Amnistía Internacional afirma que la crisis global no sólo es económica sino de derechos humanos


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El mundo camina sobre un polvorín de desigualdad, injusticia e inseguridad que está a punto de estallar, advierte Amnistía Internacional (AI) en su informe anual 2009, y subraya que la crisis no sólo es económica sino de derechos humanos.

Desde Haití a China, pasando por México, Colombia, Sri Lanka, Palestina, Congo y Sudán, el documento, publicado hoy en Londres, ofrece un oscuro panorama de los abusos de derechos humanos en el mundo, donde la crisis económica intensifica la inestabilidad política y la violencia.

Aunque advierte que es demasiado pronto para predecir todos los efectos que el despilfarro de los últimos años tendrá en los derechos humanos, AI subraya el incremento en el mundo de la pobreza, el desempleo, la discriminación y la desigualdad, lo que nunca ha sido terreno propicio para el respeto de esos derechos.

El texto de AI, que analizó la situación en 157 países, destaca que, aunque nadie está a salvo de la crisis económica, las cuitas de los países ricos no son nada comparadas con las calamidades que se ciernen sobre los más pobres.

La recesión ha agravado los abusos, ha hecho que se desvíe la atención y ha creado nuevos problemas. Los derechos humanos se pisotearon en nombre de la seguridad, y ahora se relegan al último puesto en nombre de la recuperación económica, dijo la directora de AI, Irene Khan, al presentar el informe El estado de los derechos humanos en el mundo.

En Asia, África, América Latina, cada vez hay más hambre y enfermedades debido a la drástica subida de los precios de los alimentos, y más personas sin hogar y en la indigencia a causa de los desalojos forzosos y los embargos de bienes hipotecados, indica el informe de la organización.

Esta falta de comida, empleo, agua, tierra y vivienda, el aumento de la desigualdad, la inseguridad, la violencia, la xenofobia y el racismo reflejan que el mundo hace frente no sólo a una crisis económica sino a una crisis de derechos humanos, subrayó Khan.

AI señala que la situación de los derechos humanos en América Latina en 2008 mostró avances, como la condena a 25 años de cárcel al ex presidente peruano Alberto Fujimori por crímenes de lesa humanidad, que caracteriza como crucial, pero también retrocesos en inseguridad y exclusión.

Observa avances en la batalla contra la impunidad en Argentina, Bolivia, Chile, Colombia y Uruguay, pero lamenta que el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, que ganó las elecciones presidenciales salvadoreñas en marzo pasado, no prometiera levantar la ley de amnistía que dio impunidad a personas que violaron derechos humanos durante la guerra civil, de 1980 a 1992.

El informe señala que el conflicto en Colombia siguió provocando gran cantidad de desplazados, que aumentaron a 380 mil en 2008, mientras que los indígenas fueron los más afectados, dijo AI, que cita informes de asesinato de hasta 27 de ellos por la guerrilla.

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia reconocieron en abril haber asesinado a ocho indígenas awá. También se registró el asesinato de dos defensores de los derechos humanos, y el informe señala que paramilitares colombianos continuaron matando civiles y sembrando el terror, a veces con el consentimiento de las fuerzas de seguridad.

El respeto de los derechos indígenas mejoró en Bolivia y en Brasil, donde el gobierno entregó tierras, pero en contraste, en Paraguay murieron seis miembros de la comunidad aawhoyamaxa por enfermedades evitables, afirma.

La exclusión de poblaciones menos favorecidas también se constató en Río de Janeiro, donde se comenzó a construir un muro alrededor de favelas, lo que fue denunciado como discriminatorio.

Destaca que en Chile se comenzó a discutir un proyecto de ley que podría reconocer el crimen del feminicidio, lo que podría incidir en disminuir la violencia contra las mujeres.

En entrevista, poco antes de la publicación del informe, Khan denunció que los gobiernos poderosos están más preocupados por atajar exclusivamente los problemas económicos y financieros en sus países, y hacen caso omiso de la crisis mundial que los rodea.

Es patente que los gobiernos han fracasado estrepitosamente a la hora de proteger los derechos humanos, la vida y el sustento de las personas, estimó la responsable de AI, que llamó a un cambio de liderazgo político.

Khan hizo hincapié en los billonarios paquetes que han lanzado los gobiernos de los países más ricos para rescatar a los bancos y las instituciones financieras, mientras han olvidado a los sectores más vulnerables en sus propios países y en el resto del mundo.

Precisó por ello que el informe de AI, de 400 páginas, se dirige en particular al Grupo de los 20 (G-20), que se ha cubierto con un manto de liderazgo pero que no cumple con sus compromisos para reducir la pobreza en el mundo y respetar los derechos humanos.

El G-20 carece de una visión unificada de los derechos humanos, afirmó Khan, y señaló que en muchos de los países que componen ese grupo –entre los que citó a Arabia Saudita, México, China, Brasil y Estados Unidos– el récord del respeto de esos derechos deja mucho que desear.

Por ejemplo, Estados Unidos no reconoce que los derechos económicos son parte de los derechos humanos y China no toma en cuenta los derechos civiles o políticos de sus ciudadanos, afirmó.

El mundo necesita un liderazgo diferente, un modelo distinto de política y también de economía, algo que funcione para todas las personas y no sólo para unos pocos privilegiados, resaltó.

Entre los pocos progresos en los últimos meses, Khan se congratuló del compromiso del presidente estadunidense Barack Obama con cerrar la prisión en la base de Guantánamo en Cuba, pero advirtió que el jefe de la Casa Blanca no ha ido bastante lejos.

El anuncio del cierre fue una buena noticia, así como los pasos importantes que tomó en el inicio para rectificar algunos abusos de los derechos humanos cometidos por el gobierno de George W. Bush, señala. Pero luego, algunas de esas iniciativas fueron seguidas por acciones limitadas, y su gobierno ha enviado en estos primeros meses señales mixtas.

Khan concluyó enviando un mensaje a los países del G-20, a que suscriban un nuevo acuerdo global para el respeto de los derechos humanos y coloquen esos derechos en el centro de sus iniciativas internacionales para combatir la crisis económica.

El arte del asesinato político en Guatemala: entrevista a Francisco Goldman. Por Mónica Maristain



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El Obispo José Gerardi, asesinado en 1998, revive en una crónica conmovedora de Francisco Goldman.

De todas las guerras sucias en los tiempos donde las balas eran el único valor de intercambio en el continente latinoamericano, la de Guatemala, sin dudas, fue la más sucia y la menos difundida.

La aplicación de la Doctrina de la Seguridad Nacional, clave en la política exterior estadounidense en los 70 y 80, se ensañó particularmente con esta nación poblada, al decir de Wallace Stevens, por "hombres más remotos que las montañas".

En este país de América Central, que limita al oeste y norte con México, al este con Belice y el Golfo de Honduras, al sudeste con Honduras y El Salvador, la guerra contra la insurgencia, que dio inicio a comienzo de los años 60, dejó más de 50 mil muertos y millones de desplazados hacia la selva y el campo.

