Hambre de justicia


Al día de hoy son ya 950 millones las personas amenazadas por el hambre crónica. Eran 800 millones el año pasado. De allá para acá aumentó el número, debido a la expansión del agronegocio, cuyas tecnologías encarecen los alimentos, y a la mayor extensión de áreas destinadas al cultivo de agrocombustibles, producidos para saciar el hambre de las máquinas y no de la gente.

El hambre es lo más letal que ha inventado la injusticia humana. Causa más muertes que todas las guerras. Elimina a cerca de 23 mil vidas al día, ¡casi mil personas por hora! Las principales víctimas son los niños.

Casi nadie muere por falta de alimentos. El ser humano soporta casi todo: políticos corruptos, humillaciones, agresiones, indiferencias, la opulencia de unos pocos. Hasta el plato vacío. Por eso se puede decir que nadie muere por la falta completa de alimentos. Los hambrientos, cuando no tienen nada que comer, llevan a la boca, para engañar al hambre, sobras recogidas en la basura, lagartos, ratones, gatos, hormigas e insectos varios. La falta de vitaminas, carbohidratos y otros nutrientes esenciales debilita el organismo y lo hace vulnerable a las enfermedades. Los niños raquíticos mueren de un sencillo resfriado, por carencia de defensas.

Hay apenas cuatro factores de muerte precoz: accidentes (de trabajo o de tránsito), violencia (asesinato, terrorismo o guerra), enfermedades (cáncer o sida) y hambre. Ésta produce el mayor número de víctimas. Sin embargo es el factor que menos movilizaciones suscita. Hay campañas seguidas contra el terrorismo o para curar el sida, pero ¿quién protesta contra el hambre?

Los miserables no hacen protestas. Sólo quien come se pone en huelga, sale a las calles, manifiesta en público su descontento y reivindicaciones. Como esa gente no sufre amenaza de hambre, los hambrientos son ignorados.

Ahora los líderes de las naciones más ricas y poderosas del mundo, reunidos en el G-8, en L’Aquila, Italia, a principios de junio, decidieron liberar US$ 15 mil millones para aplacar el hambre mundial.

¡Qué cinismo se gasta el G-8! Él es el responsable de que los hambrientos sean multitud. Éstos no existirían si las naciones metropolitanas no adoptasen políticas proteccionistas, barreras aduaneras, transnacionales de agrotóxicos y de semillas transgénicas. No morirían de hambre casi 5 millones de niños al año si el G-8 no manipulase a la OMC, no incentivase la desigualdad social y todo lo que la aumenta: el latifundio, la especulación con los precios de los alimentos, la apropiación privada de la riqueza.

¡Sólo 15 mil millones de dólares! ¿Saben esos señores y señoras del G-8 cuántos millones destinaron para salvar, no a la humanidad, sino al mercado financiero, desde setiembre del 2008 a junio del 2009? ¡Mil veces esa cantidad! 15 mil millones de dólares sirven sólo para ofrecer unos caramelos a algunos hambrientos. Sin contar con que buena parte de esos recursos irá a la bolsa de los corruptos o servirá de moneda de cambio electoral. ‘Le doy un pan, deme un voto’.

Si el G-8 tuviera verdadera intención de erradicar el hambre del mundo promovería cambios en las estructuras mercantilistas que rigen la producción y el comercio mundiales, y canalizaría más recursos hacia las naciones pobres que hacia los agentes del mercado financiero y a la industria bélica.

Si los dueños del mundo quisieran acabar realmente con el hambre declararían el latifundio un crimen de lesa humanidad y permitirían la libre circulación de alimentos, parecido a lo que sucede con el dinero. De igual manera, si tuvieran también el propósito de erradicar el narcotráfico, en vez de agarrar a unos pocos traficantes pondrían sus máquinas de guerra a destruir definitivamente los campos de plantación de marihuana, de coca, de opio y de otros vegetales, transformándolos en áreas de agricultura familiar. Sin materias primas no hay traficante capaz de producir droga.

Decir que el G-8 intenta acabar con el hambre o salvar el planeta de la degradación ambiental equivale a esperar que la próxima Navidad Papá Noel traiga de regalo una vida digna para todos los niños pobres. Tanto es el cinismo, que los líderes mundiales prometen establecer bases de sustentabilidad ambiental a partir del 2050.

Ahora bien, si la naturaleza enseña algo obvio es que, a medio plazo, estaremos todos muertos. Si la Tierra ya perdió un 25% de su capacidad de autorregeneración, ¿qué pasará si la humanidad tiene que esperar otros 40 años para que se tomen medidas eficaces?

Si los que no pasan hambre tuvieran, al menos, hambre de justicia, virtud calificada por Jesús como bienaventuranza, entonces la esperanza en un futuro mejor no sería vana. (Traducción de J.L.Burguet)

- Frei Betto es escritor, autor de “La mosca azul. Reflexión sobre el poder”, entre otros libros.

EEUU gastan 100 millones de dólares al día en la guerra de Afganistán y 7 millones más diarios en su reconstrucción.


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Razones ocultas para recursos ocultos.

Judy Cannon

Los EEUU gastan 100 millones de dólares al día en la guerra de Afganistán y 7 millones más diarios en su reconstrucción. Se ha comprometido a gastar 2,4 billones en los próximos 10 años. Enormes y caros edificios se han construido en Kabul, ahora "propiedad de los señores de la guerra". El tráfico de drogas de Afganistán hacia EEUU y Europa genera unos 500 millones de dólares al año.

Estas cifras las cita la activista afgana Malalai Joya al tiempo que deplora la extrema pobreza en Afganistán que aflige a sus 18 millones de habitantes, la mayoría sobreviviendo con menos de 2 dólares al día. Tanto las mujeres como los hombres afganos necesitan ayuda, afirma. No apoyan ni a los talibanes ni a los señores de la guerra.

