Bolivia: Declaración de los Pueblos Indígenas del Mundo

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Fuente: CI: Centro de Información y CI:
Comunicación Indígena-Kuna Editor Responsable:
Dad Neba kirdadneba@yahoo.com / Prensa Indígena

La Madre Tierra podrá vivir sin nosotros, pero nosotros no podemos vivir sin ella.

Nosotros los pueblos, naciones y organizaciones indígenas provenientes de diversas partes del mundo, reunidos en la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra , del 19 al 22 de Abril del año 2010 en Tiquipaya, Cochabamba, Bolivia, después de amplios debates, decimos:

Los Pueblos Indígenas somos hijos e hijas de la Madre Tierra o Pachamama en quechua. La Madre Tierra es un ser vivo del universo que concentra energía y vida, cobija y da vida a todos sin pedir nada a cambio, es el pasado, presente y futuro; es nuestra relación con la Madre Tierra. Convivimos con ella desde hace miles de años con nuestra sabiduría, espiritualidad cósmica ligada a la naturaleza. Sin embargo, el modelo económico, impulsado y forzado por los países industrializados que promueven la explotación extractiva y la acumulación de riquezas, han transformado radicalmente nuestra relación con la Madre Tierra. El cambio climático, debemos constatar, es una de las consecuencias de esta lógica irracional de vida. Esto es lo que debemos cambiar.

La agresión a la Madre Tierra , los golpes y las violaciones contra nuestros suelos, bosques, flora, fauna, biodiversidad, ríos, lagos, aire y el cosmos son golpes contra nosotros mismos. Antes pedíamos permiso para todo. Ahora se pretende desde los países desarrollados que la Madre Tierra nos pida permiso a nosotros. No se respeta nuestros territorios, particularmente de los pueblos en aislamiento voluntario o en contacto inicial, y sufrimos la más terrible agresión desde la colonización solo para facilitar el mercado y la industria extractiva.

Reconocemos que Pueblos Indígenas y de todo el mundo, vivimos en una época de crisis generalizada: ambiental, energética, alimentaria, financiera, de valores, entre otros, como consecuencia de las políticas y actitudes de Estados racistas y excluyentes.

Decimos que en la conferencia climática de Copenhague, los pueblos del mundo que exigíamos un trato justo fuimos reprimidos y los Estados causantes de la crisis climáticas, debilitaron aún más los posibles resultados de las negociaciones y no asumieron compromiso vinculante alguno. Limitándose simplemente a respaldar el entendimiento de Copenhague que plantea objetivos insuficientes e inaceptables en relación a acciones de respuesta al cambio climático y financiamiento para los países y pueblos más afectados.

Afirmamos que los espacios de negociación internacional han excluido sistemáticamente la participación de los Pueblos Indígenas. Por este motivo ahora, los Pueblos Indígenas nos hacemos visibles en estos espacios, porque al haberse herido y saqueado a la Madre Tierra con actividades que impactan negativamente sobre nuestras tierras, territorios y recursos naturales, nos han herido también a nosotros. Por eso los Pueblos Indígenas no nos quedaremos callados, sino que planteamos la inquebrantable movilización de todos nuestros pueblos para llegar a la COP 16 en México y otros espacios, articulados y preparados para defender nuestras propuestas, particularmente del Estado Plurinacional y el Vivir Bien. Nosotros, los pueblos indígenas, no queremos vivir mejor, sino queremos vivir bien, que es una propuesta para logar el equilibrio y a partir de ello construir una nueva sociedad.

La búsqueda de objetivos comunes, según nos muestra la misma historia, solo se conseguirá con la unión de los Pueblos Indígenas de todo el mundo. Las raíces ancestrales, indígenas, originarias de toda la población mundial deben ser uno de los lazos que nos unan para lograr un solo objetivo.

Por todo ello proponemos demandamos y exigimos:

1. La recuperación, revalorización y fortalecimiento de nuestras civilizaciones, identidades, culturas y cosmovisiones, basadas en el conocimiento y sabiduría ancestral milenaria indígena-originaria, para la construcción de nuevos modelos de vida alternativas al sistema de desarrollo actual y como una forma de hacer frente al cambio climático.

2. El rescate y fortalecimiento de la vivencia y propuesta de los Pueblos Indígenas del vivir bien, reconociendo a la Madre Tierra como un ser vivo con la cual tenemos una relación indisoluble e interdependiente; basados en principios y mecanismos que garanticen el respeto, la armonía y el equilibrio de los pueblos con la naturaleza y, como la base para una sociedad con justicia social y ambiental, que tenga como fin la vida. Todo ello para hacer frente a la crisis del modelo de saqueo capitalista y garantizar la protección de la vida en su conjunto a través de la búsqueda de acuerdos globales incluyentes.

3. Exigimos a los Estados que reconozcan, respeten y garanticen la aplicación de los estándares internacionales de derechos humanos y derechos de los Pueblos Indígenas (Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas y Convenio 169 de la OIT ) en el marco de las negociaciones, políticas y medidas para enfrentar el cambio climático.