Guatemala no fue Chile, donde en los 70 Pinochet y la CIA acabaron con el primer presidente socialista elegido democráticamente en el continente. Tampoco fue Argentina, donde la sangrienta dictadura de Videla se mezcló con el futbol y la invasión a las islas Malvinas para caer atrapada en su mismo vértigo mediático.

Guatemala tampoco fue Nicaragua; no tuvo a Julio Cortázar y sus poemas a Sandino. Ni siquiera fue El Salvador, donde el monseñor Arnulfo Romero y el poeta Roque Dalton, de un lado al otro de la sangre, sacudieron al mundo con su martirio.

En este país poblado mayoritariamente por indígenas, los cadáveres siguieron muriendo -al decir del poeta peruano César Vallejo- por mucho tiempo, con heridas abiertas y sangrantes frente a la indiferencia y sordera de la opinión internacional.

Por fortuna -si es que en estos temas puede apelarse a un concepto semejante- si algo no muere nunca en Latinoamérica son los muertos matados por el abismo insondable de la crueldad, de la violencia ciega, de la injusticia.

Prueba de esa eternidad clamorosa es la voz del obispo Juan Gerardi, asesinado a golpes en el patio de su iglesia el 26 de abril de 1998, como castigo infame a su labor al frente de la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala, a sólo dos días de haber presentado un informe de mil 600 páginas que documentaba los crímenes cometidos por el ejército guatemalteco en la lucha contra la insurgencia.

El periodista y escritor Francisco Goldman, nacido en 1957 y criado entre Boston y Guatemala, narra en su libro de reciente aparición, no sólo el horrendo crimen de Gerardi, a quien llama "héroe y mártir", sino las investigaciones llevadas a cabo después del asesinato y que derivaron en un juicio histórico en el país, que a juzgar por los hechos de los últimos días, sigue desangrándose, sigue muriendo.

KIOSKO adelanta en forma exclusiva el primer capítulo de El arte del asesinato político - ¿Quién mató al obispo? (Anagrama), una crónica serena, minuciosa y a la vez conmovedora de un asesinato que como muchos en nuestro continente, no debería haber ocurrido.

¿Cree que el mundo está en deuda con Guatemala?

El gobierno de Bush en los EU ha puesto mucho dinero para deportar a los trabajadores guatemaltecos de su suelo, pero no ha puesto un centavo en ayudar a reconstruir una nación que pueda dar trabajo y mejores condiciones de supervivencia a sus jóvenes. Guatemala es un país como tantos otros en América Latina, aunque es el único que en los últimos diez años ha visto crecer los problemas por desnutrición en los niños. Entonces sí, el mundo tiene una deuda ética, política y humana con Guatemala.

¿Con qué disposición de ánimo escribió esta crónica?

Originalmente pensé que esto iba ser un libro breve y fácil. Escribí primero dos artículos sobre el caso, uno en la revista New Yorker sobre el asesinato de Gerardi y otro sobre el juicio en The New York Review of Books. Para el libro pensaba unir los dos artículos y ya, pero entre el 2001 y el 2007, el caso enloqueció, se puso todavía más terrible, interesante y peligroso. Los asesinos -vinculados algunos con el ejército y otros con las mafias- hicieron de todo para detener el juicio. Pensaban incluso que de ser condenados, los jueces corruptos iban a dejarlos en libertad. Yo también pensaba qué eso iba a suceder y ya no tenía ganas de hacer otro libro sobre otra derrota en Guatemala, pero increíblemente, los jueces condenaron a los asesinos. Entonces supe que tenía que escribirlo. Lo escribí durante 18 meses, con el mejor ánimo posible, recién asado, con buena comida casera en la barriga, mucho tequila, mucho amor... en Guanajuato.

¿La inclusión de la primera persona en el relato fue un modo de perder distancia para ganar compromiso con la historia?

Aparezco donde es relevante, porque yo estaba ahí y, hasta cierto punto fui participante. Sabía que había una sola manera de conseguir precisamente el libro: fidelidad completa al caso mismo, incluyendo las partes que viví al lado de los protagonistas.

¿Qué consecuencias trajo la publicación de esta crónica?

El libro contribuyó a reivindicar la labor de quienes consiguieron que por primera vez en la historia de Guatemala se condenara a militares por sus crímenes de Estado. Sin duda, el libro fue usado como arma electoral contra el candidato Pérez Molina, que hubiera sido un desastre peor que Colom.

¿Los cadáveres en Guatemala son como el poema de Vallejo, es decir: siguen muriendo?

Sí, claro. De hecho, han matado a 20 personas relacionadas con el caso Gerardi. Hace algunas semanas mataron un militar que podría haber sido un testigo importante en la próxima etapa del caso. En Guatemala, los asesinatos toman muchas formas y se hacen por muchas razones, no sólo para castigar o eliminar gente incómoda. La víctima es más que un objetivo en sí mismo de quienes han urdido su muerte; se convierte en un medio para enviar mensajes a terceros y alcanzar otros fines.

El obispo Gerardi ¿fue un héroe o un mártir?

Pues los dos. Me gusta una de las definiciones que la Iglesia tiene para definar al mártir: comida de las bestias. Gerardi sin duda fue comido por bestias.

¿Cuándo es el momento de llorar en Guatemala?

Citaría mi propio libro, cuando se habla de Helen Mack, en la lucha terrible que ha encarado para encontrar a los asesinos de su hermana: "Su larga e incesante búsqueda de justicia por el asesinato de su hermana la había convertido en la activista de derechos humanos más admirable de Guatemala. Inteligente, daba la impresión de que nada la asustaba y proyectaba una fría implacabilidad, pero al mismo tiempo mostraba la vulnerabilidad emocional más desarmante: a menudo rompía en lágrimas cuando discutía el caso de su hermana o cuando debía dirigirse a la prensa después de recibir un revés en los tribunales."

¿Qué opina de lo que acaba de pasar con el presidente Colom?

No hay gobierno ni institución en Guatemala que no esté penetrado por el poder del narco y las mafias. Sin duda eso lo que está atrás del asesinato del licenciado Rosenberg. Ahora bien, lo que hay que determinar es si el presidente sabía de esto. El gobierno de Colom parece demasiado débil en comparación con el de Arzú, quien gobernaba cuando asesinaron al obispo Gerardi. Eso significa que será más difícil para la gente de Colom orquestar un encubrimiento. En Guatemala ahora existe el CICIG, un organismo de la ONU que investiga el crimen organizado y los poderes clandestinos. Ellos van a investigar el asesinato del abogado Rosenberg y esa es una buena noticia.

Represión en el Sahara occidental. La ONU no oye nada, no ve nada…


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Jean-Paul Le Marec, Le Grand Soir Traducido para Rebelión por Caty R.

Desde mayo de 2005, la población saharaui de los territorios ocupados por Marruecos en 1975 lleva a cabo una sublevación popular pacífica contra la ocupación y la colonización. A pesar de la violenta represión, que se traduce en detenciones, secuestros, torturas y desapariciones, regularmente se organizan manifestaciones para exigir el derecho a la autodeterminación. Esta movilización se ha extendido en las universidades marroquíes, donde los estudiantes saharauis multiplican las adhesiones. Los estudiantes padecen la misma represión: detenciones y duras penas de prisión tras juicios amañados. Tres de ellos, detenidos en la cárcel de Boulemharez, en Marrakech: Ibrahim Benaz, Ablagh Ali Salem y Abu Hassan Khallilena, condenados y encarcelados por participar en una manifestación, han seguido una huelga de hambre durante 56 días para denunciar sus deplorables condiciones de detención y reclamar los derechos de los presos políticos.

