Humanizar a Occidente



Doscientos muertos, trescientos, cuatrocientos, qué más da ahora mismo cien arriba o abajo. Son más de cinco mil desde que dio comienzo la segunda intifada y muchos miles más desde que existe Israel hace sesenta años sin que la ONU, la OTAN, la UE ni ninguna otra organización internacional hayan hecho otra cosa que recompensar a Israel por su política genocida en Palestina.

Israel fue admitido en la comunidad internacional como un Estado más, aunque se estableció en 1948 mediante la masacre y la expulsión de los palestinos que vivían pacíficamente en sus tierras hasta ese momento. Israel se mantiene financiado y armado por Estados Unidos a pesar de sus guerras y agresiones contra países vecinos. Israel ha sido premiado con un acuerdo político, económico y científico preferencial con la Unión Europea, aunque emplea sistemáticamente tanques y cazabombarderos contra la población palestina –de la que el 50% es menor de edad-, la cual mantiene bajo ocupación militar desde hace cuarenta años.

Los gobiernos de Estados Unidos, la Unión Europea y España informan habitualmente a sus votantes de que “apoyan totalmente a Israel, sean cual sean las circunstancias”, como aseguró hace poco el ministro español de asuntos exteriores, así que la consecuencia lógica es que Israel haya matado ayer sábado a casi tres centenares de seres humanos como si fueran alimañas sin derecho alguno.

La lista de violaciones de la ley internacional por parte de Israel es tan larga como la de los árabes que ha matado en Palestina, Líbano, Iraq, Siria, Jordania, etc. La naturalidad y la tranquilidad, cuando no la sorna, con las que los líderes israelíes amenazan constantemente con castigos y con la muerte a los palestinos, revelan un carácter que se asocia a psicópatas de películas de la serie B y no a personas en cuyas manos –armadas con bombas nucleares- está la paz del mundo. Para más INRI los occidentales consideran un crimen criticar a Israel, para colmo de males el asesinato de palestinos se considera en Occidente como un mal menor necesario para que avance el proceso de paz.

Los que en Occidente alaban a la “única democracia en Oriente Medio” son cómplices de sus asesinatos, como lo son los israelíes que votan a los políticos que los ordenan. Hace muchos años que el significado de la palabra democracia ha sido pervertido, así como el de derechos humanos, ONU, derecho internacional, paz mundial y otras que usan los poderosos para justificar la imposición de su voluntad sobre los débiles.

Resulta increíble que el gobierno de Hamas en la Franja de Gaza haya ofrecido apenas cuatro días antes de esta última matanza, el 23 de diciembre, renovar la tregua, la cual ha respetado durante meses a pesar de que Israel ha mantenido y aumentado su cruel asedio contra Gaza en ese tiempo, tregua que rompió en un claro acto de provocación a primeros de diciembre con el asesinato de cuatro palestinos.

La ingenuidad de Haniye y su equipo contrasta agudamente con la perversión del primer ministro israelí Olmert y su ministro de defensa Barak. Al mismo tiempo, mientras periodistas árabes y algunos observadores han reflexionado en los días pasados sobre las señales evidentes del ataque israelí, la prensa occidental narcotizaba a la opinión pública para apoyar, una vez más, las acciones terroristas de Israel.

En el último mes Israel expulsaba de Gaza a periodistas, internacionalistas, delegaciones extranjeras, negaba el paso a diplomáticos y al relator de las Naciones Unidas, aumentaba el asedio, reducía aún más el paso de alimentos, medicinas y combustible. Al mismo tiempo amenazaba con agredir a los palestinos. Occidente dejaba de lado estas señales y criticaba a Hamas por dar por finalizada la tregua.

Ha quedado claro una vez más el concepto de derechos humanos y derecho internacional para los gobernantes occidentales, así como el concepto de prensa libre al servicio de la verdad y la justicia. Ríete de Radio Mil Colinas, enorgullécete de vivir entre la crème de la crème de la civilización judeo-cristiana mundial.

Ahora es el tiempo de las editoriales de prensa y de las declaraciones gubernamentales que amonestan a Hamas por terminar la tregua, léase por no aceptar que Israel es el pueblo elegido por Dios y por Estados Unidos. Es el tiempo de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU que piden el cese de la violencia a las dos partes, como si ocupante y ocupado, agresor y víctima, potencia nuclear y población desnutrida, fuesen dos contendientes en igualdad de derechos y condiciones.

Si se tiene la suerte de no ser editorialista ni político, es el tiempo de preguntarse cómo ha de responder un ser humano ante la falta de humanidad tan abyecta de la que somos testigos. Confiar en la ONU, creer en la declaración universal de los derechos humanos, reclamar la acción de la comunidad internacional, pedir a Israel que detenga los ataques… es proteger al agresor, es inhibirse ante su acción, es mirar para otro lado.

Resulta difícil pensar en un mundo –en particular en Occidente- más deshumanizado y cruel. Si aquí nadie es capaz –ni en Navidad- de “apiadarse de la víctima”, de “no hacer al otro lo que no quieres que te hagan”, “de estar junto al desheredado y oprimido”, es lo más probable que otros en Oriente Medio defiendan al débil, protejan al perseguido y castiguen al agresor con los medios a su alcance.

Ya que la democracia, la ONU, la OTAN y el proceso de paz no valen en absoluto para proteger los derechos humanos de las víctimas de Israel y sus aliados, ni para hacer a éstos más humanos, hay que esperar que las operaciones de la resistencia intenten por todos los medios conseguir esa protección y –de rebote, no por propia iniciativa- que los demás recuperen algo de su humanidad.

En el peor de los casos, si no triunfan, al menos con el Apocalipsis que nos aguarda se acabarán los sufrimientos de las víctimas y comenzará el rechinar de dientes de los agresores.

Cinco minutos para escuchar la otra Navidad


Baula-Comité Óscar Romero de Santa Margarida de Montbui


El grupo Baula-Comitè Óscar Romero y la ACO (Acción Católica Obrera) se han vuelto a dar la mano para invitar a la población de Santa Margarida de Montbui y comarca a participar en una actividad llamada el Silencio de Navidad. Se trata de una concentración silenciosa que ya se ha convertido en una cita tradicional en el municipio, el día 24 de diciembre. A las ocho de la noche, han vuelto a convocar a la ciudadanía, delante de la plaza del Ayuntamiento, para compartir la lectura de un manifiesto, encender velas y hacer cinco minutos de silencio. Durante este breve rato, se hará un apagón parcial del alumbrado navideño y de la megafonía de la calle, para escuchar la otra Navidad.

El acto pretende reivindicar una reflexión solidaria y humana, así como la denuncia y el compromiso de responsabilidad con los colectivos más desfavorecidos, por encima del consumo y del ruido de estas fiestas.

MANIFIESTO

Esta Navidad, marcada por la crisis económica, crisis que ya sufrían los países empobrecidos y que ahora nos toca a los países ricos, escuchamos 5 minutos de silencio.

En este tiempo que a la guerra se la llama "intervención militar"... Silencio por todas las vidas humanas que se rompen cada día en los diferentes conflictos del mundo y territorios ocupados.

Ahora que a la manipulación contable se la llama "ingeniería financiera"... Silencio ante el cinismo de los gobiernos que han tardado sólo 2 horas para hacer una inyección de dinero a la banca, cuando les cuesta tanto llegar al 0,7% de la ayuda al desarrollo.

Ante la muerte de más de 60 mujeres a causa de la violencia machista... Silencio por todas las mujeres y niños que sufren maltrato y todavía no pueden levantar la voz.

Delante del inmigrante sin papeles, al que llaman "inmigrante clandestino"... Silencio por tantas personas que lejos de su familia sufren el abuso, la soledad y la exclusión.

En estos tiempos que a la tortura se la llama "métodos de persuasión"... Silencio por las personas que en todo el mundo son diariamente torturadas por defender los derechos humanos.

Y a pesar de esta oscuridad, que la luz de la Navidad nos ilumine el camino para continuar la lucha por los derechos humanos, para acompañar a los pueblos oprimidos y por las víctimas de las guerras, por las mujeres y los niños que sufren maltrato... En definitiva, que ilumine el camino de la hermandad y la esperanza.

El cielo en la tierra. Homenaje a Irene Franceschini


Francesc Escribano, periodista

Existen muchas personas que desde hace años trabajan para acortar distancias y acabar con las diferencias. Son gente como Pere Casaldàliga o la Tía Irene en Brasil.