4. Exigimos a los Estados que reconozcan jurídicamente la preexistencia y por tanto la propiedad de nuestros territorios, tierras y recursos naturales que hemos poseído tradicionalmente como pueblos y naciones indígenas originarias, así como la restitución y restauración de los bienes naturales, las aguas, los bosques y selvas, lagos, océanos y hielos, lugares sagrados, tierras y territorios que nos han sido arrebatados y despojados, para posibilitar y fortalecer nuestras formas tradicionales de vida y contribuir efectivamente a la solución del cambio climático. En este sentido planteamos la consolidación de los territorios indígenas en ejercicio de nuestra libre determinación y autonomía y de conformidad con nuestros sistemas normativos. Asimismo, exigimos a los Estados el respeto a los derechos territoriales de los Pueblos Indígenas en aislamiento voluntario o en contacto inicial, como una medida efectiva para preservar su integridad y para combatir los efectos adversos del cambio climático hacia dichos pueblos.

5. Llamamos a los Estados que no promuevan las prácticas de monocultivos de carácter comercial, ni introducir y promover los cultivos transgénicos y exóticos, porque según la sabiduría de nuestros pueblos estas especies agravan la degradación de las selvas, los bosques y los suelos contribuyendo al aumento del calentamiento global. Tampoco, bajo la búsqueda de energías alternativas (como la nuclear y bio-ingeniería), se deben implementar los mega-proyectos hidroeléctricos, de energía eólica y de otro tipo, que afectan los territorios, tierras y hábitats naturales de los pueblos indígenas.

6. Exigimos el cambio de las leyes forestales y ambientales de los Estados y la aplicación de los instrumentos internacionales pertinentes, para la protección efectiva de las selvas y bosques, así como su diversidad biológica y cultural, garantizando los derechos de los pueblos indígenas, incluidos su participación y el consentimiento previo, libre e informado.

7. Planteamos que en el marco de las acciones de mitigación y adaptación sobre el cambio climático y basados en la experiencia y el conocimiento demostrados ancestralmente, para el manejo sostenido de la diversidad biológica de nuestras selvas y bosques; establecer como política de Estado que las aéreas naturales protegidas deben ser gestionadas, administradas y controladas directamente por los pueblos indígenas.

8. Demandamos una revisión o en su caso moratoria a toda actividad contaminante y que afecte a la Madre Tierra y el retiro de las corporaciones transnacionales y de mega-proyectos de los territorios indígenas.

9. Exigimos a los Estados que se reconozca el agua como un derecho humano fundamental, evitando su privatización y su mercantilización.

10. Demandamos la aplicación de la consulta, la participación y el consentimiento previo, libre e informado de los Pueblos Indígenas y poblaciones afectadas en todos los procesos de diseño e implementación de medidas de adaptación y mitigación del cambio climático y otras acciones de intervención en los territorios indígenas.

11. Los Estados deben promover mecanismos que garanticen que el financiamiento para las acciones de respuesta al cambio climático lleguen de manera directa y efectiva a los Pueblos Indígenas, como parte del resarcimiento de la deuda histórica y ecológica, apoyando el fortalecimiento de nuestras propias visiones y cosmovisiones para el vivir bien.

12. Llamamos a la recuperación, revalorización y fortalecimiento de las tecnologías y conocimientos propios de los Pueblos Indígenas y promover la incorporación de estos en la investigación, el diseño y la aplicación de políticas sobre cambio climático, en complementariedad con los conocimientos y tecnologías occidentales adecuadas, asegurando que los procesos de transferencia de tecnología no debiliten el conocimiento y las tecnologías indígenas.

13. Planteamos la recuperación, el desarrollo y la difusión de los conocimientos y tecnologías indígenas a través de la implementación de políticas y programas educativos pertinentes, así como la modificación e incorporación de dichos conocimientos y sabidurías ancestrales en las currículas y metodologías educativas.

14. Instamos a los Estados y organismos internacionales de toma de decisiones sobre cambio climático, en particular la CMNUCC , establezcan las estructuras y los mecanismos formales que incluyan la participación plena y efectiva de los Pueblos Indígenas, comunidades locales y grupos vulnerables incluyendo las mujeres, sin discriminación, como elemento clave para obtener un resultado justo y equitativo de las negociaciones sobre cambio climático.

15. Nos sumamos a la demanda de conformar un Tribunal de Justicia Climática que permita juzgar y establecer sanciones al no cumplimiento de compromisos y otros crímenes ecológicos de los países desarrollados, principales responsables del cambio climático. Esta instancia debe considerar la participación plena y efectiva de los Pueblos Indígenas y sus principios de justicia.

16. Planteamos la articulación y organización de los pueblos a nivel mundial, a través de nuestros gobiernos, organizaciones y mecanismos locales, nacionales, regionales e internacionales, para participar en los procesos de debate y análisis con representación legítima en todo el proceso relacionado con el cambio climático. En este sentido proponemos conformar un espacio de organización, con participación especial de los Ancianos y Ancianas, que contribuya en la búsqueda de soluciones globales y efectivas al cambio climático.

17. Proponemos luchar en todos los espacios para defender la vida y la Madre Tierra , particularmente en la realización de la COP 16, por eso proponemos la organización de una segunda conferencia de los pueblos para fortalecer el proceso reflexión y acción.

18. Ratificar la campaña global organizando una Marcha Mundial en defensa de la Madre Tierra y de los pueblos, contra la mercantilización de la vida, la contaminación y la criminalización de movimientos indígenas y sociales.

Creado en unidad en Tiquipaya, Cochabamba, Bolivia a los 21 días del mes de abril del 2010

Entender el fenómeno de las pateras

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5 claves para entender el fenómeno de las pateras y 5 claves para actuar

Aida Sánchez, CanalSolidario.org.