Malalai Joya, 30 años, estuvo en Australia en el lanzamiento de su libro Raising My Voice publicado por la Editorial Pan Macmillan Australia. En los pasados años ha alzado de tal manera su voz que ya son cinco los intentos de asesinato sobre ella. En Afganistán debe viajar con guardaespaldas. A menudo sólo puede permanecer una noche en cada localidad y después debe partir. Asegura que arriesga su vida para que aquellos que cometieron crímenes puedan ser llevados a la Corte Penal Internacional como un paso adelante hacia la democracia en su país. A escala internacional cuenta con un seguimiento notable.

Está llamando a las fuerzas extranjeras a abandonar Afganistán incluyendo las de EEUU y las de la OTAN, afirma que "estamos entre dos enemigos, por un lado los talibanes y por el otro las fuerzas de EEUU/OTAN junto a sus amigos los señores de la guerra. Estamos entre dos poderosos enemigos. Por tierra los talibanes y los aliados del norte continúan cometiendo crímenes y fascismo contra mujeres y hombres en nuestro país. Desde el cielo las fuerzas de ocupación bombardean y matan civiles".

Pide que la gente se levante y proteste contra sus gobiernos y su "política errónea" de intervención militar en Afganistán.

Afirma que 400 civiles fueron asesinados y que se arrojó fósforo durante los bombardeos de EEUU. Ve la política del presidente Barack Obama igual de mala que la del presidente George W. Bush. "Queremos acciones contra los crímenes de guerra", dice, no sólo contra los señores de la guerra también contra los británicos y estadounidenses.

"Estos países gastan dinero y sangre en Afganistán y yo, en nombre de mi pueblo, envío mis condolencias a aquellos que perdieron a sus hijos, a sus maridos en Afganistán por haber sido matados".

La ONU debe asegurar que países como China, Irán, India, Pakistán, Uzbekistán, Turquía, Rusia entre otros cesen con su influencia y tráfico de armas para los señores de la guerra.

Sin embargo ambos, Rusia y China, competían con los EEUU por el control energético de toda la región, afirma.

Estimaciones de la US Geological Survey de 2006 y del Ministerio de Industria y Minas afgano indican que el norte de Afganistán poseería más reservas de petróleo y gas de las que se creía inicialmente.

El ministro adjunto de industria y minas afgano, el ingeniero Mohammad Akram Gheyasi, declaró a la agencia de noticias Bakhtar News (22 de septiembre de 2006): De acuerdo a hallazgos previos, las provincias del norte, Balkh, Jozjan, Faryab y Sare-e-Pol, tienen 6 campos de petróleo, y 120.000 millones de metros cúbicos de petróleo han sido identificados. Hay 45 millones de toneladas de reservas geológicas y 14,5 toneladas de potencial petróleo que puede ser extraído. Los recursos desconocidos de gas y petróleo del norte de Afganistán podrían ser mayores. Los hallazgos muestran que de media el norte de Afganistán tiene 1.600 millones de barriles de crudo 15.600 millones de pies cúbicos de gas natural.

Malalai Joya escribe en su libro que la OTAN quiere permanecer en Afganistán para asegurar que Occidente tiene un mejor acceso a los recursos naturales de su país, que incluyen depósitos masivos de cobre y otros metales, hierro y gas natural. "Recientemente, China ofertó miles de millones de dólares con éxito por el derecho a explotar nuestros depósitos de cobre, que se estima están valorados en 800.000 millones de dólares. Con el gobierno actual que tenemos, el más corrupto de la historia de Afganistán, estos recursos serán saqueados mientras que el dinero caerá en pocas manos. Si pudiéramos establecer un gobierno realmente democrático sin interferencia extranjera, estos recursos energéticos y mineros podrían desarrollarse en beneficio de todos los afganos".

En la promoción de su libro en Avid Books, en la ciudad de Brisbane, habló apasionadamente sobre la desesperación afgana, hablando de como un hombre se suicidó porque no ganaba suficiente dinero para alimentar a su joven familia y como algunas mujeres llegaron a tal grado de desesperación que vendieron sus bebés o niños por 10 dólares. Un gran número de afganos sigue desempleado.

Los talibanes, dice, son terroristas. Está enojada porque aunque describa algunas de las cosas terribles que les suceden a las mujeres afganas la prensa occidental no se hace eco de ello. Cómo, por ejemplo, mujeres son violadas ante sus hijos por líderes fundamentalistas que además orinan en la boca de los niños.

Su página web relata como una niña hazara de 7 años, llamada Shiquiba, fue violada el año pasado por asaltantes desconocidos; Anisa de 12 años de la provincia de Sari Pul fue secuestrada y violada por 5 hombres; el cuerpo devastado de 14 años de Shuqufa fue encontrado en un montón de basura en las afueras de Kabul; y como Bashira también de 14 años fue violada por 3 hombres uno de los cuales es hijo de un miembro del parlamento. Según grupos pro derechos humanos nunca se les castigó porque se sobornó a oficiales afganos.

Hace dos años en una entrevista (On line opinion, 2007) Malalai Joya declaró: "Tenemos una mafia de la droga en Afganistán y el llamado gobierno está altamente implicado, con los señores de la guerra." Actualmente alega que 4 ministros del gobierno están implicados. Los occidentales son engañados por hombres bien afeitados con "traje y corbata".

En su libro escribe "ya es suficientemente malo que criminales de guerra lleven la máscara de la democracia y se sienten en nuestro Parlamento donde son libres de proponer un proyecto de ley de amnistía asegurándose que nunca serán llevados ante la justicia. Pero quizás lo más desagradable es que, debido al silencio de todos los gobiernos occidentales, estos criminales han conseguido inmunidad también a nivel internacional. Hace tiempo que debieran haber sido llevados a La Haya para ser juzgados".