La muerte de una colaboradora del obispo Casaldàliga, Irene Franceschini, estimula el recuerdo de quienes han seguido la trayectoria personal, tan heroica como callada, de los centenares de religiosos católicos que tras el concilio Vaticano II abrazaron la teología de la liberación y la practicaron hasta sus últimas consecuencias en América Latina. El biógrafo de Casaldàliga, Francesc Escribano, rememora el papel que en aquella misión tuvo la monja fallecida hace unas semanas.

En estos días, las aguas del río Araguaia discurren tristes. Como todo lo que tiene vida y sensibilidad en la región de Sao Félix, en el Mato Grosso brasileño, estoy seguro de que también echan en falta a la Tía Irene. Si es cierto que la gente como ella muere alguna vez, la Tía Irene murió el pasado 13 de noviembre. Físicamente era poca cosa, pero su fuerza interior era tan grande que cuando hablaba y se movía sonaba la música.

Irene Franceschini llegó a Sao Félix do Araguaia en el año 1970. Se sintió atraída, o mejor dicho, llamada, por la labor que allí estaba realizando un sacerdote que hacía solo dos años que había llegado a Brasil. A pesar del poco tiempo transcurrido desde su llegada, su voz ya se dejaba oír con fuerza en todo el país. Aquel sacerdote tenía un nombre extraño y difícil de pronunciar para una brasileña, se llamaba Pere Casaldàliga, actualmente obispo emérito de Sao Félix do Araguaia, donde mantiene su residencia.

LA VIOLENCIA, la injusticia y la exclusión social que imperaban en la región del Mato Grosso golpeaban como un tiro en el corazón. En aquella tierra y en aquel tiempo no servían las medias tintas, ni las dudas, ni las vacilaciones. A un lado, los indios, los campesinos y los desarraigados que huían de la sequía del noreste; al otro, los terratenientes, los pistoleros y el Gobierno militar. Pere Casaldàliga tomó partido de modo radical a favor de los más desfavorecidos e hizo suya la causa de los pobres.

Desafiando a los poderes establecidos, jugándose la vida cada día, el compromiso de Casaldàliga fue como un reclamo para un gran número de religiosos y laicos que querían cambiar las cosas en Brasil.
Irene Franceschini, la Tía Irene, fue una de esas personas. Era religiosa, de la orden de las Hermanas de San José. Llegó a Sao Félix cuando la situación era más tensa y difícil, lo dejó todo atrás y se entregó en cuerpo y alma a una gente y una tierra que pasaron a ser, definitivamente, su gente y su tierra.

Desde la perspectiva de este nuestro primer mundo en crisis, el tercer mundo parece que cada vez esté más lejano. Existen muchas personas que desde hace años trabajan para acortar las distancias y para acabar con las diferencias. Son gente como Pere Casaldàliga o la Tía Irene en Brasil.
Pero, afortunadamente, hay muchas más. Hay miles de personas en América Latina y en África que han hecho suya la causa de los pobres, que han decidido entregar la vida para mejorar las condiciones de los que viven sin tener garantizados los derechos más básicos. Gente que, a pesar de creer que los pobres ya tienen ganado el cielo, lo necesario es ganar para ellos el cielo en la tierra.

SON MUJERES y hombres que llevan la cruz en el corazón y no en el puño, como los misioneros clásicos. No han querido imponer ninguna creencia, han practicado la inculturación, y así, se han hecho pobres porque se han convertido en uno más de la comunidad en donde se han instalado. No han sido conversores sino convertidos. Esto es lo que siempre ha practicado la Teología de la Liberación, un movimiento que sigue teniendo pleno sentido, a pesar de la persecución que ha sufrido por parte de muchos gobiernos y la desconfianza que siempre ha despertado en el Vaticano.

La entrega incondicional y la opción radical que define a los seguidores de la Teología de la Liberación, asumida por Casaldàliga, no están bien vistas por todo el mundo, y el movimiento tiene aun grandes detractores. Helder Camara, que fue una de las grandes figuras de esta línea de pensamiento y de acción, lo explicaba con mucha claridad: "Si ayudo a un pobre dicen que soy un santo, pero si pregunto por las causas de su pobreza dicen que soy un comunista". Casaldàliga, para responder a todos aquellos que afirman que en el mundo de hoy este movimiento ya no tiene sentido, alega que mientras exista Dios y sigan existiendo pobres la Teología de la Liberación seguirá teniendo plena vigencia.

La ayuda y la solidaridad con el tercer mundo no es patrimonio de la Teología de la Liberación, ni tampoco de las organizaciones religiosas. En los últimos años han aparecido oenegés de todo tipo; muchas de ellas son laicas y su origen y su práctica, a pesar de que sean muy similares en muchos aspectos, no se justifican por ninguna motivación religiosa. Los voluntarios que las mueven lo hacen por razones humanitarias o por compromiso social. Sin querer criticar a estas oenegés, su proliferación ha conllevado que, en ocasiones, existan algunas iniciativas que no están del todo claras y que aprovechan la voluntad de colaboración de los colectivos más sensibles para algunos objetivos y proyectos de dudosa valía.

NO ESTÁ muy de moda hablar bien de la Iglesia católica, quizá porque no invita mucho al elogio lo que hace y lo que dice su jerarquía. Pero hay que reivindicar el papel de la Iglesia como, probablemente, la más antigua y la más fiable de todas las oenegés. Cuando defiendo a esta Iglesia católica no estoy pensando en el Vaticano ni en la Conferencia Episcopal Española; pienso en muchos pueblos de América Latina que son mejores por la labor que ha llevado a cabo un religioso; pienso en Presentación López, la monja que perdió las dos piernas en una explosión en el Congo y que dijo que lo primero que haría cuando se recuperase sería volver a África; pienso en Jordi Mas, un misionero que se ha pasado media vida en el Camerún y que acaba de recibir el premio Josep Parera en reconocimiento por su entrega incondicional, y pienso, en definitiva, en la Tía Irene. Una mujer menuda que llegó a una tierra en donde faltaba de todo. Y ella les dio su vida.

La violencia contra las mujeres


Marcha Mundial de las Mujeres

La violencia contra las mujeres es una situación estructural y un reflejo de la opresión de las mujeres por los hombres, afectando a todas las mujeres como grupo social. Toda violencia tiene un contexto especifico y tenemos que comprender cómo, cuándo y por qué ocurre esta violencia contra las mujeres, cuáles son los mecanismos en un contexto específico que permite que exista la violencia contra las mujeres. La idea general sobre la violencia contra las mujeres es que se trata de situaciones extremas o localizadas en personas individuales. Pero eso nos toca a todas, pues todas ya tuvimos miedo, cambiamos nuestro comportamiento, limitamos nuestras posibilidades por la amenaza de la violencia.

Otra idea es que la violencia contra las mujeres es un problema solo de las clases más bajas y de las culturas “bárbaras”. Con todo, sabemos también que la violencia es transversal y que atraviesa a todas las clases sociales y diferentes culturas, religiones y situaciones geopolíticas.

A pesar de ser más común en la esfera privada, la violencia contra las mujeres también ocurre en la esfera pública (trabajo, agresiones, estupro, tráfico, pornografía, esclavitud, esterilización forzada, etc.). La violencia es utilizada como una forma de excluir a las mujeres del espacio público. En un contexto de criminalización de los movimientos sociales, la represión contra las mujeres luchadoras, muchas veces toma la forma de violencia sexual.

Otro ejemplo es cuando el modelo de masculinidad se asocia con la agresividad y cuando los jóvenes integran grupos con expresiones racistas y sexistas para presentarse a sus pares como verdaderos “hombres”.

La raíz de la violencia contra las mujeres está en el sistema patriarcal y en el capitalismo que impone una necesidad de control, apropiación y explotación del cuerpo de las mujeres. El patriarcado funciona a través de dos principios: la noción que las mujeres son propiedad de los hombres (es por eso que las mujeres estarían al servicio de los hombres y no podrían nunca decir no), y la división de las mujeres en dos categorías: “santas” y “putas”. La violencia es un castigo para aquellas que no se encuadran en el papel de “santas”, “buena madre y esposa”, por ejemplo, es común que los hombres justifiquen la agresión a sus esposas porque la comida no estaba lista o por que la ropa que querían vestir no estaba limpia. También es un castigo para aquellas que son consideradas “putas”, y los agresores y la sociedad justifica la agresión diciendo que la mujer estaba caminando sola de noche o porque la mujer no usaba ropa decente.