El pasado 11 de abril catorce argelinos partieron de Orán con el objetivo de comenzar una nueva vida en Europa. La imposibilidad de migrar por cauces legales les obligó a embarcarse en una lancha rígida que, tras dos días de viaje, naufragó a 33 kilómetros de la costa almeriense. Sólo tres tripulantes fueron rescatados con vida. A los otros once se les da por desaparecidos.

El Mediterráneo se ha convertido en una gran fosa común. Como la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía, APDHA, recoge en su informe Frontera Sur 2009, pese a que el número de personas fallecidas en las aguas españolas ha disminuido en el último año, no podemos olvidar que cientos mueren cada año intentando llegar a nuestras costas. Muchas más pierden la vida en las aguas magrebíes o africanas o en sus desiertos, además de sus derechos fundamentales, reiteradamente violados a lo largo de toda su peregrinación migratoria.

5 claves para entender el fenómeno de las pateras, según Carlos Arce:

1) “Efecto expulsión”: La situación social, política, económica, ambiental y de Derechos Humanos de los países de origen.
Cuando se habla de la inmigración africana por vías irregulares se suele aludir como causa a un supuesto “efecto llamada” que constituirían las presuntamente “blandas” políticas migratorias y de control de fronteras de Europa en general y de España en particular.

Por el contrario, lo que existe es un “efecto expulsión” determinado por la falta de unas condiciones de vida mínimamente respetuosas con la dignidad humana en los países de origen de las personas inmigrantes africanas que utilizan vía irregulares de entrada en España y Europa. Basta con una mirada a los datos relacionados con los países del Magreb, del Sahel y del África Subsahariana en los Informes de Desarrollo Humano del PNUD para tener una constatación objetiva del citado “efecto expulsión”.

2) El Estrecho, la frontera más desigual del mundo.
Teniendo como base los mismos Informes de Desarrollo Humano del PNUD, se puede afirmar que los 14 km. del Estrecho de Gibraltar que separan Europa y África constituyen la frontera más desequilibrada del mundo.

El abismo de reconocimiento de derechos fundamentales y respeto a la dignidad humana, unido a la cercanía geográfica, explica que las personas africanas miren a Europa como principal vía de acceso hacia una vida mejor.

3) La “externalización” de fronteras de España y la Unión Europea: fuente de violaciones de los derechos humanos.
Desde hace años la Unión Europea y España han llevado una política sistemática de “externalización” de sus fronteras, consistente en dejar la responsabilidad del control de los flujos migratorios a países fronterizos con la Unión a cambio de acuerdos que les favorecen en otros ámbitos (económico, militar…). El hecho de que la mayoría de estos Estados (Marruecos, Argelia, Libia o Mauritania, por ejemplo) tengan, dicho con generosidad, una trayectoria más que dudosa en el respeto de los derechos humanos, ha generado una multitud de situaciones de violación de derechos fundamentales de las personas inmigrantes en tránsito hacia Europa en sus territorios. Dichas violaciones, reiteradamente denunciadas por colectivos sociales europeos y africanos, han contado con la indiferencia, cuando no la aquiescencia, de la Unión Europea y sus Estados miembros.
Puedes encontrar información actualizada al respecto en el informe de la APDHA Derechos Humanos en la Frontera Sur 2009 .

También de gran interés y actualidad el informe de Médicos Sin Fronteras Violencia sexual y Migración, sobre la realidad de las mujeres inmigrantes subsaharianas en tránsito hacia Europa en Marruecos.

4) Situación en los países de acogida: La exclusión de la ciudadanía de las personas inmigrantes.
El no reconocimiento de las personas inmigrantes como ciudadanas plenas en las sociedades europeas de acogida les supone una situación de gran vulnerabilidad. Al no tener posibilidad de tomar parte en la vida política de la comunidad a la que pertenecen, carecen de capacidad de reacción ante el constante recorte de sus derechos fundamentales que están suponiendo las últimas reformas legislativas que en materia migratoria se han llevado a cabo a nivel europeo y español.

En esta línea se enmarca la reciente reforma de la Ley de Extranjería” en España, operada por la LO 2/2009 y también la conocida como Directiva Retorno, aprobada en el ámbito de la Unión durante el año 2008.

Además del citado recorte de derechos fundamentales, el actual marco normativo configura una situación donde la inmigración por vías regulares, el objetivo que supuestamente busca la legislación de extranjería de la Unión y de España, se convierta en una quimera rayana en la imposibilidad.

5) La vigente crisis social y económica global: Agrava el “efecto expulsión” y puede ser caldo de cultivo para el racismo y la xenofobia en los países de acogida.
Como reconoció el propio Ministro del Interior, Pérez Rubalcaba, la crisis económica global no supone un debilitamiento del descrito “efecto expulsión”, sino que en todo caso supone un refuerzo del mismo, ya que las maltrechas economías africanas están sufriendo con especial virulencia los efectos de la crisis y no disponen de los recursos sociales de los países del Norte para paliarlos.

Estos dos artículos de La Región y El Economista son especialmente esclarecedores.

Por lo tanto, el tan celebrado por el Ministerio del Interior español descenso de llegada de pateras y cayucos a las costas españolas durante 2009 tiene mucho más que ver con la profundización en la política de “externalización” de fronteras descrita y el incremento de medios políticos, tecnológicos y militares en el control de fronteras (Plan África, SIVE, o FRONTEX, por ejemplo) que el hecho de que la crisis haga de España un destino migratorio menos atractivo.


