Sobre lamentable muerte del preso cubano Orlando Zapata.

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Sobre lamentable muerte del Sr. Zapata.

Gabriel Coderch Díaz, Coordinador General
Grupo Reflexión y Solidaridad Oscar A. Romero

Mis queridas/os hermanas/os:

Ante la campaña de los medios de difusión y la manipulación del caso Zapata, queremos expresar lo siguiente.

El pasado 23 de febrero fallecía en La Habana Orlando Zapata, quien al parecer contaba con un amplio historial delictivo, no precisamente político, que desde diciembre,. estaba en huelga de hambre, tras no otorgársele ciertas demandas como poseer teléfono propio y cocina en su celda, y que manipulado por grupos disidentes, no aceptaba la intervención médica a pesar de las persuasiones que se le realizaron, lo que motivó un deterioro de su salud física, ya que los médicos pudieron actuar en la medida en que el se los permitió, no dejando que se le alimentara de ninguna forma.

Los que le manipularon y orientaron son los mismos que en otros momentos trataron de llevar a cabo ayunos prolongados tras toda una propaganda que se gestaba dentro de Cuba y que buscaba repercusión en los medios de comunicación extranjeros, y que cuando se veían al borde de un desenlace fatal deponían tal actitud.

La sociedad cubana desde los últimos 50 años, no ha vivido desapariciones ni asesinatos extrajudiciales. En muchas ocasiones nos llegan correos electrónicos donde se habla de miles de policías en las calles, tanques, detenciones arbitrarias, etc. Sin embargo, al leerlas solo cabe además de la indignación, la risa, ante tales acusaciones, carentes de toda veracidad. El martes 23, así como ayer miércoles 24 y hoy día 25, la vida en esta ciudad, así como en otras fue tranquila. Salimos a la calle y la vida no se veía alterada. Nos dimos a la tarea de averiguar con familiares y amigos, algunos ni siquiera adeptos al proceso revolucionario, que repercusiones tenía el deceso del Sr. Orlando Zapata. Muchas personas ni siquiera sabían de la existencia del mismo, ni su dirigencia en los grupos contrarrevolucionarios, los cuales no cuentan con respaldo de la población, entre otras cosas, por la poca credibilidad de estas personas en el escenario social cubano.

Las personas contactadas afirmaron que la vida en las calles era la misma y que no veían ni fuerzas policiales ni soldados en calles a no ser lo normal en el funcionamiento de fuerzas del orden en el actuar cotidiano.

Ayer el Presidente Raúl Castro lamentó la muerte del preso cubano Orlando Zapata Tamayo, quien falleciera como resultado de la relación con Estados Unidos.

Lamentablemente, la vida de un ser humano, se ha puesto en juego y sirve para manejo de intereses de la política asociada a lo mas reaccionario de los cubanoamericanos de Miami y de todos aquellos que toman su muerte como martirio.

Como cristianos no podemos gozarnos en el dolor de los familiares y pedimos a Dios por el alma de Orlando. Sin embargo no reconocemos en su muerte a un mártir ni a un profeta, sino una muerte sin sentido. Su causa no es dar pan al necesitado ni restaurar la dignidad humana perdida.

Desgraciadamente el Sr. Zapata se fanatizó y cayó en el juego de la política anticubana, política podrida desde la raíz y que su muerte no puede verse libre de la sospecha de estar siendo utilizada tendenciosamente a favor de intereses que no son los del pueblo cubano en su mayoría.

No vivimos hoy momentos de confrontación social en lo interno. Que hay cosas que cambiar, las hay. Que debemos democratizar nuestras estructuras, es cierto, pero todo ello dentro del proceso socialista, porque no deseamos la vuelta al capitalismo. Nuestra opción es clara, no queremos adoptar posturas de falsa prudencia ni hacer ejercicio de equilibrio a un supuesto centro.

Para terminar, queremos señalar que los seres humanos nos desplazamos en lo político y nuestro contexto refrendatorio es la solidaridad con el proyecto de liberación. Sabemos y asumimos la conflictividad necesaria en la defensa de los derechos de la mayoría, por lo que juzgamos proféticamente nuestra historia como proceso, con momentos dramáticos, pero siempre en referencia a una sociedad mejor.