La noción impuesta por el patriarcado de que las mujeres son propiedad de los hombres también tiene un aspecto económico, que está conectado a la cuestión del Estado hegemónico y que se expresa en la unión entre el patriarcado y el capitalismo. Eso posiciona a las mujeres como mano de obra mucho más barata y siempre disponible para el cuidado de los otros y todo el trabajo que envuelve eso. Así, asistimos a dos niveles de dominación de las mujeres por el patriarcado: por un lado, hay una explotación del trabajo de las mujeres y, por otro, la violencia como herramienta para mantener la dominación del hombre. Las mujeres sufren también niveles distintos de discriminación y opresión que se sobreponen: son mujeres pero también por el color de la piel, la lengua, la nacionalidad, clase social, la religión, etc.

La cuestión del poder hegemónico ha llevado, por ejemplo en México, a una nueva forma de feminicidio que deriva de la hegemonía de los Estados Unidos y que se expresa por el asesinato en masa de mujeres mexicanas por cruzar la frontera con los Estados Unidos. En Europa observamos la creación de un nuevo discurso de la ideología dominante, en que la igualdad de género es usada contra los migrantes, haciendo una conexión entre inmigración y la violencia contra las mujeres. Incluso la invasión de Afganistán por parte de los EE.UU. fue justificada por la defensa de los derechos de las mujeres.

¿Cómo podemos luchar contra la violencia a las mujeres? En muchos países ya existen leyes que protegen a las mujeres, aunque eso no es siempre suficiente, porque muchas veces en la práctica no son aplicadas. El silencio, la discriminación, la impunidad, la dependencia de las mujeres en relación a los hombres y las justificaciones teóricas y psicológicas toleran y animan la violencia contra las mujeres.

Sabemos que el Estado es patriarcal y violento pero también esperamos que sea él quien reaccione contra todo tipo de violencia hacia las mujeres. Además de eso, la policía que es operadora de muchas políticas que reivindicamos. También reprime los movimientos ejerciendo recortes de raza y clase. Eso es una contradicción. Para muchas mujeres la única forma de defensa contra la violencia en su comunidad y en su familia es el Estado, que representa un poder externo y superior.

Sabemos que las medidas punitivas son necesarias pero insuficientes para erradicar la violencia. Son necesarias acciones que busquen prevenir y que cohíban los actos de violencia antes que estos ocurran. En los Estados donde existen políticas publicas, estas difícilmente llegan al conjunto de mujeres, incluyendo las mujeres rurales, indígenas e inmigrantes.

Las mujeres siguen resistiendo de forma individual y colectiva. Cada vez que una mujer resiste y denuncia, ella está rompiendo el paradigma dominante. También es necesario confrontar públicamente a los hombres y a la sociedad al respecto de la violencia contra las mujeres. No podemos hablar de erradicación de la violencia contra las mujeres sin hablar del sistema patriarcal, capitalista, colonialista. En este proceso, los movimientos locales fuertes, donde las mujeres de las comunidades son protagonistas, tienen un papel decisivo.

Nosotras, de la Marcha Mundial de las Mujeres queremos generar un debate y una acción política amplia que se anticipe a la realización de la violencia, siendo verdaderamente preventiva. Ya se conoce la extensión y la intensidad de la violencia, entonces, no es necesario esperar que exista denuncia, es necesario tener el tema en la agenda de los grupos de mujeres, en las organizaciones mixtas, en las radios comunitarias, en los diarios y medios de comunicación de los movimientos. Para eso, creemos que el movimiento feminista debe construir una fuerte y amplia auto organización de las mujeres luchando por la autonomía y la autodeterminación.

Los grupos de mujeres se fortalecen a través de encuentros, diálogos, debates, manifestaciones, trabajos corporales de autodefensa. El objetivo no es localizar la violencia sexista como un problema de algunas mujeres sino fortalecernos a todas aprendiendo y reaprendiendo a resistir, a construir nuestras vidas sin violencia.

Finalmente, valoramos como un paso importante en esta lucha el hecho de que movimientos sociales mixtos se dispongan a enfrentar la violencia contra las mujeres, y nos solidarizamos con la “Campaña Mundial de la Vía Campesina por el fin de la violencia contra las mujeres” que fue lanzada en la V Conferencia Mundial en Mozambique en Octubre, de este año.

Unión sagrada para una sagrada estafa



Éric Toussaint

|1| El rescate de los bancos y aseguradoras privadas realizado en septiembre-octubre de 2008 constituye una elección política fuerte que no tenía nada de ineludible y que ancla al futuro en varios niveles decisivos.

En primer lugar, el costo de la operación es asumido enteramente por los poderes públicos, lo que implicará un aumento muy importante de la deuda pública |2|. La crisis capitalista actual, que durará al menos varios años, incluso una década, |3| implicará una reducción de los ingresos del Estado mientras que aumentarán sus gastos vinculados al reembolso de la deuda. En consecuencia, las presiones para reducir los gastos sociales serán muy fuertes.

Los gobiernos de Estados Unidos y Europa sustituyeron un tambaleante andamiaje de deudas privadas por una aplastante acumulación de deudas públicas. Según el banco Barclays, los gobiernos europeos de la zona euro emitirán, en 2009, nuevos títulos de deuda pública por un importe que debería alcanzar los 925.000 millones de euros |4|. Se trata de una suma colosal, sin contar las nuevas emisiones de bonos del Tesoro por Estados Unidos, Gran Bretaña, Japón, Canadá, etc. Sin embargo, hasta hace poco tiempo, había un consenso de los mismos gobiernos para reducir la deuda pública.

Todos los partidos de derecha y de centro y la izquierda tradicional apoyaron la política de rescate favorable a los grandes accionistas bajo la falacia de que no había otras soluciones para proteger el ahorro de la población y el funcionamiento del sistema de crédito.

Esta unión sagrada significa la transferencia de la factura a la mayoría de la población a la que se invitará a pagar, bajo distintas formas, las travesuras capitalistas: reducción de los servicios que el Estado presta a la población, pérdidas de empleo, reducción del poder adquisitivo, aumento de las contribuciones de los pacientes en su asistencia sanitaria, de los padres para la educación de los hijos, reducción de las inversiones públicas… y un aumento de los impuestos indirectos.

¿Cómo se financia actualmente las operaciones de rescate en curso en Norteamérica y Europa? El Estado aporta dinero fresco a los bancos y a las aseguradoras, al borde de la quiebra, sea en forma de recapitalización, sea en forma de compra de los activos tóxicos de las empresas en cuestión. ¿Qué hacen los bancos y las aseguradoras con este dinero fresco? Esencialmente compran activos seguros para sustituir los activos tóxicos en su balance. ¿Cuáles son los activos más seguros en este momento? Los títulos de la deuda pública emitidos por los Estados de los países más industrializados (bonos del Tesoro de Estados Unidos, Alemania, Francia, Bélgica…).

El círculo se cierra: el Estado da dinero a las instituciones financieras privadas (Fortis, Dexia, ING, bancos franceses, británicos, estadounidenses…). Para ello, los Estados emiten títulos del Tesoro público que son suscritos por estos mismos bancos y estas aseguradoras, que conservan el dominio sobre sus instituciones (ya que el Estado no exige que el capital que aporta le dé derecho a tomar decisiones, ni tampoco a participar en las votaciones) y éstas hacen nuevos negocios prestando el dinero fresco que acaban de recibir de los Estados |5| a estos mismos Estados exigiendo, por supuesto, un interés máximo… |6|

La ley del silencio

Este enorme timo en curso está amparado por la ley del silencio. La omerta se establece entre los principales protagonistas: gobiernos, banqueros ladrones, aseguradoras tramposas. Los grandes medios periodísticos se guardan bien analizar con profundidad el mecanismo de financiación de las operaciones de rescate. Se explayan en detalles sin importancia: el árbol que oculta el bosque. Por ejemplo, la gran pregunta que se plantea la prensa en Bélgica con respecto a la financiación de la recapitalización de Fortis, qué pasa a estar bajo el control de BNP Paribas, es la siguiente: ¿cuánto valdrán las acciones de Fortis en 2012, cuando el Estado que las compró pueda revenderlas? Por supuesto, nadie puede responder seriamente a esta pregunta, pero eso no le impide a la prensa dedicarle páginas enteras. Eso permite desviar la atención. No se analiza ni la filosofía y ni el mecanismo de la operación de rescate. Es necesario esperar que, por la acción combinada de los medios de comunicación alternativos, de las organizaciones ciudadanas, de las delegaciones sindicales y de los partidos políticos de la izquierda radical |7| se denuncie esta gran estafa, y que sea comprendida y denunciada por una parte creciente de la población. No será fácil, el lavado de cerebro de la población es considerable.