El muro de silencio de los medios de comunicación

Esas violaciones de los derechos humanos se denunciaron en la décima sesión del Consejo de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas del 2 al 27 de marzo en Ginebra por numerosas organizaciones internacionales: «Fondation France Libertés», Société internationale des droits de l’homme», «Mouvement International de jeunes et d’étudiants por les Nationes unies», «Fédération syndicale mondiale» (FSM). Pero los grandes medios de comunicación occidentales y los «intelectuales» que se autoproclaman defensores de los derechos humanos (muchos de ellos pasan sus vacaciones o fines de semana en Marruecos o poseen una casa allí) ¡no dicen ni una palabra! Este muro de silencio apenas se agrieta por dos informes recientes de la asociación estadounidense «Human Rights Watch» en diciembre de 2008 y de la delegación ad hoc del Parlamento Europeo en marzo de 2009. Esos dos informes, elaborados a partir de visitas sobre el terreno y de entrevistas con las asociaciones saharauis, confirman los testimonios de las misiones civiles de observación y de los abogados y magistrados presentes en los procesos de los militantes saharauis: el ejército de ocupación marroquí ejerce una política represiva contra la población saharaui, que no dispone de la libertad de expresión, de asociación y de manifestación; las violaciones de los derechos humanos están relacionadas con rechazo de las autoridades marroquíes a reconocer el derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui. Incluso la reivindicación de este derecho en las declaraciones o manifestaciones está prohibida, reprimida y penalizada con la cárcel.

Francia, portavoz de Marruecos.

Frente a esta situación, cada vez más preocupante, numerosas asociaciones de derechos humanos saharauis e internacionales han solicitado una ampliación del mandato de la misión de las Naciones Unidas para el Sahara Occidental (MINURSO) para que se vigile el respeto de los derechos humanos. En efecto, los Cascos Azules de la ONU presentes en la zona no tienen derecho a intervenir ni siquiera cuando se maltrata a los saharauis en su presencia. Como ha señalado el representante de Uganda en el Consejo de Seguridad de la ONU: «En ese sentido, la MINURSO es la única misión de la ONU que no incluye un componente de «derechos humanos» a pesar de la enorme necesidad que existe sobre el terreno».

Las Naciones Unidas, que normalmente son las encargadas de aplicar el derecho internacional, en realidad sólo obedecen a las grandes potencias que defienden sus intereses económicos, comerciales y estratégicos. Este caso se da especialmente el caso en el Sahara occidental. A pesar de las numerosas intervenciones ante el Secretario General Ban Ki Moon y los miembros del Consejo de Seguridad, la resolución adoptada el 30 de abril por el Consejo de seguridad se conforma con prorrogar el mandato de la MINURSO durante un año más e invitar a Marruecos y al Frente Polisario a proseguir sus negociaciones. Una forma real de no hacer caso de las solicitudes prórroga del mandato de la MINURSO. Como precisó Ban Ki Moon: La MINURSO no tiene un mandato específico relativo a los derechos humanos y la Alta Comisaría de los Derechos Humanos no está presente en el territorio.

Los saharauis pueden seguir sufriendo la ocupación, ver cómo se prohíben sus asociaciones, padecer torturas y encarcelamientos; la ONU cierra los ojos y deja las manos libres a Marruecos.

Una vez más, el gobierno francés es el mejor portavoz de Marruecos en los foros de la ONU. Como señaló el diario Le Monde del 4 de mayo, es Francia quien ha «bloqueado el dossier de los derechos humanos» y quien ha rechazado que «el Consejo de Seguridad de la ONU prorrogue el mandato de los Cascos Azules». También ha sido Francia, por medio de su representante en la ONU, Jean Maurice Ripert, quien ha apoyado sin reservas el plan de autonomía de Marruecos que hace escarnio del derecho internacional basado en el derecho de los pueblos a disponer de sí mismos, es decir, el derecho a la autodeterminación.

Debe proseguir la movilización ante las Naciones Unidas y los gobiernos de la Unión Europea (prioritariamente ante el gobierno francés) para el establecimiento de un mecanismo internacional que proteja a la población saharaui. Dicha movilización, por supuesto, deberá exigir el reconocimiento del derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui con la celebración de un referéndum que le permita decidir sobre su futuro entre la adhesión a Marruecos, la autonomía bajo soberanía marroquí o la independencia. Si ese referéndum, que debería haber organizado la ONU en 1992 en paralelo con el alto el fuego aceptado por el Frente Polisario, se sigue posponiendo indefinidamente, ¿no habría que temer un retorno a la guerra para conseguir que se reconozcan los derechos del pueblo saharaui? Eso es lo que recuerda el secretario general del Frente Polisario, Mohamed Abdelaziz, en el periódico argelino Jeune Indépendant: «La opción de la vuelta a la guerra está presente en el Frente Polisario en el caso de que fracasen las negociaciones.

Mentiras y verdades de la gripe porcina. El montaje mediático terrorista


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Corporaciones agropecuarias, bancos, gobiernos, organismos internacionales y medios de comunicación. Todos en el negocio de la epidemia.

Con la irrupción de la epidemia de fiebre porcina en México, la sociedad global, pero en forma especial sus sectores empobrecidos y dependientes, pasó a ser víctima de un múltiple ataque. Contra ella se dirigen no sólo la enfermedad y sus eventuales consecuencias devastadoras, sino también los intereses de los gigantes transnacionales de la explotación agropecuaria, la banca y los laboratorios, y sus socios funcionales, los consorcios mediáticos corporativizados. Por supuesto, en esa red también juegan un papel destacado muchos gobiernos y organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El jueves 30 de abril, un canal de la TV por cable de Argentina (C5N) difundió datos que volverían a mencionarse en las horas siguientes: la inmensa mayoría de los casos que a nivel global fueron identificados como afecciones de fiebre porcina no estarían confirmados como tales y el número de victimas fatales por ese mal –también a escala mundial- no habría superado los 12.

Los periodistas del programa fundaban sus afirmaciones en diversas fuentes internacionales y cruzaron miradas de asombro. Un funcionario del área salud de la provincia de Buenos Aires -la más poblada de este país- no confirmaba ni desmentía los datos. Luego esos mismos periodistas comentaron (y se preguntaron) entonces todo lo que se viene afirmando desde los medios de comunicación podría ser inexacto y por consiguiente carecer de credibilidad, cómo puede ser que suceda algo así.

Interesante reacción si no fuese que la respuesta y la responsabilidad justamente corresponden a quienes se asombran y lanzan la pregunta.

Es evidente que la conducta de ese canal argentino -y lo mismo podría decirse de todas la cadenas concentradas de la TV global- están abocadas, desde hace días, a una actitud de machaque constante, construyendo así a una suerte de escenario más destinado a la creación de terror que al establecimiento de un programa de comunicación orientado a la movilización social preventiva.