Pronto algunas/os de nosotras/os podremos juntarnos en torno de la figura de Monseñor Romero, verdadero profeta y mártir y recoger el recuerdo de El y de tantos mártires latinoamericanos, para así seguir el ejemplo y la implicación socio política de tantos hombres y mujeres que han luchado por la justicia social.

Que Dios nos llene de su plenitud y seamos capaces de discernir en cada momento de nuestras vidas.

Haití, de Leonardo Boff. "La solidaridad es la ternura de los pueblos".

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Haití
Test para la humanidad

Leonardo Boff, Nuestro País.

El desastre que se abatió sobre Haití, arrasando Puerto Príncipe, matando a millares de personas y privando al pueblo de las estructuras mínimas para la supervivencia, es una prueba para la humanidad. Según los pronósticos de quienes siguen sistemáticamente el estado de la Tierra, no pasará mucho tiempo antes de que nos enfrentemos a varios Haitíes, con millones y millones de refugiados climáticos, provocados por eventos extremos que podrán ocasionar una verdadera devastación ecológica y destruir incontables vidas humanas.

En este contexto dos virtudes, ligadas a la esencia de lo humano, deben alcanzar especial relevancia: la hospitalidad y la solidaridad.

La hospitalidad, ya lo vio el filósofo Kant, es un derecho y un deber de todos, pues todos somos habitantes, o mejor, hijos e hijas de la misma Tierra. Tenemos derecho a circular por ella, a recibir y ofrecer hospitalidad ¿Estarán las naciones dispuestas a atender este derecho básico de aquellas multitudes que ya no puedan vivir en sus regiones supercalentadas, sin agua y sin cosechas? El instinto de supervivencia no respeta los límites de los estados-naciones. Los bárbaros de antaño derribaron imperios y los nuevos «bárbaros» de hoy no harán otra cosa, en caso de que no sean exterminados por los que usurparon la Tierra para sí. Paro aquí porque los escenarios probables y no imposibles son dantescos.

La segunda virtud es la solidaridad. Ella es inherente a la esencia social del ser humano. Ya los clásicos del estudio de la solidaridad como Renouvier, Durkheim, Bourgeois y Sorel enfatizaron el hecho de que una sociedad no existe sin la solidaridad de unos hacia otros. Supone una conciencia colectiva y el sentimiento de pertenencia de todos. Todos aceptan de una manera natural vivir juntos para realizar juntos la política, que es la búsqueda conjunta del bien común.

Debemos someter a crítica el concepto de la modernidad que parte de la absoluta autonomía del sujeto en la soledad de su libertad. Se dice: cada uno debe hacer lo suyo sin necesidad de los otros. Para que los seres humanos así solitarios puedan vivir juntos necesitan de hecho un contrato social, como el elaborado por Rousseau, Locke y Kant. Pero ese individualismo es falso e ilusorio. Hay que reconocer el hecho real e irrenunciable de que el ser humano es siempre un ser de relación, un-ser-con-los-otros, entretejido siempre en una urdimbre de todo tipo de conexiones. Nunca está solo. El contrato social no funda la sociedad, sólo la ordena jurídicamente.

Además, la solidaridad posee un trasfondo cosmológico. Todos los seres, desde los topquarks pero especialmente los organismos vivos, son seres de relación y nadie vive fuera de la red de inter-retro-conexiones. Por eso, todos los seres son solidarios recíprocamente. Cada uno ayuda al otro a sobrevivir —es el sentido de la biodiversidad— y no necesariamente son víctimas de la selección natural. A nivel humano, en vez de la selección natural, por causa de la solidaridad, introducimos el cuidado, especialmente para con los más vulnerables. Así no sucumben a los intereses excluyentes de grupos o de un tipo de cultura feroz que coloca la ambición por encima de la vida y de la dignidad.