A medida que la crisis se agrave surgirá un profundo malestar, que se transformará en desconfianza política con respecto a los gobiernos que realizaron este tipo de operación. Si el juego político continúa sin grandes convulsiones, los gobiernos de derecha de hoy serán sustituidos por gobiernos de centro izquierda que proseguirán una política social-liberal. Del mismo modo, algunos gobiernos de derecha sustituirán a los actuales gobiernos social-liberales. Cada uno a su vez criticará la gestión de sus antecesores, afirmando que vaciaron las arcas del Estado |8| y que no hay margen de maniobra para concesiones a las demandas sociales.

No hay nada inevitable en política

Otro escenario es también posible. En primer lugar, es necesario afirmar que se puede salvar perfectamente de otra manera el ahorro de los ciudadanos y el sistema de crédito. Se puede garantizar la protección del ahorro de la población mediante la nacionalización o estatización de las empresas de crédito y las aseguradoras al borde de la quiebra. Eso significa que el Estado, que se convierte en su propietario, garantiza la responsabilidad de su gestión. Con el fin de evitar que el coste de esta operación vuelva a caer sobre la gran mayoría de la población, que no tiene ninguna responsabilidad en la crisis, las autoridades públicas deben hacer pagar a las empresas que son responsables del hundimiento. Basta con recuperar el coste del rescate de las empresas interesadas, reteniendo un importe igual del patrimonio de los grandes accionistas y administradores. Obviamente, eso significa tener en cuenta el conjunto de su patrimonio y no solamente la parte que concierne a las sociedades financieras en quiebra.

El Estado debe también iniciar acciones legales contra los accionistas y los administradores responsables del desastre financiero, con el fin de obtener a la vez reparaciones financieras (que van más allá del coste inmediato del rescate) y condenas a penas de prisión si se demuestra su culpabilidad. Es necesario imponer un impuesto de crisis sobre las grandes fortunas con el objetivo de financiar un fondo de solidaridad para las víctimas de la crisis (en particular, los desocupados y para crear empleos en sectores útiles para la sociedad.

Numerosas medidas complementarias son necesarias: acceso a los libros contables de las empresas, dando derecho de fiscalización a las organizaciones sindicales; levantamiento del secreto bancario; eliminación de los paraísos fiscales, comenzando por la prohibición a las empresas de tener cualquier transacción o activo, tanto en un paraíso fiscal con el mismo;, impuesto progresivo sobre las transacciones en divisas |9| y sobre los productos derivados (CDS,…), instauración del control sobre los movimientos de capitales y sobre los cambios, congelamiento neto de toda nueva medida de desregulación/liberalización de los mercados y servicios públicos, vuelta a los servicios públicos de calidad… El agravamiento de la crisis volverá a poner al orden del día el tema de la transferencia al sector público de sectores industriales y servicios privados, así como el tema de la puesta en marcha de importantes planes para la creación de empleo.

Todo ello permitiría salir de esta grave crisis por lo alto, o sea, teniendo en cuenta el interés de las poblaciones. Se trata de reunir las energías para crear una relación de fuerzas favorable a la puesta en la práctica de soluciones radicales que tienen como prioridad la justicia social.

Traducción: Guillermo Parodi con la colaboración de Griselda Pinero y Raul Quiroz.

Notas al pie de la páginas:

|1| Éric Toussaint, doctor en Ciencias Políticas de las universidades de Liege (Bélgica) y Paris VIII (Francia), presidente del Comité para la Abolición de la Deuda del Tercer Mundo - Bélgica, www.cadtm.org , autor de Banco del Sur y nueva crisis internacional, El Viejo Topo, Barcelona, 2008; Abya-Yala, Quito, 2008; Observatorio DESC-Bolivia, La Paz, 2008. También es autor de Banco mundial: el golpe de estado permanente, El Viejo Topo, Barcelona, 2007; Abya-Yala, Quito, 2007; CIM, Caracas, 2007; Observatorio DESC-Bolivia, La Paz, 2007.

|2| Los gobiernos y la Comisión Europea, en este caso encargada de velar por el cumplimiento de las normas de Maastricht, eluden el tema cuidadosamente. Cuando los periodistas se tornan muy insistentes, lo que es muy raro, les responden que no había otra elección. Es necesario también precisar que varios gobiernos realizan, al igual que los bancos arruinados, operaciones fuera de balance o fuera de presupuesto con el fin de disimular el importe exacto de sus obligaciones en términos de deudas públicas.

|3| Se puede comparar esta crisis con la que asoló Japón a partir del comienzo de los años 90, y de la que apenas estaba saliendo cuando la nueva crisis internacional comenzó a golpear fuerte.

|4| Según Barclays, esta suma se distribuiría del siguiente modo: 238.000 millones para Alemania, 220.000 millones para Italia, 175.000 millones para Francia, 80.000 millones para España, 69.500 millones para los Países Bajos, 53.000 millones para Grecia, 32.000 millones para Austria, 24.000 millones para Bélgica, 15.000 millones para Irlanda y 12.000 millones para Portugal.

|5| Por supuesto, el dinero fresco aportado por el Estado no se utilizará solamente para la compra de títulos del Tesoro, servirá también para nuevas reestructuraciones bancarias, así como para beneficio directo de los bancos.

|6| En septiembre y octubre 2008, Bélgica, Austria y España tuvieron que renunciar a emitir eurobonos por que los inversores institucionales (bancos, aseguradoras, fondos de pensiones,…) exigían un rendimiento demasiado alto. Esta información proviene del Financial Times del 29 octubre 2008.

|7| Esperemos que se pueda contar con que varios parlamentarios cumplan con su trabajo y que los periodistas, desde los grandes medios, quieran realmente analizar de manera crítica la forma en la que el salvataje bancario se realiza hasta el momento.

|8| Podrían denunciarlo o intentar actuar desde ahora en el seno de las instituciones parlamentarias. Si no lo hacen, siendo que es evidente que saben que la deuda pública aumentará significativamente, es porque comparten la orientación elegida. De hecho, eligieron la unión sagrada, que romperán al acercarse las elecciones.

|9| En 1998, habia un intercambio diario en divisas en los mercados financieros de cerca de 1,5 billones de dólares. En esta época surgieron diferentes organizaciones, y entre ellas Attac, que deseaban luchar en pro de un impuesto tipo Tobin sobre las transacciones en divisas. Con lo recaudado se podrían financiar las necesidades humanas. En junio de 2008, el volumen diario de transacciones en divisas se duplicó. Las monedas son totalmente inestables debido, en especial, a las permanentes operaciones especulativas.

Obama: La Cara Perfecta del Imperio



Eva Golinger

Barack Hussein Obama no es ningún Condoleezza Rice ni un Collin Powell, pero tampoco es un Martin Luther King Jr. y menos un Malcolm X... Si, el imperio ha conseguido su representante perfecto, el que casi blinda sus acciones con su poesía y color. Es cierto que la elección de Obama se ha hecho historia y ha sido un paso importante para curar los heridos profundos de la esclavitud. Pero el imperio seguirá siendo el imperio, en eso Obama fue muy claro en su discurso de victoria. "A los que están fuera de Estados Unidos que nos quieren destruir, sépanlo con claridad que nosotros los derrotaremos," dijo con convicción. Que dios bendiga América.

Nadie puede negar el momento histórico que viven los Estados Unidos de Norteamérica. Una nación construida con la mano de obra de los esclavos africanos acaba de elegir su primer presidente afro-descendiente. Un país con una constitución que aún mantiene su lenguaje original que define a los negros como "tres quintos de un ser humano" acabo de eligir un hombre negro con una abrumadora mayoría. El voto fue otorgado a los afro-estadounidenses en el año 1870, cinco años después de la abolición de la esclavitud y casí 100 años después de la ratificación de la constitución por 55 hombres blancos terratenientes. Sin embargo, la población afro-estadounidense sigió recibiendo un trato de segundo y el país vivió en segregación durante la mayoría del Siglo XX. Las grandes luchas revolucionarios por los derechos civiles de Martin Luther King Jr., Malcolm X, las Panteras Negras, Angela Davis y otros grandes líderes de la comunidad afro en Estados Unidos durante los años sesenta y setenta lograron un posicionamiento importante para la población negra dentro del país. Sin embargo, el racismo y la segregación continuaron como temas integrales de la sociedad estadounidense. Hubo un Collin Powell por allí, una Condoleezza Rice por allá, pero siempre y cuando se subordinaban a la supremacía blanca y actuaban como los token negros para dar la aparencia de un gran progreso de la nación.