A principios de la semana pasada, altos funcionarios de la OMS, con impronta gestual de tragedia, desde sus poltronas anunciaban que la pandemia entraba en altera fase cinco de las seis previstas. Pese a ello, horas después, la Unión Europea (UE) informaba que no suspendía sus vuelos hacia México, medida que había sido adoptada como mayores o menores niveles de intensidad en varios países.

En forma casi simultánea, los medios de comunicación informaron que la gripe porcina no se llama gripe porcina sino influenza tipo A, una decisión que, más allá de las precisiones del lenguaje técnico científico, encierra interesantes connotaciones semánticas: se extirpan los sentidos que apuntan a la producción pecuaria de cerdos y quizá también aquellos que comenzaron a circular bajo la denominación gripe de América del Norte.

Después, sobre el último fin de semana, la OMS relativizó sus dichos anteriores. Reconoció que habían muerto 17 personas y que miles de casos aun no estaban confirmados como tales.

Interesante resulta subrayar lo que afirmó el 2 de mayo la revista electrónica Rebelion: la OMS declaró la pandemia en nivel cinco de un total de seis, pero sin embargo no se declara la verdadera pandemia que amenaza a los pobres del planeta:

Cada minuto muere un niño por SIDA

Cada 5 minutos muere un niño por falta de atención médica

Cada 8 segundos muere un niño por agua contaminada

Cada 3 segundos muere un niño por hambre y desnutrición

Cada segundo muere un bebé recién nacido por falta de atención médica; y de los sobrevivientes: dos millones de niños mueren por problemas neonatales, 1,6 millones por diarreas y 1,4 millones por neumonías, lo que significa que cada año 11 millones de jóvenes mueren antes de la pubertad

Cada minuto muere una mujer embarazada por falta de atención médica; y cada año 530 mil mujeres embarazadas mueren por desnutrición.

Cada año hay 133 millones de nuevos nacimientos en el mundo, de los cuales 14 millones son nacimientos prematuros, 4 millones con malformaciones congénitas y 13 millones mueren por falta de incubadora.

100 millones de niños son explotados en la prostitución infantil

El 32 por ciento de las niñas menores de 15 años son embarazadas, de cuyos nacimientos el 55 por ciento surgen los futuros delincuentes de la sociedad

177 millones de niños sufren retraso en su crecimiento por desnutrición y 2 de cada 7 niños sufren retardo mental por desnutrición

El 80 por ciento de toda la sangre para las transfusiones que se comercializan en el planeta son vendidas por los pobres a 10 centavos de dólar el litro

Anualmente se realizan 200 mil trasplantes de riñón, 100 mil de corazón, 1 millón de corneas, 300 mil médulas, 5 mil hígados, 2 millones de piel y 100 mil de pulmones; cuyos órganos en un 90 % provienes de los países pobres, donde el imperio económico instala hospitales "gratuitos" para extraerlos de los pobres los órganos que demandan las clínicas privadas del planeta

El 70 por ciento de los órganos trasplantados a los niños ricos del mundo les fueron extraídos a los niños pobres que son secuestrados en Brasil, Nigeria y México

Es lícito entonces que los no expertos, es decir más del 99,9 por ciento de la población mundial, la misma que estaría expuesta al contagio de fiebre porcina, se pregunte…

¿Qué está sucediendo?
Algunos colegas, como es el caso Mike Davis, pueden ayudarnos a encontrar respuestas. En el artículo La gripe porcina y el monstruoso poder de la gran industria pecuaria, publicado la semana pasada en SinPermiso (www.sinpermiso.info) dice que la gripe porcina mexicana, una quimera genética probablemente concebida en el cieno fecal de una gorrinera industrial, amenaza súbitamente con una fiebre al mundo entero. Los brotes en la América del Norte revelan una infección que está viajando ya a mayor velocidad de la que viajó con la última cepa pandémica oficial, la gripe de Hong Kong en 1968.

Davis es autor del libro El monstruo llama a nuestra puerta (Ediciones El Viejo Topo, Barcelona, 2006). En ese trabajo alertó sobre el peligro de una gripe aviar pandémica de alcance mundial. Ahora, en el artículo que estamos citando explica cómo la gran industria pecuaria globalizada sentó las bases para el brote de gripe porcina en México.

Desde las primeras muertes por H5N1 en 1997, en Hong Kong, la OMS, con el apoyo de la mayoría de administraciones nacionales de sanidad, ha promovido una estrategia centrada en la identificación y el aislamiento de una cepa pandémica en su radio local de brote, seguidos de una masiva administración de antivirales y -si disponibles- vacunas a la población.

Una legión de escépticos ha criticado ese enfoque de contrainsurgencia viral (…). Pero el mito de una intervención audaz, preventiva (y barata) contra la gripe aviar ha resultado valiosísimo para la causa de los países ricos que, como los Estados Unidos y el Reino Unido, prefieren invertir en sus propias líneas Maginot biológicas, antes que incrementar drásticamente la ayuda a los frentes epidémicos avanzados de ultramar. Tampoco ha tenido precio este mito para las grandes transnacionales farmacéuticas, enfrentadas en una guerra sin cuartel con las exigencias de los países en vía de desarrollo empeñados en exigir la producción pública de antivíricos genéricos clave como el Tamiflu patentado por Roche (…).

Tal vez no sea sorprendente que México carezca tanto de capacidad como de voluntad política para gestionar enfermedades avícolas y ganaderas, pero ocurre que la situación apenas es mejor al norte de la frontera (Estados Unidos) en donde la vigilancia se deshace en un desdichado mosaico de jurisdicciones estatales y las grandes empresas pecuarias se enfrentan a las regulaciones sanitarias con el mismo desprecio con que suelen tratar a los trabajadores y a los animales. (…).

Lo paradójico de esta gripe porcina es que, aun si totalmente inesperada, había sido ya pronosticada con gran precisión. Hace seis años, la revista Science consagró un artículo importante a poner en evidencia que, "tras años de estabilidad, el virus de la gripe porcina de la América del Norte ha dado un salto evolutivo vertiginoso"(…).

Los investigadores entrevistados por Science (…) urgían a la creación de un sistema oficial de vigilancia para la gripe porcina: admonición, huelga decirlo, a la que prestó oídos sordos un Washington dispuesto entonces a tirar miles de millones de dólares por el sumidero de las fantasías bioterroristas.

¿Qué provocó tal aceleración en la evolución de la gripe porcina? Hace mucho que los virólogos están convencidos de que el sistema de agricultura intensiva de la China meridional es el principal vector de la mutación gripal: tanto de la "deriva" estacional como del episódico "intercambio" genómico. Pero la industrialización granempresarial de la producción pecuaria ha roto el monopolio natural de China en la evolución de la gripe. El sector pecuario se ha visto transformado en estas últimas décadas en algo que se parece más a la industria petroquímica que a la feliz granja familiar que pintan los libros de texto en la escuela (…). En 1965, por ejemplo, había en los EEUU 53 millones de cerdos repartidos entre más de un millón de granjas; hoy, 65 millones de cerdos se concentran en 65.000 instalaciones. Eso ha significado pasar de las anticuadas pocilgas a ciclópeos infiernos fecales en los que, entre estiércol y bajo un calor sofocante, prestos a intercambiar agentes patógenos a la velocidad del rayo, se hacinan decenas de millares de animales con más que debilitados sistemas inmunitarios (…).