Hemos llegado a un punto de la historia en el cual todos nos descubrimos entrelazados en una única geosociedad. Sin la solidaridad de todos con todos y también con la Madre Tierra no habrá futuro para nadie. Las desgracias de un pueblo son nuestras desgracias, sus lágrimas son nuestras lágrimas, sus avances, nuestros avances. Sus sueños son nuestros sueños.

Bien decía el Che Guevara: «La solidaridad es la ternura de los pueblos». Es la ternura que tenemos que dar a nuestros sufrientes hermanos y hermanas de Haití.

Fosas poco comunes. Colombia.

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Soldepaz, Pachakuti en Colombia.

Nos Matan y no es Noticia, es el titulo que el periodista Ricardo Ferrer coloca a su libro, que actualmente está en una imprenta asturiana para su pronta edición. En ese caso los testimonios tuvieron como costo, el exilio al autor; se refieren a las masacres de bandas paramilitares perfectamente coordinadas con el ejercito colombiano sobre el Río Atrato, y los intereses estratégicos en aquella zona de rica Biodiversidad.

Dos mil cuerpos en una fosa común, en el propio cementerio de la Macarena, y ¿no escandaliza a nadie?, Allí llegó la Delegación Asturiana el año anterior, y recibió noticias de esa posible fosa, y lo puso en su informe y lo transmitió a las autoridades. Después, tuvieron que ser los pobladores, alertados por las filtraciones a las aguas de beber, quienes volvieran a llamar la atención. Ha sido publicado en varios lugares del mundo. El alcalde, afin al gobierno, lo denunció también junto al sepulturero, pero las presiones oficiales les hicieron "disminuir" sus apreciaciones sobre el número de cuerpos NN.

La Comisión Asturiana ha estado preguntando a las autoridades sobre el caso, y las respuestas han sido más preocupantes aún, en fiscalía, en procuradoría, en ministerio del interior, en la ONU. Los pobladores, nuevamente, alertan de que nadie está protegiendo el lugar. Nadie está impidiendo que se puedan disfrazar las pruebas. Que un tractor pueda entrar y volver a entremezclar cadáveres anonimos, a sacarlos y llevarlos a otro lugar.

¿se imaginan una cifra diez veces menor, pero en otro lugar que no sea Colombia?.

Aqui se dice que es la mayor fosa común de la historia colombiana, según un fiscal. Pero.. ¿los poderosos intereses de empresas de matriz europea se ponen por encima y un régimen de extrema derecha y de extrema violación a los ddhh merecen el apoyo institucional? La Delegación Asturiana conoce y transmite a las autoridades otra denuncia. Y las autoridades toman nota, dicen desconocer, o alegan que "hay tantas fosas comunes en nuestros país que.."

Se trata del municipio de Argelia en el Cauca. Un "matadero" de gente, donde las familias quisieron ir a buscar los cuerpos de sus desaparecidos, y los paramilitares (que el gobierno decretó que ya no existen) no les dejaron..

Entre las atrocidades que contaron esas personas desplazadas de su territorio después de que mataran a muchos de sus familiares, una que deja en estado de parálisis a la delegación: gente amarrada a la que echaban perros hambrientos para ir asesinandolos poco a poco. Después esos perros "miraban" con ojos hambrientos a los niños. Las familias preguntaban a los paramilitares asesinos de extrema derecha, qué iban a hacer con esos perros..

La Comisión Intereclesial de Justicia y Paz , es una de las instancias más odiadas por los empresarios y su soporte institucional en el gobierno. Han sufrido varias arremetidas, todas coincidentes con los testimonios, investigaciones y acompañamiento de Juasticia y Paz a las Comunidades.

En 2003, por parte de la empresa Maderas del Darien, y sus desastres en el selva húmeda . El acompañamiento sirvió para que se le quitara la certificación de maderas limpias para la exportación. Porque no estaban limpias sino muy manchadas de sangre. En 2008 los palmeros, los empresarios de la palma aceitera en connivencia con el paramilitarismo: recibiendo subvenciones millonarias del gobierno. Siendo los propios gobernantes empresarios de la palma.. Y se lanzó otra campaña feroz en los medios, para judicializar, para amedrentar, para poner en peligro inmediato a los componentes de Justicia y Paz.