5 claves para actuar ante el fenómeno de las pateras, según Carlos Arce:

1) Infórmate. Conoce la realidad de los países de origen de las personas migrantes, de las políticas de fronteras y de la situación de las personas inmigrantes a través de fuentes independientes. Las páginas webs de los colectivos de la sociedad civil implicados con estas situaciones y los canales informativos sociales y alternativos son una buena herramienta para ello.

Incluso en tus momentos de ocio, a través de la literatura y el cine, te puedes acercar al fenómeno migratorio. Dos películas recomendables: “14 kilómetros”. España. 2007. Director: Gerardo Olivares y “En un mundo libre”. Gran Bretaña. 2007. Director: Ken Loach.

2) Mirada crítica. Muy vinculado con lo anterior. Es esencial tomar cierta distancia y someter a constante análisis las informaciones que nos llegan de los medios de comunicación “oficiales” y las declaraciones vertidas en el “foro político”.

Partiendo de una información obtenida de fuentes independientes, y aplicando el sentido crítico, te será más fácil “desentrañar” los intereses político-económicos que en ocasiones subyacen bajo las informaciones negativas relacionadas con el fenómeno migratorio.

3) Implícate en la sociedad civil. Existen miles de colectivos sociales que trabajan en todos los aspectos relacionados con las migraciones: desde aquéllos que se dedican a la cooperación, pasando por los que tienen como principal objetivo la vigencia global de los derechos humanos y terminando por los que específicamente luchan por los derechos de las personas migrantes. Y hay diversas maneras de colaborar con ellos, dependiendo de tus posibilidades y disponibilidad: difunde sus denuncias y campañas entre tus contactos, colabora económicamente en su sostenimiento (como socio o través de donaciones puntuales) o, mejor aún, pasa a la militancia activa en cualquiera de ellos. Por supuesto, en la APDHA tienes la puerta abierta.

4) Vota “en conciencia”. Además de la militancia en la sociedad civil, como ciudadano tienes una poderosa arma: tu voto.

Lee qué propuestas incluyen en sus programas electorales los diferentes partidos respecto al fenómeno migratorio. Comprueba qué medidas políticas y legislativas han impulsado y/o apoyado en esta materia (p. ej., comprueba qué partidos apoyaron en el Parlamento Europeo la “Directiva Retorno” o qué partidos han hecho lo propio con la reciente reforma de la “Ley de Extranjería” en el Parlamento español…).

Una vez tengas esta información, reflexiona sobre ella, piensa si esos programas electorales o medidas políticas han favorecido el respeto pleno de los derechos humanos de las personas migrantes… y después vota “en conciencia”.

5) Actúa también en tu entorno cercano. No dejes de ser un factor de acogida e inclusión de tus vecinos y vecinas, compañeros y compañeras de trabajo o de estudios de origen inmigrantes.

Transmite valores positivos a los más pequeños de tu ámbito familiar, y es de especial importancia que lo hagas en el ámbito educativo si tienes responsabilidades docentes.

No te quedes indiferente ante hechos u opiniones de carácter racista o xenófobo.

Rwanda: los acreedores del genocidio

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Las responsabilidades del banco Mundial, del FMI y de los gobiernos occidentales

Éric Toussaint, Mondialisation.
Traducido del francés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos.


Vuelta sobre el genocidio de de 1994 (1)

A partir del 7 de abril de 1994, en el espacio de menos de tres meses cerca de un millón de ruandeses (la cifra exacta está por determinar) fueron exterminados porque eran o se suponía que eran tutsis. A ello hay que añadir varias decenas de miles de hutus, opositores políticos al regimen en el poder o personas que se negaron o podrían negarse a contribuir al genocidio. Antes de éste se calculaba que la población era de siete millones y medio de personas.

La comparación con el genocidio de los judíos y gitanos por parte del régime nazi está plenamente justificada, si bien es cierto que hay algunas diferencias: el número total de víctimas (los nazis exterminaron a 6 millones de judíos), los medios empleados (los nazis concibieron y aplicaron medios industriales para aplicar la solución final).

Pero hubo efectivamente genocidio, es decir, la destrucción planificada de toda una colectividad por medio del asesinato masivo que tenía como objetivo impedir la reproducción biológica y social.

Las políticas establecidas por las instituciones financieras multilaterales

Es fundamental preguntarse por el papel desempeñado por los proveedores de fondos internacionales. Mi tesis es que las políticas impuestas por las instituciones financieras internacionales, principales proveedores de fondos del régimen dictatorial del general Juvénal Habyarimana, aceleraron el proceso que llevó al genocidio. Generalmente no se suele tener en cuenta la incidencia negativa de estas políticas para explicar el dramático desenlace de la crisis ruandesa. Sólo algunos autores ponen en evidencia la responsabilidad de las instituciones de Bretton Woods (por ejemplo, Michel Chossudovsky y Pierre Galand). Éstas rechazan toda crítica al respecto. Resulta más sorprendente constatar que algunos autores vinculados con organizaciones no gubernamentales publiquen estudios para tratar de neutralizar la crítica del Banco Mundial y del FMI (Woodward, 1996; véase la bibliografía al final del artículo).