El año pasado, una comisión convocada por el Pew Research Center publicó un informe sobre la "producción animal en granjas industriales", en donde se destacaba el agudo peligro de que "la continua circulación de virus (…) característica de enormes piaras, rebaños o hatos incremente las oportunidades de aparición de nuevos virus por episodios de mutación o de recombinación que podrían generar virus más eficientes en la transmisión entre humanos". La comisión alertó también de que el promiscuo uso de antibióticos en las factorías porcinas –más barato que en ambientes humanos- estaba propiciando el auge de infecciones estafílocóquicas resistentes, mientras que los vertidos residuales generaban brotes de escherichia coli y de pfiesteria (el protozoo que mató a mil millones de peces en los estuarios de Carolina y contagió a docenas de pescadores…).

Es el dinero, siempre el dinero
Por su parte, y también la semana pasada, el diario La Jornada, de México, sostuvo que, en ese país, las grandes empresas avícolas y porcícolas han proliferado ampliamente en las aguas (sucias) del Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Un ejemplo es Granjas Carroll, en Veracruz, propiedad de Smithfield Foods, la mayor empresa de cría de cerdos y procesamiento de productos porcinos en el mundo, con filiales en Norteamérica, Europa y China. En su sede de Perote comenzó hace algunas semanas una virulenta epidemia de enfermedades respiratorias que afectó a 60 por ciento de la población de La Gloria, hecho informado por La Jornada en varias oportunidades, a partir de las denuncias de los habitantes del lugar. Desde hace años llevan una dura lucha contra la contaminación de la empresa y han sufrido incluso represión de las autoridades por sus denuncias. Granjas Carroll declaró que no está relacionada ni es el origen de la actual epidemia, alegando que la población tenía una gripe "común". Por las dudas, no hicieron análisis para saber exactamente de qué virus se trataba.

El artículo, escrito por Silvia Ribeiro, añade: ya en la epidemia, son también trasnacionales las que más lucran: las empresas biotecnológicas y farmacéuticas que monopolizan las vacunas y los antivirales. El gobierno anunció que tenía un millón de dosis de antígenos para atacar la nueva cepa de influenza porcina, pero nunca informó a qué costo.

Los únicos antivirales que aún tienen acción contra el nuevo virus están patentados en la mayor parte del mundo y son propiedad de dos grandes empresas farmacéuticas: zanamivir, con nombre comercial Relenza, comercializado por GlaxoSmithKline, y oseltamivir, cuya marca comercial es Tamiflu, patentado por Gilead Sciences, licenciado en forma exclusiva a Roche. Glaxo y Roche son la segunda y cuarta empresas farmacéuticas a escala mundial y, al igual que con el resto de sus fármacos, las epidemias son sus mejores oportunidades de negocio.

Con la gripe aviar, todas ellas obtuvieron cientos o miles de millones de dólares de ganancias. Con el anuncio de la nueva epidemia en México, las acciones de Gilead subieron 3 por ciento, las de Roche 4 y las de Glaxo 6 por ciento, y esto es sólo el comienzo.

Otra empresa que persigue este jugoso negocio es Baxter, que solicitó muestras del nuevo virus y anunció que podría tener la vacuna en 13 semanas. Baxter, otra farmacéutica global (en el lugar 22), tuvo un "accidente" en su fábrica en Austria en febrero de este año. Le envió un producto contra la gripe a Alemania, Eslovenia y la República Checa, contaminado con virus de gripe aviar. Según la empresa, "fueron errores humanos y problemas en el proceso", del cual no puede dar detalles, "porque tendría que revelar procesos patentados".

Alfredo Jalife-Rahme, también de La Jornada, escribió: llama poderosamente la atención la omnisciencia del Pentágono, el FMI y el Foro Económico Mundial de Davos sobre el esparcimiento de los virus. Hace 13 años se publicó un estudio Air Force 2025 en cuyo capítulo cinco se presenta un cronograma con una "historia plausible" donde en 2009 la influenza aniquilaría a 30 millones de personas (INFOWARS, 5/3/09).

El resucitado FMI, nuevo redentor del mundo (según la cumbre londinense del G-20), hace tres años estimulaba a la comunidad empresarial neoliberal a "desarrollar planes de emergencia" para lidiar con la pandemia de, en ese momento, fiebre aviar global (VOA, 13/3/06). Al parecer, la plutocracia neoliberal mexicana y sus ineptas autoridades sanitarias (Breitbart.com, 27/4/09), tan supeditadas a los lineamientos del FMI, no leyeron su aviso visionario.

La "misteriosa" (The Economist dixit) influenza mixta de triple cepa (porcina, aviar y humana), genéticamente originaria de EU y que extrañamente se brincó las trancas interespecies, obliga a plantear la hipótesis adicional de un "accidente" de laboratorio híbrido: militar y privado.

En forma no menos omnisciente, el Comité para Mejorar la Situación del Mundo”, del Foro Económico Mundial de Davos, en sus reportes anuales sobre los "riesgos globales" (específicamente el de 2007, patrocinado por Citigroup, la aseguradora Swiss RE, la financiera Marsh & McLennan Companies y el Centro de Riesgo de la Escuela Wharton) correlaciona la simultaneidad de la crisis financiera global y la crónica de una pandemia anunciada con la “reacción violenta (backlash) contra la globalización”, lo que "provocaría un incremento del militarismo y las tendencias autoritarias que reconfigurarían la geopolítica global". ¿De dónde nace tanto interés extra curricular de los banqueros y financieros neoliberales, es decir, la fauna más misántropa del planeta, por los "riesgos globales"?

¿Y los señores de la guerra?
En tanto, el 29 de abril pasado un reporte de Telesur sostuvo que una investigación periodística hecha por la organización Pacífica, con sede en Estados Unidos, asegura que dentro de la difícil situación que vive el mundo por causa de la gripe porcina, existen manos que pudieran haberla usado como arma biológica o como negocio para beneficio de políticos de ese país.

Un informe del periodista de origen mexicano Fernando Velázquez, productor del programa radial Informe Pacífica, hace mención de un artículo de la investigadora norteamericana Lori Price, titulado "La gripe acaba con los memos de la tortura", donde asegura que la influenza porcina fue fabricada probablemente en laboratorios militares de Estados Unidos, y ha acabado con la noticia de los memos sobre la tortura ordenada por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) contra prisioneros en Guantánamo, Abu Ghraib, y cárceles secretas.

Toma como referencia al periodista estadounidense Ralph Schoenman, productor del programa radial "Taking Aim" de Nueva York. Schoenman afirma que los laboratorios militarizados a lo largo de Estados Unidos han estado perfeccionando armas biológicas con los virus porcino, aviar, el asiático y otras enfermedades para las que no hay respuesta inmunológica.