De ambas Justicia y Paz salió más o menos bien, aunque tuvieran que poner muchas energias, salirse de algunas zonas, realizar una ingente labor internacional. En 2009 se lanzó otra campaña: un exministro de Uribe, un asesor de primera linea de Uribe, y otros elementos del poder en Colombia, en relación a que los indigenas, los negros, los colonos en el Cerro Sagrado de Cara de Perro se oponian a la explotación minera ilegal.

Y que para el caso de los monocultivos de palma aceitera con destino a agrocarburantes, en tierras robadas a las comunidades, los empresarios trataron y tratan de crear un consejo comunitario paralelo y artificial, incluyendo burdas movilizaciones contra JyP porque la Comisión "les roba las tierras"..

Las instancias jurídicas han vuelto a decidir a favor de las comunidades a las que Justicia y Paz acompaña, Por lo mismo el gobierno tiene escuchas a todos los telefonos de la Comisión, persecución a sus integrantes, hostigamiento continuado.
Por eso también siguen precisando acompañamiento internacional sobre el terreno. Para preservar la paz en los territorios humanitarios, de paz, de biodiversidad decididos asi por las comunidades.

Hay otro "detalle" que inquieta al gobierno de extrema derecha de Colombia: la comisión de Justicia y Paz hace parte de las investigaciones por la masacre en el palacio de Justicia. Y participa en las "conversaciones" en Estados Unidos con los jefes paramilitares que fueron extraditados para que no dijeran todo... Y "algo" más están diciendo, que impica al gobierno y los empresarios en sus actuaciones delectivas..

Y un tercer caso fuerte, en que JyP es parte civil en las investigaciones al DAS por su enorme corrupción y escuchas ilegales a periodistas, politicos, organizaciones de ddhh La Corte Interamericana se ha pronunciado en tutelar a las comunidades, pero el gobierno...las persigue. El 13 de enero fue asesinado Argenito, que habia firmado una tutela contra los empresarios...

En enero el ejercito ametralló un resguardo indígena. Alegaron que habian detectado fuego en las casas, que "tal vez" habria guerrilleros cocinando..y hala, balas contra el resguardo con dos heridos graves, uno de ellos paraplejico. Y la gente...ha decidido crear otra Zona Humanitaria, en los próximos días, con acompañamiento internacional.

¿Es Haití un país pobre?. Aprender de Haití (Ignacio Ramonet).

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Aprender de Haití

Ignacio Ramonet, Le Monde Diplomatic.

Por muy “natural” que parezca, ninguna catástrofe es natural. Un seísmo de intensidad idéntica causa más víctimas en un país empobrecido que en otro rico e industrializado. Ejemplo: el terremoto de Haití, de magnitud 7,0 en la escala de Richter, ha ocasionado más de cien mil muertos, mientras que el de Honshu (Japón), de idéntica fuerza (7,1), acaecido hace seis meses, apenas provocó un muerto y un herido.

“Los países más pobres y los que tienen problemas de gobernabilidad están más expuestos a riesgos que los otros”, confirma un reciente informe de la ONU (1). En una misma ciudad, el impacto humano de una calamidad puede ser muy distinto según las características de los barrios. En Puerto Príncipe, el seísmo se ensañó con las desvencijadas barriadas populares del centro. En cambio, los distritos privilegiados de la burguesía mulata comerciante apenas padecieron estragos.

Tampoco son iguales los pobres ante la adversidad. La Federación Internacional de la Cruz Roja sostiene que, en caso de desastre, “las mujeres, los discapacitados, los ancianos y las minorías étnicas o religiosas, víctimas habituales de la discriminación, son más castigados que los demás” (2).