A principio de la década de 1980, cuando estalló la crisis de la deuda del Tercer Mundo, Ruanda (como su vecino, Burundi) estaba muy poco endeudado. Mientras que en todas partes del planeta el Banco Mundial y el FMI abandonaban su política activa de préstamos y predicaban la abstinencia, adoptaron una actitud diferente con Ruanda: estas instituciones se encargaron de prestar abundantemente a Ruanda. Entre 1976 y 1994 la deuda exterior de Ruanda se multiplicó por veinte. En 1976 se elevaba a 49 millones de dólares; en 1994 representaba cerca de mil millones de dólares. La deuda aumentó sobre todo a partir de 1982. Los principales acreedores son el Banco Mundial, el FMI y las instituciones vinculadas a ellos. El BM y el FMI desempeñaron el papel más activo en el endeudamiento. En 1999 estas instituciones detentaban el 87% de la deuda exterior ruandesa (en 1999 la deuda exterior ruandesa se repartía de la siguiente manera: el 87% se debía a las instituciones multilaterales, el 13 % se debía en bilateral, 0% a acreedores privados. Fuente: World Bank, GDF 2001).

El régimen dictatorial que existía desde 1973 garantizaba no caer en una política de cambios estructurales progresistas. Por ello potencias occidentales lo apoyaban activamente: Bélgica, Francia y Suiza. Además, podía constituir una muralla defensiva respecto a unos Estados que todavía mantenían en la región unas veleidades de independencia y de cambios progresistas ( por ejemplo, la Tanzania del presidente progresista Julius Nyerere, uno de los dirigentes africanos del movimiento de los no alineados).

Durante la década de 1980 hasta 1994 Ruanda recibió muchos préstamos y la dictadura de Habyarimana se apropió de una parte considerable de ellos. Los préstamos concedidos debían servir para insertar más firmemente a la economía ruandesa en la economía mundial desarrollando sus capacidades de exportación de café, de té y de estaño (sus tres principales productos de exportación) en detrimento de los cultivos destinados a la satisfacción de las necesidades locales. El modelo funcionó hasta mediados de la década de 1980, momento en que se desmoronaron primero la cotización del estaño, luego del café y por último del té. Ruanda, para el que el café constituía su principal fuente de divisas, se vio gravemente afectado por la ruptura del cartel del café provocada por Estados Unidos a principio de la década de 1990.

Utilización de los préstamos internacionales para preparar el genocidio

Unas semanas antes de que se desencadenara la ofensiva del Frente Patriótico Ruandés (FPR) en octubre de 1990 las autoridades ruandesas firmaron con el FMI y el BM en Washington un acuerdo para establecer un plan de ajuste estructural (PAE).

Este PAE se aplicó en noviembre de 1990: el franco ruandés se devaluó un 67%. En contrapartida el FMI concedió unos créditos en divisas de desembolso rápido para permitir al país mantener los flujos de las importaciones. Las sumas así prestadas permitieron equilibrar la balanza de pago. El precio de los bienes importados aumentó de manera vertiginosa: el precio de la gasolina se disparó un 79%. El producto de la venta en el mercado nacional de los bienes importados permitió al Estado pagar los sueldos de los militares cuyo efectivos ascendieron vertiginosamente. El PAE prevería una disminución de los gastos públicos: en efecto, hubo congelación de sueldos y despidos en la función pública pero con la transferencia de una parte de los gastos a beneficio del ejército.

Mientras que se disparaban los precios de los bienes importados, se congelaba el precio de compra del café a los productores. Quien lo exigía era el FMI. Consecuencia de ello fue la ruina de cientos de miles de pequeños productores de café (Maton, 1994). A partir de entonces, estos y las capas más empobrecidas de las ciudades constituyeron una reserva permanente de reclutas para las milicias Interahamwe y para el ejército.

Entre las medidas impuestas por el BM y el FMI a través del PAE hay que destacar otra: el aumento de los impuestos al consumo y la bajada de los impuestos sobre las sociedades, el aumento de los impuestos directos a las familias populares por medio de la reducción de las deducciones fiscales para las familias numerosas, de la reducción de las facilidades de crédito para los campesinos...

Para justificar la utilización de los préstamos de la pareja BM/FMI, el BM autoriza a Ruanda a presentar antiguas facturas que cubrían la compra de bienes importados. Este sistema permitió a las autoridades ruandesas financiar la compra masiva de las armas del genocidio. Los gastos militares se triplicaron entre 1990 y 1992 (Nduhungirehe, 1995). Durante este periodo el BM y el FMI enviaron varias misiones de expertos. Estos señalaron algunos aspectos positivos de la política de austeridad aplicada por Habyarimana, pero, con todo, amenazaron con suspender los pagos si seguían creciendo los gastos militares. Entonces las autoridades ruandesas urideron una serie de artificios para disimular sus gastos militares: camiones comprados por el ejército se imputaron al presupuesto del Ministerio de Transportes, una parte importante de la gasolina utilizada por los vehículos de las milicias y del ejército se imputó al Ministerio de Sanidad... Finalmente, el BM y el FMI cerraron el grifo de la ayuda financiera a principios de 1993 pero no denunciaron la existencia de las cuentas bancarias que las autoridades ruandesas tenían en el extranjero en los grandes bancos y en las que cantidades importantes de dinero seguían estando disponibles para la compra de armas. Se puede considerar que fallaron en su deber de controlar las sumas prestadas. Hubieran debido detener sus préstamos a principios de 1992 cuando se dieron cuenta de que el dinero se utilizaba para la compra de armas. En ese momento hubieran debido alertar a la ONU. Al seguir haciendo sus préstamos hasta principios de 1993 ayudaron a un régimen que preparaba un genocidio. Desde 1991 las organizaciones de defensa de los derechos humanos habían denunciado las masacres preparatorias del genocidio. El BM y el FMI ayudaron sistemáticamente al régimen dictatorial porque era un aliado de Estados Unidos, de Francia y de Bélgica.