Velázquez recuerda el libro "Matando la esperanza", donde el norteamericano William Bloom describe que en 1971 la central de inteligencia proveyó a exiliados cubanos con un virus que causa fiebre porcina africana. Seis semanas después, un brote de la enfermedad obligó al gobierno de ese país antillano a sacrificar a medio millón de puercos. Diez años después la población fue atacada por una epidemia de dengue transmitida por mosquitos, que se extendió por la isla enfermando a más de 300 mil personas y matando a 158 (de los que más de un centenar eran niños menores de 15 años).

Reporta también que documentos desclasificados en 1956 y 1958 revelan que el ejército estadounidense crió grandes cantidades de mosquitos en La Florida y en Georgia para ver si los insectos podían ser usados como armas diseminando enfermedades, y que en 1969 más de 500 estudiantes de 36 países se graduaron en cursos sobre guerra epidemiológica en la escuela de química del ejército en Fort McClellan en Alabama.

Al parecer los dividendos pararían directamente a manos de los laboratorios Gilead Sciences Inc. dirigidos por Donald Rumsfeld, ex secretario de Defensa de EE.UU., que tienen los derechos sobre el fármaco "Tamiflu", que se está vendiendo como remedio para la gripe y que ya hizo una recaudación billonaria con la gripe aviar.

Algo más sobre los medios. Dengue y soja
La irresponsabilidad de las corporaciones mediáticas en situaciones de alertas sanitarios no tiene límites. En medio del estallido de la gripe porcina, un periodista del ya mencionado canal de cable C5N preguntó a un médico, con toda soltura: ¿acaso es peligroso comer jamón?

El entrevistado no pudo ocultar su azoramiento y demoró unos cuantos segundos en contestar que no. Cuando estaba a punto de pedir por favor que no se digan disparates, el ilustre comunicador, por supuesto, cambió de tema.

En la últimas semanas, los grandes medios habían dedicado su agenda en forma casi exclusiva al brote de dengue que se registra en este país - en medio de la confusión informativa que impera no se sabe con certeza el número exacto de personas afectadas; la cifra superaría los 20.000-, desplegando el mismo criterio editorial que el utilizado para referirse a la epidemia de gripe porcina. Sólo le daban descanso a la enfermedad del mosquito para poner en caja de resonancia cuanto hecho de crónica roja tuviese lugar y para criticar al gobierno nacional, por lo que hace o no hace, por lo que dice o no dice.

Una de las técnicas desinformativas más utilizadas por los medios corporativos argentinos es darle relevancia a voces sin representación y hasta absolutamente desconocidas hasta ese momento. Un ejemplo fue la repentina aparición de una ONG sin antecedentes, Médicos Sin Banderas. La preside un economista y trataron de instalarla primero en ocasión de la irrupción local del dengue y luego con motivo del caso gripe porcina.

En su edición del pasado fin de semana, el semanario Veintitrés dio cuenta de esa organización y de su principal portavoz, Ariel Umpierrez: tuvo un paso por Médicos en Catástrofe pero allí lo denunciaron por manejos irregulares de 250 mil dólares donados por la ONU; luego apareció vinculado al empresario y político de derecha Ramón Puerta y a los propios ex presidentes Carlos Menem y Eduardo Duhalde. En la actualidad figura entre los convocados por la opositora Coalición Cívica, que encabeza Elisa Carrió, famosa por sus apreciaciones apocalípticas, por reconocer que se comunica con la Virgen y por ser una ferviente crítica del actual gobierno, con posiciones que van desde la más ramplona derecha hasta una verdadera fiebre de delirios acusatorios.

Por supuesto, ninguno de los oligopolios de la palabra y la imagen le prestaron atención al tema sí resaltado el 26 de abril pasado por el diario argentino Página 12: Un trabajo reciente del ingeniero agrónomo Alberto Lapolla vincula la epidemia de dengue con la sojización. Desde hace años se advierte una invasión de mosquitos de las especies Aedes y Culex en lugares del país y épocas del año inhabituales, como la pampa húmeda mucho más allá del verano.

En 2008, la invasión se extendió hasta mayo, pese al descenso de la temperatura. Ya en 2007 y 2008 hubo casos de fiebre amarilla en Bolivia, Paraguay, Brasil y el Norte argentino, que entonces se adjudicaron a viajeros, porque es confortable pensar que el mal siempre viene de afuera. Con la epidemia de dengue de este año se hizo evidente que la invasión incluía al temible Aedes aegypti, vector de la fiebre amarilla y el dengue.

El estudio de Lapolla señala la equivalencia del mapa de la invasión mosquitera con el de la República Unida de la Soja, según la definición de la multinacional Syngenta: Bolivia, Paraguay, Argentina, Brasil y Uruguay, donde el poroto transgénico de Monsanto se fumiga con el herbicida glifosato, y sus compañeros de ruta, 2-4-D, Atrazina, Endosulfán, Paraquat, Diquat y Clorpirifós.

Todos los venenos mencionados “matan peces y anfibios, sapos, ranas, escuerzos, etc., es decir los predadores naturales de los mosquitos, de los que se alimentan tanto en su estado larval como de adultos”. Esto se comprueba en “la casi desaparición de la población de anfibios en la pradera pampeana y en sus cursos de agua principales, ríos, arroyos, lagunas y bosques en galería, así como el elevado número de peces que aparecen muertos o con deformaciones físicas y graves afectaciones en su capacidad reproductiva”, como han informado reiterados estudios e investigaciones.

A esto debe sumarse la deforestación en las áreas boscosas y de monte del Noreste y el Noroeste, que destruyó su equilibrio ambiental, “liquidando el refugio y hábitat natural de otros predadores de los mosquitos, lo cual permite el aumento descontrolado de su población”.

Hace dos semanas visitó la Argentina la periodista francesa Marie-Monique Robin para la presentación de su libro El mundo según Monsanto, recién traducido al castellano. La ministra de Salud Graciela Ocaña la invitó a conversar, pero no pudo asistir a la cita porque fue llamada desde la presidencia por la irrupción de la epidemia de dengue. En su lugar, la audiencia se realizó con el secretario de Determinantes de la Salud y Relaciones Sanitarias, Licenciado Alberto Hernández. “Fue muy simpático y amable, pero no tenía la menor idea del tema. Al punto que me preguntó por qué había tantas fumigaciones”, fue el azorado comentario de la investigadora.

Interrogantes, dudas, sospechas y certezas. ¿Las victimas? Siempre son (somos) los mismos.

Disculpen la molestia


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Eduardo Galeano

Quiero compartir algunas preguntas, moscas que me zumban en la cabeza.

¿Es justa la justicia? ¿Está parada sobre sus pies la justicia del mundo al revés?

El zapatista de Irak, el que arrojó los zapatazos contra Bush, fue condenado a tres años de cárcel. ¿No merecía, más bien, una condecoración?

¿Quién es el terrorista? ¿El zapatista o el zapateado? ¿No es culpable de terrorismo el serial killer que mintiendo inventó la guerra de Irak, asesinó a un gentío y legalizó la tortura y mandó aplicarla?