Por otra parte, aunque un país no sea rico, si se dota de una política eficaz de prevención de catástrofes puede salvar muchas vidas. En agosto de 2008, el ciclón Gustav , el más violento de los últimos cincuenta años, azotó el Caribe con vientos de 340 kilómetros por hora. En Haití mató a 66 personas. Sin embargo, en Cuba no causó ninguna víctima mortal…

¿Es Haití un país pobre? En verdad, no hay países pobres; sólo existen “países empobrecidos”. No es lo mismo. En el último tercio del siglo XVIII, Haití era la Perla de las Antillas y producía el 60% del café y el 75% del azúcar que se consumía en Europa. Pero, de su gran riqueza sólo se beneficiaban unos 50.000 colonos blancos, y no los 500.000 esclavos negros que la producían.

Invocando los nobles ideales de la Revolución Francesa, esos esclavos se sublevaron en 1791 al mando de Toussaint Louverture, el Espartaco negro . La guerra duró trece años. Napoleón envíó una expedición de 43.000 veteranos. Triunfaron los insurrectos. Fue la primera guerra racial anticolonial y la única rebelión de esclavos que desembocó en un Estado soberano.

El 1 de enero de 1804, se proclamó la independencia. Sonó como un aldabonazo en el continente americano. Los esclavos negros demostraban que, por su propia lucha, sin la ayuda de nadie, podían conquistar la libertad. Afro-América emergía en la escena política internacional.

Pero el “mal ejemplo” de Haití -así lo calificó el Presidente de Estados Unidos, Thomas Jefferson- aterrorizó a las potencias que seguían practicando la esclavitud. No se le perdonó. Y nadie reconoció, ni ayudó a la nueva república negra, pesadilla del colonialismo blanco. Aún hoy, el viejo terror no ha desaparecido. Pat Robertson, telepredicador estadounidense, ¿no acaba acaso de afirmar: “Miles de hatianos han muerto en el seísmo porque los esclavos de Haití hicieron un pacto con el diablo para obtener su libertad” (3)?.

El nuevo Estado independiente fue boicoteado durante decenios con la idea de “recluir la peste” en ese país. Haití cayó en guerras civiles que arrasaron su territorio. Se perdió la necesaria etapa de construcción de un Estado-nación. Institucionalmente, a pesar de la gran calidad de sus numerosos intelectuales, el país quedó estancado.

Después vino el tiempo de la ocupación por Estados Unidos que duró de 1915 a 1934. Y de la guerra de resistencia. El héroe de la rebelión, Charlemagne Péralte, fue crucificado por los marines , clavado en la puerta de una iglesia… Washington acabó por ceder Haití a nuevos dictadores, entre ellos: Papa DocDuvalier, uno de los más despóticos.

En los años 1970, aún gozaba Haití de soberanía alimentaria, sus agricultores producían el 90% de los alimentos que consumía la población. Pero el Plan Reagan-Bush, impuesto por Washington, obligó a suprimir los aranceles sobre la importación de arroz, producto básico del cultivo local. El arroz estadounidense, más barato porque estaba subvencionado, inundó el mercado local y arruinó a miles de campesinos que emigraron en masa a la capital, donde el seísmo los ha atrapado…

La única experiencia de gobierno realmente democrático, fue la de Jean-Bertrand Aristide, dos veces Presidente (1994-1996 y 2001-2004). Pero sus propios errores y la presión de Washington lo empujaron al exilio. Desde entonces, de hecho, Haití se halla bajo tutela de la ONU y de un conglomerado de ONGs internacionales. El Gobierno de René Préval ha sido sistemáticamente privado de medios de acción. Por eso resulta absurdo reprocharle su inoperancia ante los efectos del seísmo. Hace tiempo que el sector público fue desmantelado y sus principales actividades transferidas, si eran rentables, al sector privado, o a las ONGs cuando no lo eran. Antes de convertirse en el Ground Zero del planeta, Haití ya era el primer caso de “colonialismo humanitario”. La tragedia reforzará la dependencia. Y por consiguiente las resistencias. El “capitalismo de choque”, descrito por Naomi Klein, hallará una nueva ocasión de reclamar -en nombre de la eficacia- la privatización integral de todas las actividades económicas y comerciales ligadas a la reconstrucción.