Su viaje hacia una poco envidiable relevancia comenzó cuando, como delegada elegida en diciembre de 2003 al órgano constitucional de la Loya Jirga para líderes regionales y tribales, habló públicamente en contra de la dominación de los señores de la guerra. Elegida en el Parlamento afgano en septiembre de 2005, compañeros parlamentarios la suspendieron en 2007 por su franca visión.

Ahora tiene que decidir si se presenta de nuevo al Parlamento en las elecciones de agosto, muchos partidarios le han urgido a hacerlo. Muchas mujeres le han dicho que la apoyan pero no se lo pueden decir a sus maridos porque se divorciarían. Asimismo organizaciones no gubernamentales le han dado su apoyo pero no se atreven a declararlo abiertamente. Todavía no ha dicho cuál será su decisión; sólo que está segura que las elecciones no serán justas.

Del futuro dice "todo el mundo habla siempre de qué pasaría si las tropas nos dejaran - una guerra civil - pero nadie habla de la guerra civil de hoy en día". Desgraciadamente Australia ha seguido la mala política de los EEUU, "que es una burla de democracia y burla de guerra contra el terror, y es una guerra criminal lo que aquí hacen".

Aceptando que existe el peligro de la guerra civil, dice en su libro, "es importante que otras medidas se tomen además de la retirada de las tropas. Además del muy necesario desarme de los señores de la guerra y sus milicias, la comunidad internacional debe apoyar y fortalecer los partidos e individuos democráticamente conscientes capaces de luchar contra la influencia del extremismo y traer una democracia real a nuestro país".

Afganistán ha estado siempre en camino de conquistadores por su localización estratégica en la encrucijada de Asia Central, entre India y Rusia, Persia (Irán) y China, pero "no se puede traer la paz mediante la guerra" declara, "ningún país puede dar la liberación a otro país, sólo pueden crecer y florecer cuando son plantadas por la gente en su propio suelo y regadas por su sangre y sus lágrimas".

En su provincia, Farah, recientemente ha habido grandes manifestaciones. Ella ve en Afganistán un gobierno fascista similar al de Irán. De la misma manera que los iraníes recientemente se han levantado, ella cree que algún día, como una seta, las fuerzas del subsuelo de Afganistán se alzarán. Mientras tanto arriesga su vida por decir cosas como ésas.
Judy Cannon es periodista y escritora.

LA VIOLENCIA CONTRA POBLACIÓN CIVIL EN EL ESTE DEL CONGO, UNA ESTRATEGIA QUE PREPARA LA ANEXIÓN DE ESTA REGIÓN A RUANDA.


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COMUNICADO DE LA FEDERACIÓN DE COMITÉS DE SOLIDARIDAD CON ÁFRICA NEGRA
Federación de Comités de Solidaridad con África Negra

La guerra que azota la República Democrática del Congo y que ha causado ya más de cinco millones de muertos, se está recrudeciendo. El resultado: más muertes de civiles, violaciones masivas y destrucción del tejido productivo de algunas de las provincias del Este del Congo.

Las dos últimas guerras sufridas en este país, en los años 1996 y 1998 fueron planificadas y apoyadas logísticamente por los EEUU para asegurarse el control de los recursos mineros del centro de África. Los ejecutores directos fueron los países aliados de la zona. Uno de ellos, Ruanda, resguardándose bajo el paraguas de silencio tejido por los países occidentales, continúa hoy ejecutando una política destinada a anexionarse importantes territorios de la región del Kivu.

El gobierno ruandés, en su política de expansión, ha conseguido ya el mando de las administraciones civiles de las provincias congoleñas de Kivu Norte y Kivu Sur a través de miembros de los grupos rebeldes que han sido “reinsertados” en las instituciones con la complicidad de la comunidad internacional, ya que el último informe del panel de expertos de la ONU ha dejado bien claro, nuevamente, la implicación de Ruanda en el Este mediante su apoyo directo a los grupos rebeldes. Tiene también el control de parte del ejército gubernamental allí estacionado y ello gracias a la implicación de importantes redes de funcionarios congoleños corruptos cuyas ramificaciones pueden llegar hasta la presidencia de la República, en Kinshasa

La política expansionista de Ruanda le ha llevado a hacer todo lo posible para expulsar a la población congoleña de la zona de los Kivus y permitir así su sustitución por población ruandesa. Una estrategia muy importante para llevar a cabo ese objetivo ha sido la utilización de un gran número de grupos guerrilleros, -de muy variado signo e incluso, a veces, aparentemente antagónicos- que matan, violan, roban, aterrorizan y destruyen toda actividad productiva. De esa forma obligan a las gentes a huir de sus poblados y a ser cada vez más dependientes de Ruanda. El incremento de los ataques por parte de estos grupos desde principios de julio 2009 está dentro de esa lógica.

El alto número de víctimas que, desde 1998 al 2003 ha habido en territorio congoleño sólo puede explicarse por una estrategia planificada previamente y destinada a eliminar el mayor número posible de población civil congoleña. A esta conclusión han llegado numerosas organizaciones de la sociedad civil, quienes denunciaron en su momento que los ataques de los grupos guerrilleros se hacían coincidir con el momento de la cosecha y causar así un mayor perjuicio provocando la penuria y el hambre entre la población refugiada. Así lo ha considerado también la Audiencia nacional española ante los testimonios de militares ruandeses, testigos protegidos. Así lo hace constar el juez en su auto emitido el 6 de febrero del 2008 en el que acusa de genocidio a numerosos altos cargos civiles y militares del actual gobierno ruandés.

