que lo mejor que ha parido la Honduras del siglo XXI: Es este movimiento de resistencia noble, pacifico, justo, terco y necio que se aferra a la democracia plena y la ampliación de participación popular, que condena el intervencionismo y rechaza la injerencia, venga de donde venga.

Nadie se imagino que el pueblo hondureño pudiera reaccionar como hasta ahora lo ha hecho, ese salto cualitativo se vino construyendo desde la creación de muchas instancias desde el año 2000 como el Bloque Popular, la Asamblea Popular Permanente, la Coordinadora de Organizaciones Populares del Aguan, la Coordinadora Nacional de Resistencia Popular en 2003 como espacio nacional aglutinador del descontento popular, los grandes esfuerzos del Movimiento Amplio por la Dignidad y la Justicia, entre otros actores que terminamos coincidiendo junto a otros-as muchos actores sociales y políticos inclusive dando vida al Frente Nacional de Resistencia Contra el Golpe de Estado después del oscuro 28 de junio.

Es necesario que la solidaridad internacional de los pueblos, sus organizaciones sindicales y sociales, los colectivos, plataformas, diferentes espacios, así como aquellos gobiernos nacionales y autónomos debe continuar firme, presente, observadora, deben seguir dando seguimiento a los hechos que se suscitan en Honduras, esperamos eso y más esfuerzos que nos permitan reconstruir la democracia para todo el pueblo. Que sigan llegando a constatar tantas groserías y violaciones a los derechos humanos, laborales y sindicales, que con los proyectos de cooperación se busque llegar al propio pueblo y no a través del gobierno.

También condenamos a aquellos gobiernos que traicionando la voluntad de sus pueblos reconocen las espurias elecciones del pasado 29 de noviembre que a nuestro criterio el abstencionismo llegó al 70%, por lo tanto esa actitud no es nueva, lejos de eso demuestra que igual que en Honduras hacen lo mismo con sus propios pueblos, en otras palabras estas son aves del mismo corral.

Esta batalla es de todos aquellos-as que luchamos por la vida y en ese sentido esperamos continúen acompañando esta resistencia pacifica-no violenta.

El amanecer que viene depende de nosotros y nosotras, de nuestras fuerzas y convicciones.
Venceremos.

ONU acusa a ong’s L’Olivar y Inshuti y protege asesinos como Paul Kagame.

JUICIOS POPULARES RWANDA

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De como las cosas nunca son lo que parecen
Ruanda, Congo, ONU y revanchismo.

Paloma Casaseca, Rebelión.

Según un informe realizado por encargo del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, la fundación mallorquina L’Olivar y la catalana Inshuti, habrían desviado dinero procedente de subvenciones públicas para financiar una de las milicias que lucha desde hace años en la frontera entre el Congo y Ruanda. El comité de investigación de la ONU basa sus acusaciones en llamadas telefónicas, e-mails y diversas transferencias realizadas por parte de las ONG a las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR).

Los responsables de ambas fundaciones niegan los cargos, estiman que las pruebas aportadas son “ridículas” e insuficientes y acusan a la ONU de tomar represalias contra ellos por haber interpuesto una querella en la Audiencia Nacional contra cuarenta cargos políticos ruandeses.

El contexto juega un papel fundamental en esta noticia. Los hechos exigen echar la vista atrás y estudiar los antecedentes de la guerra que, desde hace tiempo, azota la frontera entre ambos países africanos. Incluso un poco más atrás.

Once años después del genocidio de los tutsis ruandeses, en 2003, Paul Kagame se convierte en el primer presidente elegido democráticamente de Ruanda. Hoy, quince años después, cuando todavía escuecen las heridas, la situación del país de las mil colinas no ha cambiado demasiado.

El gobierno tutsi de Kagame sigue en el poder, y aunque reina en el interior del país una aparente calma, varias organizaciones internacionales han denunciado persecuciones, desapariciones forzadas y una larga lista de otros atentados contra los Derechos Humanos. El revanchismo es actualmente una realidad enmascarada .

Las Fuerzas de Defensa Ruandesas (FDR) luchan en la frontera con el Congo, donde junto con las fuerzas del actual presidente congoleño Kabila, se enfrentan a los insurgentes de las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda, principal grupo rebelde ruandés hutu. Las FDLR están compuestas por 6.500 efectivos: antiguos miembros del ejército ruandés y de la milicia Interhamwe -guerrilla radical hutu-, responsables del genocidio de los tutsis ruandeses en 1994. Estas son acusadas por las autoridades congoleñas de saquear los recursos de la República Democrática del Congo y de masacrar a las poblaciones tutsis del área; y por las autoridades ruandesas de cruzar la frontera y fomentar actos de desestabilización en su territorio, donde se encuentran al menos 200.000 refugiados.

La fundación catalana Inshuti y la mallorquina l’Olivar vienen denunciando desde hace años (tantos como cuenta el gobierno de Kagame) diversas irregularidades que dificultan una profunda reconciliación entre ambas tribus: el empeño por restituir la dignidad de las víctimas y ajusticiar a todos los culpables sólo está sirviendo para hacer supurar las llagas. Quizás habría que asumir que eso sería del todo imposible; después de cargar con el peso de 800.000 muertos y millones de refugiados, la coexistencia pacífica es lo máximo a lo que podemos aspirar. Sin embargo, utópica o no, la reconciliación debería ser el mayor anhelo del gobierno ruandés, su única guía. Y no la política del “ojo por ojo, diente por diente”.

Eso precisamente es lo que denuncian las ONG españolas, que ven cómo el gobierno ruandés atenta impunemente contra los Derechos Humanos, amparándose en el derecho de “réplica”. Así, el año pasado, los responsables de ambas fundaciones, presentaron una querella en la Audiencia Nacional, que tramita el juez Fernando Andreu, contra 40 dirigentes de Ruanda. Entre ellos se encuentran el presidente ruandés Paul Kagame, quien no ha podido ser procesado porque como jefe de Estado, goza de inmunidad. Otros 5 acusados son militares que participan actualmente en misiones de la ONU, principalmente en Darfur.

Ésta sería la causa, según los acusados Joan Casòliva y Joan Carrero, de que la ONU intente, mediante pruebas “ridículas”, acusarles de apoyar a los rebeldes hutus, con el fin de desacreditar su discurso contra el gobierno de Ruanda. Así, niegan la supuesta financiación de la FDLR y argumentan que las ayudas obtenidas sólo han servido para financiar a los “cooperantes, proyectos y organizaciones que trabajan en la zona asistiendo a los necesitados”.

El informe se debatirá el próximo miércoles 3 de diciembre por el Consejo de Seguridad de la ONU. Mientras esperamos, debemos tomar algo de distancia para reflexionar sobre un punto esencial que los medios están dejando de lado, la dura realidad de los que sobrevivieron al genocidio de 1994. Las palabras de la periodista belga Colette Braeckman poco después de la masacre, cobran un nuevo sentido:

“¿Cómo vivirán juntos, los que han sobrevidido y los que han consentido, los que quieren disculparse y los que no quieren escuchar, los refugiados de hoy y los de ayer?“