Barack Hussein Obama no es ningún Condoleezza Rice ni un Collin Powell, pero tampoco es un Martin Luther King Jr. y menos un Malcolm X. El Presidente Electo Obama es un afro-estadounidense que ha aprovechado de un momento de desesperación dentro del pueblo de Estados Unidos y que ha jugado sus cartas casi a la perfección. De padre africano, ausente de su vida, y madre blanca del corazon de Estados Unidos, el Estado de Kansas, Obama utilizó su ambición para lograr asistir a las mejores universidades del país ­ Columbia en Nueva York y luego Harvard para su doctorado en derecho. Optó por una candidatura al Senado por el Estado Illinois y logró recaudar suficientes fondos para ganar el puesto en 2004, convertiéndose en uno de pocos afro-estadounidenses que ha sido eligido al Senado de Estados Unidos. Escribió dos libros sobre sí mismo, enfocados en la ausencia de su padre en su vida y su lucha por subir la escalera del "éxito" y "oportunidades" que supuestamente ofrece Estados Unidos con sus calles de oro. Se hizo multi-millonario con sus bestsellers y otros trabajos que le llegaron por su carisma y potencial como un próximo líder del país. No fueron sino dos años en el Senado y Obama decidió arrancar una campaña para la presidencia, capitalizando del momento de descontento en el país debido al fracaso de la época Bush-Cheney y el rechazo a nivel nacional al posible regreso de los Clintons al poder.

Aunque no era el candidato preferido a comienzos de las primarias del partido demócrata, Obama eligió un equipo de campaña joven y sabio, y conocedor de las nuevas herramientas sociales: el Internet y los medios de comunicación. Entre Hillary Clinton y Obama, las primarias demócratas se convertieron en un concurso de raza contra género. Ganó raza, ya que Hillary representaba más de lo mismo para muchos hartos de más de 20 años de las familias Bush y Clinton en el poder. Obama ofrecía una cara fresca, joven y morena, y un discurso poético, inteligente, reconciliador y sensible a las necesidades de un pueblo abandonado por sus gobernantes.

No importaba que no tenía experiencia en la política ni el gobierno, era el outsider que rápidamente se convertió en el insider con más potencial para ganar las elecciones presidenciales.

Obama recibió el apoyo de grandes multinacionales, celebridades de peso, multi-millonarios y del partido demócrata, además de captar el voto afro-estadounidense y un sector juvenil que antes no había expresado un interés notable en la política nacional. La campaña de Obama convertió la palabra cambio en una moda nueva. Fue creativa con el uso de internet y páginas como Youtube.com, que fue el verdadero motor de la campaña de Obama, sacando nuevas cuñas y micros a favor de su elección casí todos los días. Apoyar a Obama se transformó en un nuevo estilo, algo chevere para la juventud, la moda del momento, el candidato cool. Y claro, pensar en la posibilidad de elegir un hombre negro que no se idenficaba con la comunidad afro-estadounidense de manera abierta y directa y no empleaba un discurso anti-racista que incomodaba a los blancos, pués era bastante cómoda para la mayoría del país. Obama nunca habló de Black Power, no responsibilizaba a los blancos por la opresión de los negros y menos comentó sobre sus propias experiencias como un hombre de raza mestiza en un país donde frecuentamente golpeaban a los hombres negros que salían mano en mano con mujeres blancas. No, Obama decía que la nación era un sola, que no veía color ni sexo ni afiliación política ­ era un solo gran país los Estados Unidos de Norteamérica.

Con este discurso, Obama logró recaudar más dinero que cualquier otro candidato de la historia de Estados Unidos. En su discurso de victoria a la media noche del 4 Noviembre 2008, Obama admitió que su campaña había sido la mejor de la historia del país ­ la campaña perfecta. Vendieron su cara fresca y su color de piel al pueblo estadounidense, envuelto en su discurso de cambio y su tono monótono, pero suave y acariciador. Hasta vendieron su imagen al mundo ­ Obama, el cambio para Estados Unidos, el contrario de Bush-Cheney, un hombre moreno que entiende los dolores de los pueblos y se identifica con ellos. Jamás alguien así podría atacarlos o intentar dominarlos.

Pero no se engañen. Obama siempre fue claro con su punto de vista imperial y su reafirmación sobre la necesidad de recuperar la posición de Estados Unidos como un super-poder y el país más grande y dominante del mundo. Al aceptar su victoria, Obama invocó los cliches de Estados Unidos, diciendo que al llegar a la presidencia era una muestra de que su "América" es un país donde todo es posible, donde las oportunidades no tienen límites ­ el sueño americano en vivo. Se le olvidó agregar que eso se hizo posible por los más de 3 mil millones de dólares invertidos en su campaña. Todo es posible en Estados Unidos con unos cuantos millones de dólares ­ nadie lo niega.

Obama es la cara perfecta del imperio. ¿Quién mejor puede presentar una imagen simpática de una Washington bien decaida y destruida por los ocho años de Bush-Cheney y sus guerras sin fin? ¿Será igual de facil para Al Qaeda u otros grupos anti-estadounidenses atacar a un jefe de estado moreno con nombre árabe? ¿Podrán los pueblos en revolución apuntar sus dedos a la Casa Blanca de Obama y reclamar sus acciones agresivas, intervencionistas e imperiales? ¿Y qué pasará con el pueblo estadounidense? ¿Bajará su guardia y respirará con alivio pensando que ya la cosa esta en buenas manos y no hay que protestar más ni criticar más ni reclamar cambios reales?

Si, el imperio ha conseguido su representante perfecto, el que casi blinda sus acciones con su poesía y color. Es cierto que la elección de Obama se ha hecho historia y ha sido un paso importante para curar los heridos profundos de la esclavitud. Pero el imperio seguirá siendo el imperio, en eso Obama fue muy claro en su discurso de victoria. "A los que están fuera de Estados Unidos que nos quieren destruir, sépanlo con claridad que nosotros los derrotaremos," dijo con convicción.

Que dios bendiga América.

*Dra. Eva Golinger Directora General
Fundación Centro de Estudios Estratégicos de Seguridad "CESE"

www.ecoportal.net/l - 06-11-08

Algunas claves para entender lo que está pasando en la R. D. del Congo





Aquellos que seguimos ciertos conflictos internacionales durante años conseguimos algunas claves para entender lo que pasa en ellos que fácilmente no pueden conseguirse. Debemos trabajar sobre hipótesis que sólo el futuro confirma o desmiente. Sabemos que las declaraciones oficiales se emplean usualmente para desviar la atención sobre lo que está ocurriendo en realidad, y forma parte del juego emplear la mentira en determinados casos (y en esto como en todo los hay quienes lo hacen más que otros).

Los Comités de Solidaridad con África Negra seguimos de cerca la situación del Congo desde 1991. Siempre hemos tenido interés por tener contactos directos con religiosos y religiosas españoles y con miembros de organizaciones locales de defensa de los derechos humanos que nos contaran qué es lo que estaba pasando en el país. Actualmente tenemos un grupo de contactos por diversas partes del Congo que nos informan de los acontecimientos y entre ellos tenemos contactos en el Kivu que están viviendo lo que aparece en nuestras pantallas de televisión.

Durante los años 1998-2003 la situación de conflicto en el este del Congo era mucho peor que ahora. De hecho, el miedo de la población es que se repitan los acontecimientos de esos 5 años en los que murieron unos 4 millones de congoleños (la cifra que ahora se baraja es de 5 millones de muertos de 1998 hasta nuestros días). Lo sorprendente es que durante esos años en los que Ruanda, Uganda y Burundi invadieron el Congo con cifras que en momentos eran de millón de muertos por año, esta guerra permaneció totalmente ignorada por los medios de información. ¿Casualidad o ignorancia? Los hechos vividos por la población congoleña se asemejan mucho a las atrocidades de los campos de concentración nazi. Ninguna guerra con tanto muerto tras la II Guerra Mundial. ¿Por qué fue ignorada por las grandes agencias de información que al fin y al cabo son las que dictan qué noticia internacional es importante y cuál no?

Ahora surge la pregunta de por qué están las cámaras mostrando lo que ocurre. Estas agencias por ahora informan de las masas de desplazados que huyen de las zonas o ciudades tomadas por el ejército del señor de la guerra Laurent Nkunda. Parece que el ejército congoleño es incapaz de frenar el avance de Nkunda y por tanto no es de extrañar que entre los dirigentes de la política internacional surja la idea de que la solución para evitar un derramamiento de sangre masivo y una situación humanitaria catastrófica sea aumentar la cantidad de cascos azules en el terreno, pues los que hay tampoco les parece suficiente. Algunos dirigentes europeos barajan la posibilidad de mandar una fuerza de intervención rápida de la UE para evitar la catástrofe. Personalmente creo que la intencionalidad de hacer que ahora sea noticia la situación humanitaria en el este del Congo se debe a algún motivo oculto que no se hace público y que ahora los que seguimos el conflicto intentamos de descubrir jugando a las adivinanzas. En este momento parece lógico pensar que esas imágenes de masas de gente se muestran para justificar un aumento de cascos azules o la intervención de esa fuerza de intervención rápida europea en la que posiblemente habrá un país que la liderará de forma clara (¿Francia, Bélgica?).