Esta guerra se ha querido presentar como “cuestiones tribales” y enfrentamientos provocados y financiados por multinacionales interesadas en el coltán, pero en realidad ha sido una guerra programada por Ruanda para obtener el control de las provincias más ricas del Congo en coltán y casiterita.
Esta guerra se acabaría rápidamente si los países occidentales cortasen el flujo de ayuda económica al gobierno ruandés. Eso es lo que hicieron Suecia y Países Bajos, al ser evidente que Ruanda estaba financiando los grupos rebeldes y favoreciendo las masacres de la población civil.

Asimismo, los países occidentales deben exigir a Ruanda que resuelva de manera definitiva el problema de las FDLR, fuerzas rebeldes hutu, escondidas en territorio congoleño desde el genocidio de Ruanda, hace ya más de 14 años. Dado que una solución militar a este problema ha demostrado ser inviable y sólo ha conducido a más masacres y violaciones de la población civil, urge una solución negociada. Los países occidentales deben dejar de actuar con un doble rasero y exigir a Ruanda lo mismo que se ha exigido y se exige a otros países africanos enfrentados a situaciones similares: que resuelva YA la cuestión de los refugiados hutu ruandeses en el Congo ofreciéndoles una posibilidad real de retorno a su país, mediante un diálogo abierto y pacífico.

Hemos podido elaborar este comunicado gracias a las noticas que nos envían nuestros amigos congoleños. Nos unimos a su grito de sufrimiento, y queremos que este grito rompa el silencio impuesto por los intereses económicos y políticos, tanto africanos como occidentales.

Carta a un amigo hondureño que está lejos (¿Que ha estado pasando en Honduras?). Honduras y la política del “doble carril” de EEUU


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Carta a un amigo hondureño que está lejos. (¿Que ha estado pasando en Honduras?)

Miguel Cáceres Rivera, ALAI, América Latina en Movimiento

Ya debés saber del golpe militar contra Mel Zelaya. Lo acusan de querer reelegirse. Lo derrocaron porque, mediante una encuesta nacional que se iba a celebrar el 28 de junio, se le preguntaría a la población si quería o no que en las elecciones de presidente, diputados y alcaldes de finales de noviembre se colocara una cuarta urna en la que la ciudadanía dijera si deseaba o no la celebración de una Asamblea Constituyente que abriera en la constitución un espacio de participación, consulta y decisión ciudadana sobre aspectos cruciales de la vida del país, de los que en la actualidad está excluida la población. La Asamblea Constituyente se realizaría cuando Mel Zelaya ya hubiera entregado el poder. No había, entonces, posibilidad alguna de reelección.

De lo que sí Mel es culpable es de haber incitado la participación ciudadana y haber desbocado ese deseo entre la gente común. Para sólo mencionar dos puntos críticos, las modificaciones constitucionales habrían posibilitado replantear los leoninos términos de los contratos de generación de energía térmica con el empresariado élite del país o de las concesiones telefónicas y habrían permitido la representación democrática a través de otros sectores sociales más allá de los partidos políticos tradicionales, votados por menos de la mitad de la población electoral y, por consiguiente, con baja legitimidad social.

¿En qué se basa la confianza que aparentemente de pronto se vuelca sobre la propuesta de Zelaya y hace de él un inesperado líder con amplísimo apoyo, confianza que muchos de nosotros, dentro o fuera del país, no le otorgábamos en lo más mínimo?

Hoy, compadre, en retrospectiva, me doy cuenta que esa confianza y apoyo no brotaron de improviso, sino que se fueron gestando como resultado de su gestión económica gubernamental, que no supimos entender tempranamente.

Fijate que Mel hizo dos cosas. Puso en práctica medidas económicas orientadas a estabilizar, reducir o impedir que aumentara el costo de vida de la gente y llevó a cabo otras que buscaban mejorar el ingreso de las personas.

Entre las primeras, recordá que desde inicios de su gobierno se dio a la tarea de reducir el margen de intermediación de la cadena de distribución de los combustibles a favor de un ahorro en el precio de la gasolina y los otros derivados del petróleo. Esto molestó mucho a las petroleras y su molestia aumentó cuando se concretó el contrato concesionario de abastecimiento de petróleo con Venezuela. El acuerdo, además, permitió pagar una porción del costo en un plazo dilatado y significó menor presión de la factura petrolera sobre la disponibilidad nacional de divisas. La otra gran medida fue el subsidio al precio de los combustibles, duramente criticado por la ortodoxia antisubsidio. El ahorro y el subsidio abarataron el precio de los combustibles y evitaron el aumento del costo del transporte de las personas y de todos los productos que se movilizan en el territorio nacional. Sin el ahorro y el subsidio habría sido más caro el transporte y más caro todo lo que se transporta y consume en el país y habría sido mayor la inflación y el costo de vida.

¿Estamos de acuerdo, amigo Rodolfo, con este encadenamiento lógico y real que ha sido escamoteado por los analistas nacionales? La tercera medida fue la reducción de la tasa de interés de los créditos para vivienda ¿Vos sabés, hermano, la diferencia entre pagar intereses entre el 24 y el 32 por ciento anual (como en el caso de La Vivienda, desaparecida por incapacidad competitiva y gerencial) y luego tener la posibilidad de pagar la mitad o un tercio de eso? A Mel le gustaba decir en privado, “le torcí el brazo a los bancos para que bajarán los intereses”. Tampoco esta medida fue del gusto de los banqueros. La medida fue efectiva sobre todo porque nuevos entes financieros de origen extranjero de reciente inserción en el sistema nacional y con afán competitivo por ganar un espacio en el país jugaron un papel muy dinámico (Credomatic-General Electric, por ejemplo). No sólo financiaron muy ágilmente nuevos préstamos de vivienda, sino que compraron la deuda de aquellas personas que habían adquirido créditos con los bancos tradicionales del país. Y lo hicieron a tasas entre el 10.7 y el 12.7 por ciento. Todo esto, amigo Rodolfo, ha abaratado el costo de adquisición de las viviendas y contribuido a un costo de vida más bajo.