¿Son culpables los pobladores de Atenco, en México, o los indígenas mapuches de Chile, o los kekchíes de Guatemala, o los campesinos sin tierra de Brasil, acusados todos de terrorismo por defender su derecho a la tierra? Si sagrada es la tierra, aunque la ley no lo diga, ¿no son sagrados, también, quienes la defienden?

Según la revista Foreign Policy, Somalia es el lugar más peligroso de todos. Pero, ¿quiénes son los piratas? ¿Los muertos de hambre que asaltan barcos o los especuladores de Wall Street, que llevan años asaltando el mundo y ahora reciben multimillonarias recompensas por sus afanes?

¿Por qué el mundo premia a quienes lo desvalijan?

¿Por qué la justicia es ciega de un solo ojo? Wal Mart, la empresa más poderosa de todas, prohíbe los sindicatos. McDonald’s, también. ¿Por qué estas empresas violan, con delincuente impunidad, la ley internacional? ¿Será porque en el mundo de nuestro tiempo el trabajo vale menos que la basura y menos todavía valen los derechos de los trabajadores?

¿Quiénes son los justos y quiénes los injustos? Si la justicia internacional de veras existe, ¿por qué nunca juzga a los poderosos? No van presos los autores de las más feroces carnicerías. ¿Será porque son ellos quienes tienen las llaves de las cárceles?

¿Por qué son intocables las cinco potencias que tienen derecho de veto en las Naciones Unidas? ¿Ese derecho tiene origen divino? ¿Velan por la paz los que hacen el negocio de la guerra? ¿Es justo que la paz mundial esté a cargo de las cinco potencias que son las principales productoras de armas? Sin despreciar a los narcotraficantes, ¿no es éste también un caso de “crimen organizado”?

Pero no demandan castigo contra los amos del mundo los clamores de quienes exigen, en todas partes, la pena de muerte. Faltaba más. Los clamores claman contra los asesinos que usan navajas, no contra los que usan misiles.

Y uno se pregunta: ya que esos justicieros están tan locos de ganas de matar, ¿por qué no exigen la pena de muerte contra la injusticia social? ¿Es justo un mundo que cada minuto destina tres millones de dólares a los gastos militares, mientras cada minuto mueren quince niños por hambre o enfermedad curable? ¿Contra quién se arma, hasta los dientes, la llamada comunidad internacional? ¿Contra la pobreza o contra los pobres?

¿Por qué los fervorosos de la pena capital no exigen la pena de muerte contra los valores de la sociedad de consumo, que cotidianamente atentan contra la seguridad pública? ¿O acaso no invita al crimen el bombardeo de la publicidad que aturde a millones y millones de jóvenes desempleados, o mal pagados, repitiéndoles noche y día que ser es tener, tener un automóvil, tener zapatos de marca, tener, tener, y quien no tiene, no es?

¿Y por qué no se implanta la pena de muerte contra la muerte? El mundo está organizado al servicio de la muerte. ¿O no fabrica muerte la industria militar, que devora la mayor parte de nuestros recursos y buena parte de nuestras energías? Los amos del mundo sólo condenan la violencia cuando la ejercen otros. Y este monopolio de la violencia se traduce en un hecho inexplicable para los extraterrestres, y también insoportable para los terrestres que todavía queremos, contra toda evidencia, sobrevivir: los humanos somos los únicos animales especializados en el exterminio mutuo, y hemos desarrollado una tecnología de la destrucción que está aniquilando, de paso, al planeta y a todos sus habitantes.

Esa tecnología se alimenta del miedo. Es el miedo quien fabrica los enemigos que justifican el derroche militar y policial. Y en tren de implantar la pena de muerte, ¿qué tal si condenamos a muerte al miedo? ¿No sería sano acabar con esta dictadura universal de los asustadores profesionales? Los sembradores de pánicos nos condenan a la soledad, nos prohíben la solidaridad: sálvese quien pueda, aplastaos los unos a los otros, el prójimo es siempre un peligro que acecha, ojo, mucho cuidado, éste te robará, aquél te violará, ese cochecito de bebé esconde una bomba musulmana y si esa mujer te mira, esa vecina de aspecto inocente, es seguro que te contagia la peste porcina.

En el mundo al revés, dan miedo hasta los más elementales actos de justicia y sentido común. Cuando el presidente Evo Morales inició la refundación de Bolivia, para que este país de mayoría indígena dejara de tener vergüenza de mirarse al espejo, provocó pánico. Este desafío era catastrófico desde el punto de vista del orden racista tradicional, que decía ser el único orden posible: Evo era, traía el caos y la violencia, y por su culpa la unidad nacional iba a estallar, rota en pedazos. Y cuando el presidente ecuatoriano Correa anunció que se negaba a pagar las deudas no legítimas, la noticia produjo terror en el mundo financiero y el Ecuador fue amenazado con terribles castigos, por estar dando tan mal ejemplo. Si las dictaduras militares y los políticos ladrones han sido siempre mimados por la banca internacional, ¿no nos hemos acostumbrado ya a aceptar como fatalidad del destino que el pueblo pague el garrote que lo golpea y la codicia que lo saquea?

Pero, ¿será que han sido divorciados para siempre jamás el sentido común y la justicia?

¿No nacieron para caminar juntos, bien pegaditos, el sentido común y la justicia?

¿No es de sentido común, y también de justicia, ese lema de las feministas que dicen que si nosotros, los machos, quedáramos embarazados, el aborto sería libre? ¿Por qué no se legaliza el derecho al aborto? ¿Será porque entonces dejaría de ser el privilegio de las mujeres que pueden pagarlo y de los médicos que pueden cobrarlo?

Lo mismo ocurre con otro escandaloso caso de negación de la justicia y el sentido común: ¿por qué no se legaliza la droga? ¿Acaso no es, como el aborto, un tema de salud pública? Y el país que más drogadictos contiene, ¿qué autoridad moral tiene para condenar a quienes abastecen su demanda? ¿Y por qué los grandes medios de comunicación, tan consagrados a la guerra contra el flagelo de la droga, jamás dicen que proviene de Afganistán casi toda la heroína que se consume en el mundo? ¿Quién manda en Afganistán? ¿No es ese un país militarmente ocupado por el mesiánico país que se atribuye la misión de salvarnos a todos?

¿Por qué no se legalizan las drogas de una buena vez? ¿No será porque brindan el mejor pretexto para las invasiones militares, además de brindar las más jugosas ganancias a los grandes bancos que en las noches trabajan como lavanderías?

Ahora el mundo está triste porque se venden menos autos. Una de las consecuencias de la crisis mundial es la caída de la próspera industria del automóvil. Si tuviéramos algún resto de sentido común, y alguito de sentido de la justicia ¿no tendríamos que celebrar esa buena noticia? ¿O acaso la disminución de los automóviles no es una buena noticia, desde el punto de vista de la naturaleza, que estará un poquito menos envenenada, y de los peatones, que morirán un poquito menos?

Según Lewis Carroll, la Reina explicó a Alicia cómo funciona la justicia en el país de las maravillas:

–Ahí lo tienes –dijo la Reina–. Está encerrado en la cárcel, cumpliendo su condena; pero el juicio no empezará hasta el próximo miércoles. Y por supuesto, el crimen será cometido al final.