Sumamos a este punto las declaraciones de Javier Solana a 29-10-2008 en donde alaba a los cascos azules (la misión de cascos azules se llama MONUC) por su ejemplar comportamiento permaneciendo en estos momentos tan arriesgados sobre el terreno.

Lo contradictorio es que precisamente en estos días la población de Goma y Bukavu, las capitales de Kivu Norte y Kivu Sur, han salido en masa pidiendo que desaparezcan de suelo congoleño todos los cascos azules. ¿Qué sentido tiene esto?

Otro elemento a tener en cuenta: se nombró en septiembre al Teniente General español Díaz de Villegas al mando de la MONUC y el 27-10-2008, es decir menos de dos meses después y relacionado con todo lo que está pasando, dimite del cargo. Alude a motivos personales, pero ¿realmente por qué ha dimitido?

La información de nuestros contactos locales dan pistas para entender algunos aspectos. Nos comunican que hay muchos testimonios de personas que han visto a cascos azules transfiriendo armamento a las tropas de Nkunda –es decir a aquellas que están atacando a la población local y los cascos azules están entre otras cosas para proteger a los civiles de las torturas, violaciones y asesinatos de las tropas de Nkunda-. Otros testimonios son de personas que han visto a cascos azules traficando con oro y otros minerales de alto valor. Cargando helicópteros de la MONUC de minerales, helicópteros cuyo destino era la fronteriza Ruanda (y Ruanda es quien ha creado y mantiene a Nkunda). Otros asuntos similares son relativos a abusos sexuales de cascos azules a niñas. Pero bueno, podría decirse que estos son ejemplos aislados digamos de corrupción de miembros particulares de la MONUC que no tienen que poner en tela de juicio al comportamiento de la misma como tal.

Acusaciones más graves nos llegan. El comportamiento de la MONUC cuando hay combates entre el ejército congoleño y las tropas de Nkunda: si son las tropas de Nkunda quienes vencen en el combate, entonces la MONUC desaparece; sin embargo cuando el ejército congoleño está en posición de vencer aparece la MONUC y se interpone entre los combatientes frenando el avance y evitando una posible victoria final de las tropas congoleñas. Otras veces lo que hace la MONUC es facilitar el avance de las tropas de Nkunda: la MONUC ocupa una zona tampón entre ambos bandos, supuestamente para frenar el avance de Nkunda. Pues en ocasiones clave ha abandonado casualmente esa zona tampón aprovechando las tropas de Nkunda la ocasión para hacer un avance sin dificultad de sus posiciones y tomando por sorpresa al ejército congoleño. También se ha visto en diversas ocasiones a Nkunda utilizando helicópteros de la MONUC en algunos de sus desplazamientos.

Pero la situación que ocurrió justo antes de la dimisión del Teniente General Villegas podría ser quizás la gota que colmó su vaso de lo tolerable. Ese mismo día por la mañana las tropas de Nkunda tomaron por sorpresa la base militar de Rumangabo en donde se encontraba buena parte del ejército congoleño. Fue por sorpresa porque las tropas de Nkunda iban vestidas con trajes de la MONUC, y los congoleños, al ver que la MONUC se acercaba se extrañaron, pero no reaccionaron. Los soldados de Nkunda, cuando estuvieron suficientemente cerca, abrieron entonces fuego sobre los congoleños matando a bastantes y provocando una estampida general. El asunto es que ya en junio de 2004, Nkunda tomó la ciudad de Bukavu empleando la misma estrategia: vistiendo a sus soldados de cascos azules y transportándolos en vehículos de la MONUC. Si hubiera sido un robo de uniformes, lo lógico es que los mandos de la MONUC hubieran alertado al ejército congoleño de que las tropas de Nkunda iban disfrazadas de cascos azules, pero ni en 2004 ni ahora lo hicieron.

Hace un mes, miembros del ejército congoleño interceptaron una comunicación de un miembro de la MONUC que estaba llamando con urgencia a un mando del ejército ruandés y le pedía que desde Ruanda acudieran refuerzos rápidamente en apoyo a Nkunda porque el ejército congoleño estaba en una posición de superioridad con respecto a Nkunda. Además en este tipo de ocasiones –que ha sido más de una- la MONUC se retira de una de las zonas más o menos fronterizas en las que está y por ahí pasan las tropas ruandesas para incorporarse en las filas de Nkunda.

No es de extrañar que si son ciertas estas acusaciones que nos hacen los congoleños que están sobre el terreno, el Teniente General Villegas opte por dimitir si ve que le es imposible poner un poco de cordura en esta situación y estar realmente al mando de sus tropas. Los cascos azules están favoreciendo una situación en la que podrían perder la vida cientos o miles de civiles inocentes.

No es de extrañar tampoco que los congoleños concluyan que la función de la MONUC es evitar que el ejército congoleño no pueda vencer a Nkunda y que sea éste último en todo caso el que avance en sus posiciones. Pero ¿a qué viene este lío? Se está jugando con la vida de miles de personas como si eso no contara para nada.

Para seguir entendiendo el conflicto hay que saber que el Congo es uno de los países más ricos del planeta en recursos naturales, especialmente mineros. Oro, diamantes, cobre, cobalto, uranio, estaño y una larga lista de minerales que posee en cantidades descomunales, estando en su suelo las mayores reservas del planeta en algunos de ellos. Especialmente es rico en minerales raros y estratégicos: el caso más conocido es el del coltán, tan necesario para la fabricación de teléfonos móviles, portátiles o naves espaciales. El coltán posee tantalio, que tiene unas características extraordinarias, pero es muy escaso en el planeta y todo apunta a que las mayores reservas del planeta están precisamente en el Congo –en la zona de conflicto-. Si dejara de salir coltán del este del Congo se colapsaría la fabricación de teléfonos móviles. Se podría producir un colapso económico internacional –y más en estos tiempos de crisis-. El efecto que podría tener sobre las grandes multinacionales del sector de las comunicaciones podría ser catastrófico pues una parada en la cadena de producción tal y como están hoy las cosas puede producir una catástrofe rápidamente.

El peligro que representa el Congo para la economía mundial es que es potencialmente la China de África, y posee las mayores reservas del planeta de algunos minerales estratégicos, y en el caso del coltán se sospecha que casi podría ser el monopolio. ¿Y se pueden fiar tales temas económicos de esta magnitud, cuya repercusión puede ser tan grande en la economía occidental en manos de cualquier dirigente?

Las cosas están en que el coltán y otros minerales importantes están saliendo del Congo a través de Ruanda (y también oro por Uganda) desde 1998. Y para las multinacionales tal y como están las cosas, el asunto funciona. Mejor es no tocarlo. El problema está en que todos los beneficios de esas cantidades enormes de minerales están enriqueciendo al clan de Paul Kagame que en Ruanda ostenta el poder, que se encarga de mantener milicias ruandesas de diverso tipo (unas de interhamwes hutus –si, si, está financiando a las milicias interhamwe- y otras de tutsis como las de Nkunda).

Por tanto las pretensiones del Gobierno congoleño de cambiar las reglas del juego, alegando que ha llegado la hora de acabar con que el único “beneficio” que obtiene el pueblo congoleño de sus riquezas sea tener a sus niños y jóvenes trabajando como esclavos en las minas, el asesinato de civiles, la tortura de los mismos, la violación sistemática de las mujeres… por las mismas milicias que están sacando los minerales. Es decir que quiere que los beneficios de las minas sean para los congoleños y no para el clan ruandés, y esto cuenta con la clara oposición de los traficantes que ahora están controlando el mercado mundial del coltán y que además están en alianza con el Presidente de Ruanda, Paul Kagame.

Así pues, atentar contra los intereses del clan de los traficantes y Kagame supone un riesgo demasiado alto (podrían colapsar el mercado internacional del coltán) para las grandes compañías ligadas a las telecomunicaciones (no sólo los fabricantes de teléfonos móviles, sino también para las empresas ligadas a la telefonía). ¿Y qué gobernante occidental está dispuesto a apoyar acciones contra Kagame y los traficantes y asumir el riesgo que esto supondría para la economía?