La misma reducción de la tasa de interés para vivienda mejoró el ingreso de las familias. Motivó una mayor construcción de casas, estimuló la compra de más cemento y otros materiales de construcción, aumentó la venta de las ferreterías, incrementó la demanda de transporte de materiales y, sobre todo, dio lugar a mayor empleo para los trabajadores de la construcción. Mayor actividad económica y más empleo significó más ingresos para las familias pobres, para los pequeños y medianos empresarios y hasta para los grandes importadores (Los Larach, por ejemplo) y dueños de las cementeras (Rosenthal, entre ellos). Inclusive, los bancos que estuvieron a la cabeza de este proceso ampliaron sus ganancias, porque el impresionante aumento del volumen de los préstamos más que compensó la baja inducida de la tasa de interés. Los bancos de la zaga pudieron ser los afectados con la medida. (Mire, compadre Rodolfo, fueron muchos los que se beneficiaron y quizás los perjudicados hayan sido los menos, pero eso sí, los más jurásicos del parque y con el mayor poder económico. ¿Entiende, amigo, cómo se ha ido formando la urdimbre de apoyos y oposiciones ciudadanas a la gestión gubernamental de Zelaya? Pero no crea que porque a algunos grandes les haya ido bien estuvieron al margen del golpe). Este período ha sido calificado como el boom de la construcción.

El otro gran hito del mejoramiento del ingreso fue el aumento del salario mínimo. Esta fue una medida en cierta forma reactiva. Recordarás seguramente el aumento de los precios internacionales del trigo, petróleo, maíz, aceite de palma, etc., del año pasado. Se transmitieron obviamente al mercado nacional y afectaron la capacidad de consumo de la población. Los precios internacionales bajaron pero aquí el alza se mantuvo. Zelaya estuvo reiteradamente pidiendo a los empresarios que bajaran los precios. Se lo solicitó a los empresarios de la harina, el pollo, los huevos, el aceite (los de complejo agroalimentario del país: Banco e Inversiones Atlántida, por ejemplo) y a todos aquellos que al amparo del alza del petróleo justificaron los aumentos de sus productos y de algunos servicios como el transporte. En general los que lo hicieron bajaron los precios en una proporción nanométrica de lo que los habían incrementado. Zelaya respondió entonces elevando el salario mínimo en alrededor de un 60 por ciento. (Esto significó otro reacomodo en la correlación de apoyos y oposiciones).

Hermano, si Ud. ahora me acompaña en un esfuerzo de abstracción yo le diría que la gestión de Mel Zelaya constituye un punto de quiebre en la tendencia de los gobiernos desde 1990. Y fíjese que ya nos salimos del período de Zelaya y nos situamos en un plazo más amplio que nos permita una perspectiva más amplia. La diferencia estriba en cómo se costea el crecimiento económico y qué sectores se priorizan como receptores de los beneficios de ese crecimiento. El boom de la construcción es un buen ejemplo. Fue la actividad cuya dinámica imprimió a la economía nacional una de las más altas tasas de crecimiento de la presente década, se costeó con la baja de la tasa de interés para la construcción de viviendas y los beneficios del crecimiento de la actividad se distribuyeron en una amplia gama de sectores sociales, incluyendo a los propios bancos de vanguardia.

En cambio, desde 1990 y durante unos 16 años la devaluación ha sido quizás el principal medio por el que se ha costeado el crecimiento económico del país. Amigo Rodolfo, ambos sabemos cómo eso sucede, pero recordémonoslo por un momento. Imaginemos que yo produzco y vendo camisetas en el exterior a un dólar cada una y que ese dólar vale dos lempiras. Imaginemos que hoy devaluaron y por un dólar ahora me entregan cuatro lempiras. Significa que por la misma camiseta y por el mismo dólar ahora, en virtud de la devaluación, yo gano dos lempiras más. Pero, ¿de dónde salen esos dos lempiras? Bueno, ahora imaginemos que Ud. vive en Honduras y es importador de derivados de petróleo y un galón de combustible lo importa a un dólar. Ayer, antes de la devaluación, Ud. lo vendía a dos lempiras, hoy lo va a tener que vender a dos lempiras más, es decir, a cuatro (estamos suponiendo que Ud. sólo traslada el aumento del costo en lempiras, un supuesto poco realista en la lógica empresarial). Entonces, al consumidor el galón de combustible le costará dos lempiras más que es la ganancia adicional que yo estoy obteniendo por exportar la misma camiseta al mismo dólar de siempre. Este es, compadre, un juego suma cero, porque lo que uno gana es lo que el otro pierde, lo que es ganancia por devaluación para mí es inflación para todos los consumidores.

El caso de los bancos es mucho más interesante. Imagínese, ahora, compadre, que Ud. es un banquero que ayer tenía una reserva de diez millones de dólares o sea veinte millones de lempiras. Después de la devaluación esa reserva será siempre de diez millones de dólares, pero en lempiras equivaldrá a cuarenta millones. Esos veinte millones de más es inflación para los consumidores y como a mayor inflación mayor será la tasa de interés que aplique a los préstamos que Ud. hace, habrá pegado patada y mordida.

Ud. cree, amigo Rodolfo, que es gratuito que la actividad bancaria sea una de las que más ha crecido desde 1990 cuando Rafael Leonardo Callejas devaluó la moneda nacional. Tampoco es gratuita la notable expansión de la industria maquiladora de ropa. ¿Por qué cree, compadre, que el ex presidente Ricardo Maduro, propietario de una de las principales exportadoras de café, es adicto a la devaluación?