El aumento de las contradicciones sociales

Para ejecutar el proyecto genocida era necesario no sólo un régimen para concebirlo y dotarse de los instrumentos para su realización. También era necesaria una masa empobrecida y convertida en lumpen, esto es, dispuesta a realizar lo irreparable. En este país el 90% de la población vive en el campo y el 20% de la población de la población campesina dispone de menos de media hectárea por familia. Entre 1982 y 1994 se asiste a un proceso generalizado de empobrecimiento de la mayoría de la población rural con un enriquecimiento impresionante en el otro polo de la sociedad. Según el profesor Jef Maton, en 1982 el 10% más rico de la población era dueño del 20% de los ingresos rurales; en 1992 acaparaban el 41%; en 1993, el 45% y a principios de 1994, 51% (Maton, 1994). El catastrófico impacto social de las políticas dictadas por la pareja FMI/BM y de la caída de las cotizaciones del café en el mercado mundial (caída que hay que poner en correlación con las políticas de las instituciones de Bretton Woods y de Estados Unidos que en esa misma época lograron hacer saltar el cartel de los productores de café) desempeña un papel clave en la crisis ruandesa. El régimen Habyarimana canalizó enorme descontento social hacia la realización del genocidio.

Los acreedores del genocidio

Los principales suministradores de armas a Ruanda entre 1990 y 1994 son Francia, Bélgica, Sudáfrica, Egipto y la República Popular de Chine. Esta última suministró 500 000 machetes. Egipto (cuyo vice-Ministro de Asuntos Exteriores, encargado de las relaciones con África, no era otro que Boutros Boutros-Ghali) ofreció a Ruanda en 1991 un crédito sin intereses para permitirle comprar armas de infantería por valor de seis millones de dólares. Una vez que estalló el genocidio, mientras que la ONU había decretado el 11 de mayo de 1991 un embargo de armas, Francia y la empresa británica Mil-Tec suministraron armas al ejército criminal vía el aeropuerto de Goma en Zaire (Toussaint, 1996). Una vez que el FPR tomó Kigali, capital de Ruanda, varios altos responsables del genocidio fueron recibidos en el Elíseo. Con ayuda del ejército francés las autoridades ruandesas en el exilio instalaron en Goma la sede del Banco Nacional de Ruanda. Hasta finales de agosto de 1994 éste efectuó los pagos para las compras [ya efectuadas] de armas y para comprar nuevas. Los bancos privados Belgolaise, Générale de Banque, BNP, Dresdner Bank... aceptaron las órdenes de pago de los genocidas y reembolsaron a los acreedores del genocidio.

La situación después del genocidio

Tras la caída de la dictadura militar en julio de 1994 el BM y el FMI exigieron a las nuevas autoridades ruandesas que limitaran la cantidad de funcionarios al 50% de los efectivos previstos antes del genocidio. Las nuevas autoridades aceptaron.

Las primeras ayudas concedidas por Estados Unidos y Bélgica a finales de 1994 sirvieron para reembolsar los atrasos de la deuda del régimen de Habyarimana con el BM. Las ayudas concedidas por los países del norte llegaron con cuentagotas a un país que había que reconstruir. Desde noviembre de 1996 las autoridades acogieron a más de 800.000 refugiados.

Según el documento de David Woodward realizado para Oxfam, en 1996, si bien la producción agrícola se había enderezado ligeramente, seguía siendo un 38% inferior a las primeras cosechas habituales y un 28% a las segundas. El sector industrial resultaba ser más lento todavía para recuperarse: sólo 54 de las 88 empresas de producción que existían antes de abril de 1994 habían retomado su actividad y la mayoría producían mucho menos que su nivel anterior: a finales de 1995 el valor añadido del conjunto del sector industrial sólo representaba el 47% de su nivel de 1990.

El aumento del 20% de los salarios del servicio público en enero de 1996 fue el primero desde 1981, pero se calcula oficialmente que el 80% de los trabajadores del sector público se situaba por debajo del umbral de pobreza. No es de extrañar que los ruandeses prefieran trabajar en una ONG como conductores o cocineros antes que implicarse en la función pública. Además, esta cifra no es privativa de la función pública puesto que en 1996 el BM calculaba que entre el 85% y el 95% de los ruandeses vivían por debajo del umbral de pobreza absoluta.

Hay que señalar un crecimiento considerable de la cantidad de mujeres cabeza de familia que pasó del 21,7% antes del genocidio al 29,3% con puntas de más del 40% en algunas prefecturas. Su situación es particularmente dramática cuando se sabe hasta qué punto las mujeres están discriminadas a nivel de las leyes ligadas sobre todo a la herencia, al acceso al crédito y al régimen inmobiliario. Ya antes del genocidio el 35% de las mujeres cabeza de familia tenía unos ingresos mensuales inferiores a 5.000 francos ruandeses (unos 15 dólares) por persona, mientras que esta tasa era de 22% para los hombres jefes de familia.

A pesar de la elevada tasa de adopción de huérfanos tras el genocidio y el sida, la cantidad de niños sin familia oscilaba entre 95.000 y 150.000.