Otro problema adicional está en que Kagame y su clan del poder ruandés, juegan muy fuerte. Sus tropas se caracterizan por acciones especialmente sangrientas y crueles con la población civil. Y sabedor de su posición privilegiada exige a la comunidad internacional que todos sus crímenes sean silenciados. Él y su FPR (Frente Patriótico Ruandés) han hecho auténticas carnicerías en suelo ruandés y congoleño. Asesinado a cientos de miles de ruandeses –hutus sobre todo- y congoleños. Y sin embargo se hacen esfuerzos ímprobos para poner a Ruanda como ejemplo de desarrollo en África. Internacionalmente se cuida mucho que su imagen se mantenga pulcra. Esto podría explicar cómo sus tropas han invadido el Congo durante varios años y provocado millones de congoleños muertos y el asunto no haya llegado a ser noticia en la prensa internacional.

Otro aspecto a tener en cuenta es que China se ha quedado fuera de este juego. China necesita devorar cantidades inmensas de materias primas para mantener en marcha su tren de producción, y el Congo ofrece enormes cantidades de esas materias primas a precio muy interesante. El Gobierno congoleño está en una situación de debilidad extrema: no tiene dinero –y la comunidad internacional no le quiere dar porque quiere mantenerle débil para que no intente cambiar las reglas del juego-; su presupuesto escaso no le permite ni pagar a los soldados que están al frente, ni a veces, abastecerles de municiones. Está dispuesto a ofrecer a China lo que necesite si ésta le ayuda. Y aquí empiezan los problemas.

Ya firmaron el Congo y China hace bastantes meses un contrato de concesión de cobre para China. A cambio China construiría dos aeropuertos, hospitales, escuelas, autovías… Un acuerdo de varios miles de millones de dólares en forma más bien de trueque. Tengamos en cuenta que a causa de la debilidad económica del Gobierno congoleño, éste no es capaz de defender su territorio ni sus propiedades, y actualmente las multinacionales europeas y americanas están pagando al Congo entre un 5% y un 12% de las riquezas que declaran que sacan del país (a lo que hay que sumar lo que sacan clandestinamente pues el Gobierno no tiene capacidad de control). Los chinos ofrecen un 30% de lo que saquen y esto ha causado pavor.

Durante estos últimos meses el Gobierno congoleño ha sufrido fuertes presiones occidentales intentando obligarle a que rescinda los contratos que ya tiene firmados con China, y en el agosto pasado afirmó con rotundidad que los contratos firmados con China se iban a cumplir. Y en los últimos días de agosto las milicias de Laurent Nkunda iniciaron esta ofensiva fuerte con apoyo de Ruanda a la conquista de los Kivus. Y la MONUC está para vigilar los intereses de la “comunidad Internacional” (o mejor dicho, en este caso de USA, Reino Unido, Bélgica, Holanda y otros) y en última instancia obedece las órdenes de Alan Doss, el Representante Especial del Secretario General de Naciones Unidas para la República Democrática del Congo, y de nacionalidad británica y jefe supremo de la MONUC. Por tanto la MONUC no está para proteger a los civiles –es la constatación más clara de los congoleños- sino para proteger las reglas del juego, y si en un momento dado el Presidente de Ruanda exige que la MONUC vaya a otra zona porque quiere que algunas de sus tropas se metan en el Congo, la MONUC obedece estas órdenes y se va.

La situación ofrece algunos matices más, que aunque importantes quizás no sea preciso explicar en este momento para no hacer el análisis más complejo de lo que ya está expuesto. También hay otras claves importantes que nosotros ignoramos. Conviene, no obstante, añadir un último punto. Quizás lo más peligroso –si lo que valoramos son las vidas de las personas y no el control de las materias primas- sea que la “Comunidad Internacional” haga lo que está haciendo, en cuanto a apoyar a Kagame. Kagame se caracteriza también por su ambición. Parece ser que hay un plan de un clan tutsi, en el que él es uno de los principales protagonistas, cuyo propósito es en primera instancia partir el territorio del Congo. Ruanda se quedaría con los Kivus, en donde está entre otros minerales el coltán. Pero la ambición parece que no termina ahí: el propósito es ampliar su zona de control tutsi hacia el norte en dirección a Kenia y hacia el sur. Y si la “Comunidad Internacional” le concede los Kivus que poseen una riqueza abismal ¿quién se opondrá entonces a sus designios? ¿Cuántos millones de muertos más habrá en el silencio en esta región de África mientras nosotros hablamos con nuestros teléfonos móviles? Ya va la cuenta –entre Ruanda y Congo- posiblemente entre 7 y 9 millones. ¿O decidirán pararle los pies a Kagame porque parece que quiere ir demasiado lejos?


José García Botía, miembro de los Comités de Solidaridad con África Negra-Umoya

http://www.umoya.org

Pido disculpas


Frei Betto
ALAI AMLATINA, 24/10/2008, Sao Paulo

Estoy gravemente enfermo. Me gustaría manifestar públicamente mis excusas a todos los que confiaron ciegamente en mí. Creyeron en mi presunto poder de multiplicar fortunas. Depositaron en mis manos el fruto de años de trabajo, de economías familiares, el capital de sus emprendimientos.

Pido disculpas a quien mira a sus economías evaporase por las chimeneas virtuales de las bolsas de valores, así como a aquellos que se encuentran asfixiados por la imposibilidad de pagar, los intereses altos, la escasez de crédito, la proximidad de la recesión.

Sé que en las últimas décadas extrapolé mis propios límites. Me convertí en el rey Midas, creé alrededor mío una legión de devotos, como si yo tuviese poderes divinos. Mis apóstoles –los economistas neoliberales– salieron por el mundo a pregonar que la salud financiera de los países estaría tanto mejor cuanto más ellos se arrodillasen a mis pies.

Hice que gobiernos y opinión pública crean que mi éxito sería proporcional a mi libertad. Me desaté de las amarras de la producción y del Estado, de las leyes y de la moralidad. Reduje todos los valores al casino global de las bolsas, transformé el crédito en producto de consumo, convencí a una parte significativa de la humanidad de que yo sería capaz de operar el milagro de hacer brotar dinero del propio dinero, sin el lastre de bienes y servicios.

Abracé la fe de que, frente a las turbulencias, yo sería capaz de auto-regularme, como ocurría con la naturaleza antes de que su equilibrio sea afectado por la acción predatoria de la llamada civilización. Me volví omnipotente, me supuse omnisciente, me impuse al planeta como omnipresente. Me globalicé.

Llegué a no dormir nunca. Si la Bolsa de Tokio callaba por la noche, allá estaba yo eufórico en la de São Paulo; si la de Nueva York cerraba a la baja, yo me recompensaba con el alza de Londres. Mi pregón en Wall Street hizo de su apertura una liturgia televisada para todo el orbe terrestre. Me transformé en la cornucopia de cuya boca muchos creían que habría siempre de chorrear riqueza fácil, inmediata, abundante.

Pido disculpas por haber engañado a tantos en tan poco tiempo; en especial a los economistas que mucho se esforzaron para intentar inmunizarme de las influencias del Estado. Sé que, ahora, sus teorías se derriten como sus acciones, y el estado de depresión en que viven se compara al de los bancos y de las grandes empresas.

Pido disculpas por inducir multitudes a acoger, como santificadas, las palabras de mi sumo pontífice Alan Greenspan, que ocupó la sede financiera durante diecinueve años. Admito haber incurrido en el pecado mortal de mantener los intereses bajos, inferiores al índice de la inflación, por largo periodo. Así, se estimuló a millones de usamericanos a la búsqueda de realizar el sueño de la casa propia. Obtuvieron créditos, compraron inmuebles y, debido al aumento de la demanda, elevé los precios y presioné la inflación. Para contenerla, el gobierno subió los intereses... y el no pago se multiplicó como una peste, minando la supuesta solidez del sistema bancario.

Sufrí un colapso. Los paradigmas que me sustentaban fueron engullidos por el imprevisible agujero negro de la falta de crédito. La fuente se secó. Con las sandalias de la humildad en los pies, ruego al Estado que me proteja de un deceso vergonzoso. No puedo soportar la idea de que yo, y no una revolución de izquierda, sea el único responsable por la progresiva estatización del sistema financiero. No puedo imaginarme tutelado por los gobiernos, como en los países socialistas. Justo ahora que los bancos centrales, una institución pública, ganaban autonomía en relación a los gobiernos que los crearon y tomaban asiento en la cena de mis cardenales, ¿que es lo que veo? Se desmorona toda la cantaleta de que fuera de mí no hay salvación.