¿Me entiende, entonces, cómo opera la devaluación y quienes hemos estado costeando el crecimiento de todas estas actividades bancarias y de exportación y quienes han sido los beneficiarios? Aunque, le voy a decir, que no son todos los consumidores sobre los que ha recaído el costo, sino sobre los consumidores de ingresos fijos y aquellos otros que por el tipo de actividad que desarrollan no le pueden pasar la factura de costos a otros. En todo caso, una importante mayoría. Pero, debo decirle algo más. No sólo hemos costeado el crecimiento de esas actividades sino el aumento del consumo importado de esa élite empresarial gobernante. Cree que es gratuito que en esa década de los noventa las importaciones se hayan disparado lo mismo que el déficit comercial del país. Como no ha vivido aquí, Ud. no ha visto la proliferación de autos europeos de lujo y de mansiones del mismo orden. Si Ud. hubiera vivido aquí en todos estos años también tendría el cuero curtido de costear ese crecimiento y ese consumo. Y, además, estoy seguro que tendría caldeado su ánimo o, quizás, tendría rabia contenida.

¿Quiere saber qué ha significado, del otro lado, el financiamiento de esas actividades y el aumento del consumo de esa cúpula empresarial? Pues bien, en 1989, antes de la entrada de Callejas, el salario agrícola, según cifras oficiales, era de 9.12 lempiras que a la relación oficial de 2 lempiras por dólar equivale a 4.56 dólares. En el 2007 ese salario baja a 3.97 dólares (Lps. 75.48/19.03), o sea el 87 por ciento de lo que fue 18 años antes. Y este cálculo, como bien lo sabe colega Rodolfo, peca por subestimación porque se estima en relación a la devaluación y no a la inflación, que siempre es mayor. Esta depreciación de los ingresos y de la capacidad de compra ha sido igual en otros estratos sociales, por eso es que Ud. va a ver cómo la compra de ropa usada, de zapatos usados, de electrodomésticos usados y de todo usado, ha venido a ser la común práctica antípoda del consumo exquisito de la élite aludida. Vea, entonces, que el aumento del salario mínimo que en el corto plazo aparece como una acción reactiva del Presidente Zelaya, desde esta perspectiva más amplia viene a ser un imperativo de subsistencia de una población a la que le han ido vaciando los bolsillos con la sutileza abstracta de la devaluación. Zelaya contribuyó a reducir ese gran déficit social.

Con este panorama de deterioro de vida cree Ud., amigo mío, que ha sido pura casualidad el que un millón y medio de jóvenes haya decidido irse del país, como espaldas mojadas la mayoría. Si los ochenta fue la década de los desterrados políticos, los noventa y la presente han sido las décadas de los desterrados económicos, de los sin empleo.

En Honduras, como en otros países, Ud. bien lo sabe, compadre, son la micro, la pequeña y la mediana empresa las principales fuentes de empleo. Pero su potencial de crecimiento ha estado limitado por una devaluación que ha incrementado constantemente el costo de la materia prima, herramientas, maquinaria y repuestos importados que requieren para sus operaciones. Este gran bloque de empresas está orientada básicamente a la producción de alimentos procesados (micro y pequeñas panaderías, comedores, restaurantes), al comercio micro, pequeño y de mediana escala y a la prestación de servicios de transporte de personas y de carga, entre otras actividades. Orientado al consumo nacional, sus ventas no le generan dólares que compensen el aumento del costo importado. Para un segmento de este bloque, el abastecimiento de harina (de trigo y maíz), azúcar, aceite, huevos, leche y otras materias primas básicas alimentarias depende del gran complejo agroalimentario nacional que maneja con carácter monopólico los precios. El financiamiento bancario de todo el bloque está sujeto a las tasas de interés más elevadas de Centroamérica y el costo de la electricidad, telefonía y los combustibles son críticos en su funcionamiento.

Como Ud., amigo Rodolfo, hace muchos años no ha estado aquí quizás no sepa que además de este bloque existe otro formado por ese gran complejo monopólico agroalimentario, por las grandes casas exportadoras e importadoras, por la banca, por las grandes corporaciones comerciales e inmobiliarias, por las compañías importadoras y refinadoras de petróleo, por las grandes redes de medios de comunicación, por las cadenas de comida rápida, etc., bloque al que se han incorporado las compañías generadoras de energía térmica y de telefonía. Se trata de un breve número de familias y empresas extranjeras para las cuales no hay sector económico alguno en el que no hayan hecho inversiones y no ha habido integración vertical y horizontal alguna que no hayan puesto en práctica. Para adaptar y acuñar una frase, es el vivo e ideal ejemplo de un “modelo de desarrollo urbano sostenible con enfoque territorial”. ¿Usted me entiende, compadre, verdad?

Este bloque élite además de manejar monopólicamente los precios de las materias primas nacionales y de ofrecer las más altas tasas de interés, también opera con uno de los precios más elevados de la electricidad, telefonía y combustibles del istmo centroamericano. ¿Comprende ahora, amigo, por qué el bloque de la micro, pequeña y mediana empresa ha tenido limitado su crecimiento (además de lo que ha significado la devaluación), por qué ese potencial de generación de empleo no ha podido desplegarse en toda su extensión, por qué millón y medio de jóvenes (casi un tercio de la población trabajadora del país) ha tenido que ir a buscar empleo fuera de aquí, por qué se puede afirmar que ese crecimiento económico basado en la devaluación y en el manejo monopólico e irrestricto de los precios de insumos críticos para la producción ha sido un crecimiento para las familias del bloque élite, por qué se puede afirmar que los gobiernos han venido manejando una política económica que impulsa un crecimiento cuyos costos recaen sobre la mayoría y los beneficios fundamentalmente sobre el bloque élite?