Estados Unidos está en primera línea, con sus Fuerzas Armadas desplegadas en una ofensiva humanitaria de gran envergadura. Resultado sin duda de un generoso deseo de socorrer. Pero también de indiscutibles intereses geopolíticos. Washington prefiere invadir Haití de ayuda que ver invadidas sus costas por decenas de miles de boat people haitianos. En el fondo, se trata de la misma vieja obsesión: “recluir la peste”…

Notas:
(1) Riesgo y pobreza en un clima cambiante. Invertir hoy para un mañana más seguro , Naciones Unidas, Nueva York, mayo de 2009.
(2) Informe Mundial sobre los desastres 2009 , Cruz Roja Internacional, Ginebra,julio de 2009.
(3) Christian Broadcasting Network, 14 de enero de 2010.

Genocidio negro en el continente africano. Aniversario Patricio E. Lumumba.

Patricio E. Lumumba - África
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49º aniversario del asesinato del líder africano Patricio E.Lumumba
Patricio Lumumba, el rostro olvidado del genocidio negro

Carlos Ml. Vega Bolaños, Cuba debate.

"Ninguna brutalidad maltrato o tortura me ha doblegado porque prefiero morir con la cabeza en alto, con la fe inquebrantable y una profunda confianza en el futuro de mi país, a vivir sometido y pisoteando principios sagrados. Un día la historia nos juzgará, pero no será la historia según Bruselas, París, Washington o la ONU, sino la de los países emancipados del colonialismo y sus títeres". (Carta escrita a su esposa e hijos por Patricio Lumumba pocos días antes de su muerte).

El mes de enero de cada año, aunque el poder mediático mundial hace lo posible por borrar de la memoria histórica la existencia del genocidio negro en el continente africano, provocado por las potencias occidentales en su afán de hacerse por las grandes riquezas de su pueblos, es meritorio recordar al gran líder negro Patrice E Lumumba.

Hace ya 49 años, Patrice Lumumba, jefe del gobierno de la República del Congo, fue asesinado por una conspiración organizada por el gobierno de Bélgica, con la complicidad de los Estados Unidos, de Gran Bretaña y de las Naciones Unidas. Su cadáver condenó al Congo a la rapaz dictadura de Mobutu y una sucesión de sangrientas guerras civiles. Durante más de cuarenta años se ha mantenido el silencio sobre este crimen, en donde se rumorea que su cadáver y el de otros colaboradores, fueron disueltos en ácido sulfúrico para no dejar rastros.

El pensamiento de Lumumba, constituyó un peligro para las potencias occidentales explotadoras de los pueblos africanos, fue ministro, líder, enemigo del colonialismo y pionero por la unidad de los pueblos africanos y por su liberación. Buscaba la descolonización del Congo y destruir totalmente el poder colonialista europeo presente en África, erradicar el ultraje y el expolio que durante siglos había sufrido el continente, una persona así, no merecía continuar viviendo y por eso, se fraguó su asesinado a pocos meses de haber asumido el poder en la República del Congo.

A 49 años del asesinato del líder africano Patrice Lumumba, en su patria, la República Democrática del Congo, la guerra es un genocidio oculto que ha producido más de 5 millones de muertos en los últimos años; este genocidio puede ser detenido, pero la comunidad internacional, las democracias del Norte, no quieren detenerlo, convirtiendo al Congo en un pueblo activamente crucificado.

La ironía: poseer grandes riquezas naturales como las que tiene la República Democrática del Congo, se ha convertido en una tragedia.

En las montañas orientales del Congo hay valiosos minerales como el coltán y niobio, además de oro, diamantes, cobre y estaño. El coltán, abreviatura de colombio-tantalio, está en suelos de una antigüedad de tres mil millones de años. Se usa con el niobio para fabricar los condensadores para manejar el flujo eléctrico de los teléfonos celulares. Cobalto y uranio son elementos esenciales para las industrias nuclear, química, aeroespacial y de armas de guerra. Alrededor del 80% de las reservas mundiales de coltán están en el Congo.