A nivel de la enseñanza, en 1996 las inscripciones en el ciclo primario sólo llegaban aproximadamente al 65% mientras que la tasa de frecuentación de las escuelas secundarias no superaba el 8% (Woodward, 1996).

En 1994 la deuda exterior total de Ruanda se elevaba a cerca de mil millones de dólares. Esta deuda había sido contraída íntegramente por el régimen de Habyarimana. Cinco años después esta deuda había aumentado aproximadamente un 30% y Ruando reembolsaba 31 millones de dólares (cifra del año 1999).

La deuda contraída antes de 1994 entra plenamente en la definición de “deuda odiosa »[2], en consecuencia el nuevo régimen habría debido ser exonerado totalmente de ella. Los acreedores multilaterales y bilaterales sabían perfectamente con qué trataban cuando prestaban dinero al régimen de Habyarimana. Tras el cambio de régimen no tenían derecho a remitir sus exigencias al nuevo Ruanda. Y, sin embargo, lo hicieron sin vergüenza alguna. Es absolutamente escandaloso.

Las autoridades ruandesas que tomaron el poder en 1994 trataron de convencer al BM y al FMI de renunciar a sus créditos. Ambas instituciones se negaron y amenazaron con cerrar el grifo de los créditos si Kigali se empeñaba en ello. Pidieron a Kigali silenciar la ayuda que habían aportado al régimen de Habyarimana a cambio de nuevos préstamos y de la promesa de la anulación futura de la deuda en el marco de la iniciativa a favor de los países pobres muy endeudados (lanzada en 1996). Es deplorable que haya aceptado esta negociación. Las consecuencias son nefastas: continúa el ajuste estructural cuyas consecuencias económicas y sociales son desastrosas, y crecimiento de la deuda exterior. Al hacerlo las autoridades de Kigali obtuvieron el estatuto de alumno aplicado del FMI, del BM y del Club de París. Peor, participando en la ocupación militar de una parte del territorio del país vecino, la República Democrática de Congo, a partir de agosto de 1998 y participando en el saqueo de sus recursos naturales, el régimen ruandés se hizo cómplice de Estados Unidos y de Gran Bretaña en la región (ambos países buscaban activamente debilitar a la RD de Congo).

Bibliografía:

- World Bank. 2001. Global Development Finance, Washington.

- Chossudovsky, Michel y otros, 1995, «Rwanda, Somalie, ex Yougoslavie: conflits armés, génocide économique et responsabilités des institutions de Bretton Woods», 12 p., in Banque, FMI, OMC: ça suffit!, CADTM, Bruxelles, 1995, 182 p.

- Duterme Renaud, 2010, «Rwanda : un génocide évitable», http://www.cadtm.org/Rwanda-un-genocide-evitable

- Chossudovsky Michel y Galand Pierre, L’usage de la dette extérieure du Rwanda (1990/1994). La responsabilité des bailleurs de fond, Analyse et recommandations. Rapport préliminaire, Bruselas - Ottawa, noviembre de1996.

- Maton, Jef, 1994, Développement économique et social au Rwanda entre 1980 et 1993. Le dixième décile en face de l’apocalypse, Université de Gand, Faculté de Sciences économiques, 43 p.

- Nduhungirehe, Marie-Chantal, 1995, Les Programmes d’ajustement structurel. Spécificité et application au cas du Rwanda, memoria de licenciatura, UCL, Faculté de Sciences économiques, 162 p.

- Sack, Alexander Nahum, 1927, Les Effets des Transformations des Etats sur leurs Dettes Publiques et Autres Obligations financières, Recueil Sirey, París.

- Toussaint, Eric, 1996, «Nouvelles révélations sur les ventes d’armes», 2 p., CADTM 19, Bruselas, 1996.

- Toussaint, Eric, 1997a. «Rwanda: Les créanciers du génocide», 5 p., in Politique, La Revue, Paris, avril 1997.

Woodward, David, 1996, The IMF, the World Bank and Economic Policy in Rwanda : Economic, Social and Political Implications, Oxfam, Oxford, 55 p.

Notas:

(1) Una primera versión de este artículo se publicó en 1997: Eric Toussaint, «Rwanda : Les créanciers du génocide», 5 p., in Politique, La Revue, Paris, abril 1997. Los cambios aportados a esta versión con completamente menores.

(2) Deuda odiosa: «Si un poder despótico contrae una deuda no según los intereses y necesidades del Estado sino para fortificar su régimen despótico, para reprimir a la población que lucha contra él, esta deuda es odiosa para la población de todo el Estado. Esta deuda no es obligatoria para la nación: es una deuda del régimen, deuda personal del poder que la contrajo; en consecuencia, cae con al caída del régimen en el poder». Alexander Nahum Sack (1927).

Eric Toussaint es presidente del Comité para la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo Bélgica http://www.cadtm.org/

Honduras lanza un SOS al mundo




Es inminente la masacre de los campesinos del Bajo Aguán en Honduras

Aura Ribeiro, Tercera Información.


Los militares y policías ya han tomado las calles donde viven los campesinos

Las fuerzas militares y policiales de la dictadura hondureña han invadido las calles de las comunidades donde viven los campesinos del Bajo Aguán, en el departamento hondureño de Colón.

El Comité para la Defensa de los Derechos Humanos en Honduras (CODEH) y la resistencia hondureña (Frente Nacional de Resistencia Popular, FNRP) han denunciado que va a desatarse una violenta represión contra los campesinos organizados en el Movimiento Unificado de Campesinos del Aguán (MUCA), quienes en su mayor parte también militan activamente en el FNRP.