¿Entiende ahora, compadre, que el andamiaje político y la forma de gestión gubernamental es muy compatible con la manera en que el bloque élite tiene organizada y maneja la economía de este país? ¿Entiende que esta compatibilidad hace del funcionamiento del país una cajita que produce constantemente pobres en serie y a gran escala? ¿Comprende ahora que si a esa cajita no se hacen los ajustes económicos y políticos necesarios la polarización económica y social va a ser cada vez mayor? ¿Entiende que sin esos ajustes por más estrategias para reducción de la pobreza, por más ayuda internacional bien intencionada, por más enfoques territoriales de desarrollo rural sostenible que hayan, los esfuerzos para abatir la pobreza van a ser la perenne proeza de Sísifo?

Ahora volvamos al inicio de todo esto. Comencé hablándole del golpe y le he relatado todo esto porque considero que lo económico es marco de referencia obligado para el análisis político y porque creo que la nariz, por más grande que la tengamos, no puede ser el horizonte de nuestras reflexiones; por eso me remití a los hechos ocurridos desde 1990, cuando se inicia en el país esa sesgada política económica y peculiar forma de gestión gubernamental.

Entiende, entonces, amigo Rodolfo, qué significa hacer una gestión gubernamental diferente queriendo que el crecimiento del bloque de la micro, pequeña y mediana empresa se costee con la reducción del precio de los combustibles al revisar el margen de intermediación y abrir una fuente alternativa de abastecimiento concesionario (Petrocaribe), subsidiando el precio de los derivados del petróleo, obligando a bajar la tasa de interés de los préstamos para construcción e intentando el pecado capital de querer reducir los precios de la energía eléctrica en los contratos del Estado con las empresas térmicas (Miguel Facussé, Callejas y otros más)? Son los contratos que han tenido al punto del colapso financiero a la empresa estatal de energía eléctrica en uno de los más rentables negocios junto con el de la telefonía, beneficiaria de concesiones que el buró político otorgó al bloque élite, por decirlo así, por diez centavos cuando costaba un millón de lempiras?

¿Comprende que haber tocado el interés de las transnacionales del petróleo es haber movilizado la animadversión de la embajada de EUA y de todos los recursos y fines a su alcance para restaurarles sus beneficios? ¿Usted cree que es gratuito que una de las primeras medidas tomadas por Micheletti haya sido devolverles el control monopólico del abastecimiento del petróleo a esas compañías?

Y como el sentido de propiedad del bloque élite no se reduce a las inversiones empresariales sino que se extiende a sus inversiones políticas, si Ud. estuviera aquí sabría a qué familia o corporación le pertenece la Corte Suprema de Justicia, el Ministerio Público o entre quienes está repartido el Congreso Nacional, obviamente con todos sus magistrados, fiscales y diputados. Y por tanto se daría cuenta también que ese bloque élite no necesita meter directamente sus manos en un golpe, porque esa élite “democrática” puede permitir que se juegue con el Santos pero no con la limosna.

Mire, amigo, esa cajita que arriba le mencioné no sólo es una cajita económica sino también política y jurídica. De manera que no sólo es su parte económica sino también su andamiaje político y jurídico el que produce pobres a granel. Y ese andamiaje son todas las leyes primarias y secundarias, las normas, regulaciones, estructuras, instituciones y las personas que las operan como representantes de la ciudadanía. Así que, en la idea y propósito de Zelaya, una apertura participativa y representativa más amplia (incorporando a sectores que han estado excluidos), la introducción de mecanismos de democracia directa como el plebiscito que implica la cuarta urna y la inserción de nuevas normas y reglas del juego democrático son requisitos y cambios ineludibles sin los que se volvería imposible combatir la pobreza y la exclusión. Pero, a la vez, son atentatorias contra el estilo de conducción política del Congreso y sobre todo contra los beneficios personales y políticos que el puesto y ese estilo les han venido reportando. Fíjese, compadre, que apenas se hicieron pequeños cambios en los procedimientos de votación y ya no salieron electos diputados pétreos como Ramos Soto y otros del mismo género. Esa experiencia les enseñó mucho. Entiende Ud. que perseverar en el estatus quo es un asunto de supervivencia para esta prole y la propuesta de cambios es equivalente a que les muevan el petate.

Ve Ud. entonces que ampliado el contexto y el horizonte, esa polarización de la sociedad hondureña que mira desde aquellos lares no es un asunto promovido por Mel Zelaya, sino un trabajo tesonero y esforzado que el bloque élite y el estamento político han venido construyendo desde hace dieciocho años, para sólo hablar de lo más reciente de esta construcción. El común de la gente mira que trabaja y trabaja y no ve avance. Mire, compadre, esa polarización está tan metida en el tuétano social y la lleva la gente a flor de piel que la más nanométrica propuesta de justicia y participación dispara instintivamente las ilusiones y los anhelos. Seguramente a Zelaya y su rol lo construyeron también las circunstancias, y como pudo ser él podría haber sido otro. Mel sólo es parte de la ecuación.

La participación de los militares en el golpe merece sólo un breve comentario. Cuando se requirió su participación en la consulta popular, como llamado de la población, el proceso era ilegal. Cuando el bloque élite le designó el papel golpista muy solícitamente lo hizo respaldándose en un argumento de legalidad. Esos militares son eso, obedientes y no deliberantes.

Yo te agradezco, hermano Rodolfo, que me hayas motivado a hacer estos apuntes para darte una vista panorámica y de amplio horizonte de lo que aquí pasa. Un abrazo fraterno

Tu amigo


Honduras y la política del “doble carril” de EEUU

Hugo Moldiz Mercado, Rebelión


Hasta que el presidente de Honduras, Manuel Zelaya, no retorne a Tegucigalpa, con todos los poderes establecidos en la Constitución Política del Estado de ese país centroamericano, hay que tener cuidado con la política del “doble carril”. Hay demasiada experiencia en “Nuestra América” sobre las hábiles “movidas” diplomáticas de la Casa Blanca y de la capacidad de sus organismos de inteligencia para generar confusiones y finalmente salirse con las suyas.