En El Salvador, el arzobispo Oscar Arnulfo Romero comprobó que la justicia, como la serpiente, sólo muerde a los descalzos. El murió a balazos, por denunciar que en su país los descalzos nacían de antemano condenados, por delito de nacimiento.

El resultado de las recientes elecciones en El Salvador, ¿no es de alguna manera un homenaje? ¿Un homenaje al arzobispo Romero y a los miles que como él murieron luchando por una justicia justa en el reino de la injusticia?

A veces terminan mal las historias de la Historia; pero ella, la Historia, no termina. Cuando dice adiós, dice hasta luego.

Ganó Martinelli, pero también Jované


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Olmedo Beluche

El resultado de los comicios del 3 de mayo es contundente, ganó el empresario Ricardo Martinelli con el 60% de los votos. Ganó porque, como decía su slogan de campaña, el pueblo panameño quiere un “verdadero cambio”. Por una vía tal vez insospechada, este triunfo confirmó lo que decíamos algunos sectores del campo popular: desde la gran huelga en defensa de la Caja de Seguro Social, en 2005, el pueblo panameño rompió con los dos partidos centrales del régimen nacido de la invasión de 1989: el PRD y el Panameñismo.

El fiasco que representó el gobierno de Mireya Moscoso, con todos sus escándalos de corrupción, y la rápida decepción producida por Martín Torrijos en sus primeras medidas económicas, hizo que las ilusiones y esperanzas que enormes sectores del pueblo panameño tenían en ambos partidos, y el régimen “partidocrático”, se esfumaran. Hasta aquí Panamá seguía las mismas tendencias que vemos en otros países del continente. Muchos decían: “necesitamos un Chávez”.

Pero la dirigencia sindical, el movimiento social y la izquierda política no presentaron la propuesta que el momento exigía. Las diferencias sectarias, el divisionismo, el escepticismo, el abstencionismo político, la contraposición falsa entre lucha callejera y lucha parlamentaria, impidieron que cuajara la propuesta política que la necesidad histórica reclamaba. Tan sólo una fracción de los sectores populares y progresistas comprendimos los hechos e iniciamos la formación del Partido Alternativa Popular, a mediados de 2007, en medio de muchos de debates y limitaciones.

Pero hubo alguien que sí vio la ocasión y la aprovechó: Ricardo Martinelli. Este empresario conservador, con una hábil campaña publicitaria se fue apropiando del discurso que no levantó la inexistente propuesta de las izquierdas panameñas: calificó de “huesos viejos” a los “políticos de siempre”, que “entran pobres y salen millonarios”, y que han tenido “40 años sin resolver los problemas del pueblo panameño”. Así se fue consolidando el “populista de derecha” que acaba de ganar las elecciones, claro, ayudado por una falsa “izquierda” (calificativo inmerecido de la candidata del PRD) de “corazón” que reniega de su pasado y no podía proponer nada porque era “más de lo mismo”.

Pero hay una esperanza a futuro: el Prof. Juan Jované. Jované, encabezando una alianza de sectores populares, recién en octubre de 2008, inició la lucha por una candidatura presidencial independiente, contra los partidos tradicionales y su régimen antidemocrático. En pocos meses la campaña “Jované Presidente” demostró que desde la izquierda, el movimiento social y popular puede tener una propuesta de gobierno seria.

Aunque inconstitucionalmente el Tribunal Electoral impidió inscribir su candidatura, a pocos días de las elecciones, Jované y su equipo nos anotamos una victoria moral y política cuando la Corte Suprema nos dio la razón, rompiendo el monopolio de los partidos tradicionales en la postulación presidencial. Una victoria democrática.

Esta victoria democrática, el respeto adquirido, las manifestaciones populares de simpatía recogidas a lo largo del país hacia el proyecto político encabezado por Jované, es ya una realidad incontrovertible que no puede ser ignorada. Corresponde a los dirigentes populares administrar, consolidar y construir este proyecto para que, cuando el péndulo vuelva hacia el otro lado, a más tardar en 2014, digamos presentes.


El verdadero cambio sigue pendiente

Olmedo Beluche

Finalizaron las elecciones más escandalosas en 20 años de régimen “democrático”. Nunca antes a los principales candidatos a la Presidencia se les había levantado el fuero bajo sospecha de haber recibido dinero sucio para sus campañas. Nunca antes habían quedado al descubierto las mentiras de los dos principales candidatos a la alcaldía capitalina. Nunca hubo tantas diatribas, ni siquiera bajo el régimen de Noriega. Los mayores sólo encuentran referencias en los comicios de 1968.

La campaña deja un país polarizado que potencialmente podría conducir a una crisis mayor del régimen. La culpa principal de esta situación está en un sistema electoral probadamente antidemocrático, la “partidocracia”, hecho a la medida de políticos repudiados que han detentado el poder desde 1989.

La Corte Suprema de Justicia, tardíamente, le ha dado la razón al Prof. Juan Jované y a quienes apoyamos su postulación independiente a la Presidencia : los Magistrados del Tribunal Electoral se basaron en un artículo inconstitucional para negar su participación en los comicios. Con lo cual impidieron participar a la mitad de la ciudadanía, no inscrita en ningún partido, que hubiera deseado otras opciones electorales.

El “verdadero cambio” sigue pendiente. El cambio de un régimen electoral antidemocrático, que impide con diversas mañas la participación política de sectores distintos a la partidocracia corrupta. La moraleja de las elecciones es que se requiere una reforma profunda del Código Electoral. Esa reforma no puede estar en manos del Consejo de Partidos Políticos. Exigimos que los diversos sectores de la sociedad civil participemos de esas reformas.

Los votos de Ricardo Martinelli reflejan esta aspiración al cambio, además de la crisis de los partidos tradicionales, aunque él y los que le rodean son parte de los “huesos viejos”, por ende, no son “el verdadero cambio” al que el pueblo panameño aspira. Pronto su gobierno lo demostrará, desilusionando, como antes pasó con Endara, Balladares, Moscoso y Torrijos.

El “verdadero cambio” en la política económica y social también está pendiente. Las campañas sucias escondían que los principales candidatos no tenían diferencias de fondo. Ambos sólo propusieron el continuismo de las privatizaciones, el neoliberalismo, el país para beneficio de banqueros y comerciantes, y las migajas de la “Red de Oportunidades” para los pobres.

La campaña “Jované Presidente” demostró que los sectores populares sí tenemos una propuesta distinta para el país y podemos aspirar a ser gobierno. Corresponde a los dirigentes populares romper con el abstencionismo político, que lucha en las calles, pero regala los órganos de poder a los partidos de siempre.

Hay que acabar con el sectarismo que impide la unidad popular, para pasar de la actitud reactiva ante las medidas de los gobiernos, a la fase de construir una propuesta política seria. Aprendamos de otros pueblos de América Latina.

El “verdadero cambio” está por hacerse, pero necesita un partido político que lo represente. El Partido Alternativa Popular, en formación, abre sus puertas para construir la propuesta popular, democrática, antineoliberal y nacionalista que Panamá reclama. Tenemos, a lo sumo, cinco años para hacerlo, asumamos la responsabilidad.

(El autor es secretario general del Partido Alternativa Popular)