Por el control de estos minerales escasos hay una guerra tremenda. Los poderes multinacionales quieren controlar la minería de la región. Conclusión: “el motivo del genocidio son estos minerales que buscan las corporaciones” y además están destruyendo la segunda área verde del planeta después del también amenazado Amazona.

Cuando se trata de actuar en África, hay una discriminación inherente”. Lo afirmó el antiguo coordinador de operaciones humanitarias de Naciones Unidas Jan Egeland, quien, junto con otros 15 dirigentes mundiales de conocido prestigio, ha firmado una carta enviada a los jefes de Estado de los países de la Unión Europea llamando la atención sobre la falta de acción internacional en el Este de la República Democrática del Congo.

Jan Egeland, que durante su periodo en Naciones Unidas siempre tuvo una reputación de decir las cosas directamente sin andarse por las ramas, dijo: “Nunca hubo esta indecisión cuando se trató de intervenir en los Balcanes, en Irak o en Oriente Medio”. Ciertamente no la hubo, pero cuando se trata de intervenir en crisis africanas parece como si la vida humana no tuviera el mismo valor en todas partes”. Esta es la doble la moral que practican los abanderados de los derechos humanos en el mundo.

Zenit, agencia de noticias del Vaticano, dijo hace poco que “la crisis humanitaria más olvidada en nuestro planeta es la del Congo”. De vez en cuando en los medios asoma la tragedia pues ya no hay modo de ocultarla. Pero lo que se dice de ella es todavía irrisorio e insultante en comparación con la magnitud de la barbarie y el genocidio. Y no hay llanto, ni pedir perdón, ni propósito de enmienda.

En el fondo, no se trata sólo de que a África se la discrimine cuando ocurren guerras que se ceban en los más inocentes, sino de algo más que merece la pena escarbar y descubrir que detrás de esta guerra se esconden los intereses de potencias como Estados Unidos, Inglaterra, Holanda y Bélgica, quienes apoyan al régimen de Kagame en Ruanda, de cuyos aeropuertos salen para estos países el preciado coltán (indispensable en la fabricación de armamento, teléfonos móviles y ordenadores portátiles de última generación, etc) que los soldados extraen con el trabajo forzado de niños y jóvenes en el Este del Kivu y envían en camiones y helicópteros a Kigali. Es triste constatar que en muchas ocasiones, esas “indecisiones” ante los problemas africanos podrían ser una forma camuflada de dejar que los acontecimientos se desarrollen de forma provechosa para los más poderosos, aunque sea a costa de que mueran millones de inocentes.

Hoy entiendo más que antes las razones por las cuales, un enero de 1961 fue atrozmente asesinado el patriota africano Patrice E. Lumumba, un ser humano así era imposible que continuara con vida, cometió el pecado capital de soñar que Otra Africa era Posible, una África unida en el desarrollo, en combatir la injusticia social y en la cooperación entre países para la educación. Devolver las riquezas del continente al pueblo africano, era su más profundo Sueño. El pensamiento de Lumumba se apoyaba sobre los siguientes tres pilares: la justicia, la independencia y la libertad.

Hoy hace 49 años, murió como un mártir de la lucha de los pueblos contra la injusticia, la expoliación, la humillación impuesta por las potencias europeas que a los cuatro vientos se proclaman democráticas. Es un mártir de la causa popular por un mundo más justo y más humano, por la fraternidad humana. Lumumba fue asesinado pero vivirá siempre en nuestros corazones. Él forma parte del genocidio olvidado de millones de hermanos africanos que han caído en el camino para que en el mundo blanco, unos pocos disfruten de grandes comodidades y amasen fortunas impregnadas de sangre inocente.

Me enorgullezco, al igual que decenas de miles de egresados que habitamos los cinco continentes, de haber estudiado en la Universidad de la Amistad de los Pueblos Patricio Lumumba, centro de estudios universitarios de clase mundial fundado en su memoria y que en febrero próximo cumple 50 años de vida en la preparación de cuadros profesionales para los países en vías de desarrollo.