“La política del doble carril” ha sido desarrollada por Estados Unidos en la década de los 80 contra la Revolución nicaragüense. Las dos tácticas de una misma estrategia (derrotar al sandinismo), se tradujeron en la combinación de la guerra, cuya base militar estaba en Honduras, y el impulso de diálogos demandados por sectores opositores a la intervención militar pero contrarios al entonces presidente Daniel Ortega. Tanto la organización y el financiamiento de “los contras” como la fabricación de espacios de diálogo sirvieron para desgastar al gobierno revolucionario. En 1989, el FSLN perdía el poder conquistado por las armas en 1979.

Pero si el ejemplo arriba señalado podría ser descalificado por el tiempo transcurrido o justificado por haber sucedido en plena Guerra Fría, el caso Haití es lo bastante demostrativo de la doble moral con la cual actúa la burguesía imperial. El Domingo 29 de febrero 2004 un golpe de Estado depuso al presidente Jean Bertrand Aristide. Estados Unidos y la OEA condenaron duramente la interrupción de la institucionalidad democrática. Luego, una carta de renuncia del presidente haitiano fue divulgada sin previa confirmación. La expectativa de los que apostaban a presenciar, producto de la posición estadounidense, el retorno del presidente depuesto a Puerto Príncipe, se fue diluyendo conforme pasaban los días y en la medida que el imperio trabajaba por abrir una transición que tomara en cuenta a los sectores en conflicto.

Las declaraciones de la Secretaria de Estado, Hillary Clinton, a media tarde del domingo 28 de junio, parecen confirmar los datos de la experiencia histórica. "Cuando yo hablo de apoyar el trabajo de la OEA es una cuestión de trabajar con los partidos en Honduras, porque todos los partidos involucrados den un paso atrás y mirar cómo sus instituciones democráticas deberían funcionar", ha sostenido la alta funcionaria estadounidense. Qué habrá querido decir Clinton con que "se debe entender que hay mucho en juego para mantener la democracia, no queremos ir hacia atrás y queremos que todos los partidos jueguen un papel responsable en ese aspecto". Ojalá que el “no ir atrás” no sea avalar la destitución de Zelaya, quien no cuenta con el respaldo de los partidos en el Congreso Nacional, incluido el partido liberal con el cual ganó las elecciones en 2005, por asumir posiciones latinoamericanistas, o hacer un borrón y cuenta nueva de tal manera que los protagonistas del Golpe de Estado –el primero en la era Obama-, no sean enjuiciados y condenados.

No hubo, ni con Dan Restrepo ni con Clinton, una condena al secuestro de Zelaya ni al golpe de Estado en los términos que se esperaba de una administración interesada, según dice, en reconstruir sus vínculos con América Latina. Por lo demás, llama la atención que la vicepresidente del Congreso de Honduras, Marcia Villeda, haya declarado a la CNN que durante más de una semana se buscó una solución que evitara la consulta y que en los diálogos participó el embajador de EEUU, Hugo Llorens.

Otras lecturas de los sucesos de Honduras, como el realizado por la investigadora Eva Golinger, conducen a pesar en la participación del Pentágono y la CIA, lo cual, de todas maneras, levanta un montón de interrogantes sobre la real información disponible por la administración Obama antes y durante el golpe militar, aunque parece ser una exageración sugerir que la causa del golpe habría sido expulsar a los militares estadounidenses de Honduras.

Estados Unidos, que en la primera mitad del siglo XX encontró a la United Fruit y a la Rosario Minning controlando casi el 100% de la exportación de bananos y minerales, cuenta con una base militar en Soto Cano, a 97 kilómetros de la capital, y los militares hondureños poco o casi nada hacen sin el consentimiento de sus similares estadounidenses. De hecho, es poco probable que los militares hondureños hubiesen activado este golpe sin el consentimiento de los altos mandos militares asentados en ese país o que la inteligencia estadounidense, muy activa en ese país centroamericano, no se hubiese percatado del plan antidemocrático.

Lo que no hay duda es que la reacción de la Casa Blanca se fue modificando conforme el escenario hondureño e internacional iba mostrando una contundente condena al golpe de Estado que la burguesía de ese país, profundamente vinculada a compañías estadounidenses, perpetró cobardemente y apoyada en el silencio mediático contra la democracia y el gobierno legítimamente constituido. Al principio Obama, en la voz de Dan Restrepo, expresó su preocupación (no empleo la palabra condena) por los hechos acaecidos y exhortó a “que los hondureños resuelvan sus problemas, sin la participación de ninguna interferencia extranjera”. En horas de la tarde, el asesor de la administración demócrata para América Latina reiteró casi las mismas palabras.

Estados Unidos ha terminado plegándose a la condena internacional liderada por los países miembros del ALBA-TCP. Otra cosa no podía hacer y el costo hubiese sido demasiado alto. Pero eso no significa que la burguesía imperial no vaya a reeditar la “política del doble carril”. Su renuncia a la subversión y contrainsurgencia sería negar su propia naturaleza.

“Nuestra América” ya no es la misma que la década de los 70. La rápida reacción de los gobiernos progresistas y revolucionarios ha sido, a pesar del comportamiento de los medios de información transnacional, decisivo para evitar la consolidación del régimen de facto. Por lo demás, si de medios se trata, Telesur ha demostrado, por si quedaban dudas, cuan acertada ha sido la decisión de crearla.
Por eso, para que Honduras no sea la Nicaragua de los 80 y el Haití de 2004, es necesario incrementar la presión de los pueblos y gobiernos “nuestroamericanos” y mantenerse vigilantes con lo que vaya a hacer Estados Unidos. Honduras puede ser un globo de ensayo.