El CODEH ha resaltado que los campesinos mantienen la voluntad de negociar con los golpistas, aunque éstos han estado boicoteando las negociaciones en favor de los terratenientes con asesinatos, desapariciones y detenciones ilegales contra los trabajadores del campo.

La resistencia hondureña ha enviado un mensaje hace unas horas relatando la situación. "Comandos fuertemente armados conformados del Ejército y policías preventivos y la Unidad especial antimotines “Cobras” mantienen rodeada desde está mañana la Comunidad Guadalupe Carney y Carbonales, y no dejan salir a campesinos de la Cooperativa El Remolino, Paso Aguán, Panamá situadas en la margen izquierda de Río Aguán en Trujillo, Colón, pertenencientes al Movimiento Campesino del Aguan, MUCA.

Otra cantidad de militares se encuentran a una cuadra de la Cooperativa La Confianza, en un acto de intimidación, listos para reprimir y desalojar a los campesinos. Líderes de la zona denuncian, que ya han llegado los jueces ejecutores para librar ordenes de desalojo y de captura.

Este día fueron detenidos cuatro estudiantes de la Escuela Normal Mixta de Trujillo por no portar documento de identidad, en el desvío de Braulio, de Sonaguera a Trujillo. Parte del operativo militar es solicitar los documentos de identificación a toda la población que transita por las calles principales de las ciudades y entradas a las comunidades para corroborar si aparece en una lista que portan los militares, dijo una dirigenta de la Coordinadora de Organizaciones del Aguan, COPA. En las entradas de todas las comunidades alrededor de 15 policías y 12 militares controlan el ingreso de los pobladores a sus aldeas.

El domingo se hacía un recuento de 35 buses de transporte público de todo el país que habían llegado a la zona, tres tanquetas que ingresaron por Olancho, y patrullas policiales de todo el país.

Los efectivos militares y policiales suman más de tres mil, y han sido alojados en varias instituciones del Estado como el Banco Nacional de Desarollo, Banadesa Agrícola en la aldea Zamora, en el Instituto Nacional de Formación Profesional, INFOP, en el Batallón XV de Infantería, en la comunidad Rio Claro del Municipio de Trujillo, también se alojan en las plantas aceiteras de palma del mulitimillonario palestino que reclama las tierras en conflicto, Miguel Facussé Barjum y otros en empresas de dudosa reputación manejadas por supuestos empresarios vinculados a negocios ilícitos en esa zona.

Hoy a las 7 de la mañana continuaron transitando por ciudades del Valle de Sula más camiones repletos de militares provenientes de todo el país con rumbo al Aguán, por lo que se prevé un desalojo masivo violento."

Hoy continuarán las tensas negociaciones entre los campesinos, quienes quieren hacer cumplir los acuerdos alcanzados con Manuel Zelaya, ya que les da derecho a trabajar la tierra sin tener que ser explotados por los terratenientes, frente a la dictadura, que espera echar para atrás la reforma agraria impulsada por Zelaya y devolver las tierras a los terratenientes, que las mantuvieron improductivas para especular con el precio del suelo antes de la reforma.

Los atentados en la Federación rusa.

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La doctrina Monroe rusa

Nazanín Amirian, Público.

Bajo el ruido de fondo de la yihad antirrusa de los talibán chechenos, Moscú pretende recuperar el Cáucaso, su patio trasero. En este corredor geopolítico que lleva a Europa hasta aguas caspias, está en marcha el oleoducto que, bajo la protección de la OTAN, empieza en Azerbaiyán, atraviesa Georgia y llega a Turquía para ser conectado luego con Israel.

El uso del terrorismo para mantener la tensión en esa zona está generando cambios políticos de gran alcance, a nivel regional y mundial.

Lo que se presenta como la amenaza del islamismo checheno, engendrado igual que Al Qaeda por la inteligencia norteamericana, sirve para que Putin y Medvédev se exhiban como garantes de la lucha contra el terrorismo. De paso, paralizan reformas, justifican los excesivos gastos militares, sacan tajada del aumento del precio del petróleo y consolidan su dominio sobre el espacio caucasiano. Esta zona comparte un destino común con Afganistán: está integrada en el Gran Juego alrededor de los disputados recursos petrolíferos del mar Caspio y es de vital importancia para los intereses políticos y económicos rusos.

Dentro de su estrategia para controlar el triángulo del petróleo entre el mar Negro, el Caspio y el golfo Pérsico, Washington dibuja el proyecto transafgano, un eje Norte-Sur hacia el Índico, y otro Este-Oeste hasta el Mediterráneo a través del Cáucaso, esquivando las rutas rusas para debilitar la influencia moscovita sobre la política internacional.

El Kremlin intentará consolidar un cordón sanitario en su exterior inmediato, toda vez que EEUU incumplió sus promesas de no ampliar la OTAN hacia sus fronteras, a cambio del apoyo ruso a la reunificación alemana.

Obama, infravalorando a los rusos, cree avanzar peones. Sugiere que si Rusia cooperara en la crisis de esa inmensa reserva energética que es Irán, EEUU revisaría su política en la región.

La venganza de dos muchachas viudas en el metro de Moscú no explica lo que sucede en el rompecabezas del Cáucaso, cuya etimología evoca la inaccesibilidad de sus montañas. Una gran barrera natural para el apetito predador de las potencias y una trampa mortal para los miles de vidas allí atrapadas.