Pido disculpas anticipadas por la quiebra que se desencadenará en este mundo globalizado. ¡Adiós al crédito consignado! Los intereses subirán en la proporción de la inseguridad generalizada. Cerrados los grifos del crédito, el consumidor se armará de cautela y las empresas padecerán la sed de capital; obligadas a reducir la producción, harán lo mismo con el número de trabajadores. Países exportadores, como Brasil, tendrán menos clientes del otro lado de la barra; por lo tanto, traerán menos dinero hacia sus arcas internas y necesitarán repensar sus políticas económicas.

Pido disculpas a los contribuyentes de los países ricos que ven como sus impuestos sirven de boya de salvación de bancos y financieras, fortuna que debería ser invertida en derechos sociales, preservación ambiental y cultura.

Yo, el mercado, pido disculpas por haber cometido tantos pecados y, ahora, transferir a ustedes el peso de la penitencia. Sé que soy cínico, perverso, ganancioso. Sólo me resta suplicar que el Estado tenga piedad de mí.

No oso pedir perdón a Dios, cuyo lugar pretendí ocupar. Supongo que, a esta hora, Él me mira allá desde la cima con aquella misma sonrisa irónica con que presenció la caída de la Torre de Babel. (Traducción ALAI)

- Frei Betto es escritor, autor de “Cartas da Prisão” (Agir), entre otros libros.

Crimen (financiero) contra la humanidad

José Saramago
Público

La historia es conocida, y, en aquellos tiempos antiguos en que la escuela se proclamaba educadora perfecta, se le enseñaba a los niños como ejemplo de la modestia y la discreción que siempre deberían acompañarnos cuando el demonio nos tentara para opinar sobre lo que no conocemos o conocemos poco y mal. Apeles podía consentir que el zapatero le apuntase un error en el calzado de la figura que había pintado, por aquello de que los zapatos eran su oficio, pero que nunca se atreviera a dar su parecer sobre, por ejemplo, la anatomía de la rodilla. En suma, un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar. A primera vista, Apeles tenía razón, el maestre era él, el pintor era él, la autoridad era él, mientras que el zapatero sería llamado cuando de ponerle medias suelas a un par de botas se tratase. Realmente, ¿hasta dónde vamos a llegar si cualquier persona, incluso la más ignorante de todas, se permite opinar sobre lo que no sabe? Si no tiene los estudios necesarios es preferible que se calle y deje a los sabedores la responsabilidad de tomar las decisiones más convenientes (¿para quién?).

Sí, a primera vista Apeles tenía razón, pero solo a primera vista. El pintor de Felipe y de Alejandro de Macedonia, considerado un genio en su época, ignoró un aspecto importante de la cuestión: el zapatero tenía rodillas, luego, por definición, era competente en estas articulaciones, aunque fuera solo para quejarse, si ese era el caso, de los dolores que sentía. A estas alturas, el lector atento ya habrá entendido que no es de Apeles ni del zapatero de lo que se trata en estas líneas. Se trata, sí, de la gravísima crisis económica y financiera que está convulsionando el mundo, hasta el punto de que no podemos escapar a la angustiosa sensación de que llegamos al final de una época sin que se consiga vislumbrar qué y cómo será lo que venga a continuación, tras un tiempo intermedio, imposible de predecir antes de que se levanten las ruinas y se abran nuevos caminos. ¿Cómo lo hacemos? ¿Una leyenda antigua para explicar los desastres de hoy? ¿Por qué no? El zapatero somos nosotros, todos nosotros, que presenciamos, impotentes, el avance aplastante de los grandes potentados económicos y financieros, locos por conquistar más y más dinero, más y más poder, con todos los medios legales o ilegales a su alcance, limpios o sucios, normalizados o criminales.

¿Y Apeles? Apeles son, precisamente, los banqueros, los políticos, las aseguradoras, los grandes especuladores que, con la complicidad de los medios de comunicación social, respondieron en los últimos 30 años, cuando tímidamente protestábamos, con la soberbia de quien se considera poseedor de la última sabiduría; es decir, aunque la rodilla nos doliera, no se nos permitía hablar de ella, se nos ridiculizaba, nos señalaban como reos de condena pública. Era el tiempo del imperio absoluto del Mercado, esa entidad presuntamente auto reformable y auto regulable encargada por el inmutable destino de preparar y defender para siempre jamás nuestra felicidad personal y colectiva, aunque la realidad se encargase de desmentirlo cada hora que pasaba.

¿Y ahora? ¿Se van a acabar por fin los paraísos fiscales y las cuentas numeradas? ¿Será implacablemente investigado el origen de gigantescos depósitos bancarios, de ingenierías financieras claramente delictivas, de inversiones opacas que, en muchos casos, no son nada más que masivos lavados de dinero negro, de dinero del narcotráfico? Y ya que hablamos de delitos: ¿tendrán los ciudadanos comunes la satisfacción de ver juzgar y condenar a los responsables directos del terremoto que está sacudiendo nuestras casas, la vida de nuestras familias, o nuestro trabajo? ¿Quién resuelve el problema de los desempleados (no los he contado, pero no dudo de que ya son millones) víctimas del crash y qué desempleados seguirán, durante meses o años, malviviendo de míseros subsidios del Estado mientras los grandes ejecutivos y administradores de empresas deliberadamente conducidas a la quiebra gozan de millones y millones de dólares cubiertos por contratos blindados que las autoridades fiscales, pagadas con el dinero de los contribuyentes, fingen ignorar?

Y la complicidad activa de los gobiernos, ¿quién la demanda? Bush, ese producto maligno de la naturaleza en una de sus peores horas, dirá que su plan ha salvado (¿salvará?) la economía norteamericana, pero las preguntas a las que tendría que responder están en la mente de todos: ¿no sabía lo que pasaba en las lujosas salas de reunión en las que hasta el cine nos ha hecho entrar, y no solo entrar, sino asistir a la toma de decisiones criminales sancionadas por todos los códigos penales del mundo? ¿Para qué le sirven la CIA y el FBI, además de las decenas de otros organismos de seguridad nacional que proliferan en la mal llamada democracia norteamericana, esa donde un viajero, a su entrada en el país, tendrá que entregar a la policía de turno su ordenador para que este copie el respectivo disco duro? ¿No se ha dado cuenta el señor Bush que tenía al enemigo en casa, o, por el contrario, lo sabía y no le importó?

Lo que está pasando es, en todos los aspectos, un crimen contra la humanidad y desde esta perspectiva debe ser objeto de análisis, ya sea en los foros públicos o en las conciencias. No exagero. Crímenes contra la humanidad no son solo los genocidios, los etnocidios, los campos de muerte, las torturas, los asesinatos selectivos, las hambres deliberadamente provocadas, las contaminaciones masivas, las humillaciones como método represivo de la identidad de las víctimas. Crimen contra la humanidad es el que los poderes financieros y económicos de Estados Unidos, con la complicidad efectiva o tácita de su gobierno, fríamente han perpetrado contra millones de personas en todo el mundo, amenazadas de perder el dinero que les queda después de, en muchísimos casos (no dudo de que sean millones), haber perdido su única y cuántas veces escasa fuente de rendimiento, es decir, su trabajo.

Los criminales son conocidos, tienen nombre y apellidos, se trasladan en limusinas cuando van a jugar al golf, y tan seguros están de sí mismos que ni siquiera piensan en esconderse. Son fáciles de sorprender. ¿Quién se atreve a llevar a este gang ante los tribunales? Todos le quedaríamos agradecidos. Sería la señal de que no todo está perdido para las personas honestas.

José Saramago es Premio Nóbel de Literatura

Baula inicia un nuevo curso con la mirada puesta en la población recién llegada y en las "causas" de la desigualdad y el empobrecimiento


Coincidiendo con el inicio del curso escolar, el grupo Baula-Comité Óscar Romero de Santa Margarida de Montbui ha empezado también su actividad. Este fin de semana nos hemos reunido en Jorba para preparar un nuevo calendario de acciones de sensibilización y denuncia. Una de las líneas de trabajo será continuar participando en el marco del Plan Educativo Entorno montbuienc, por medio de la Casa del Mundo, un espacio de encuentro e intercambio, con especial presencia de la comunidad marroquí. También continuaremos dando voz a las causas de la población de los países empobrecidos, con el blog www.baula-cor.blogspot.com como herramienta de difusión.

Entre las actividades de este curso, el grupo ha programado para el día 28 de noviembre la presentación de la Agenda Latinoamericana 2009, este año con el lema "Hacia un nuevo socialismo. La utopía continúa". En primavera, está prevista la presentación de una exposición de Araguaia titulada "La voz comprometida de Pere Casaldàliga" que da a conocer las "causas" por las que ha luchado siempre: los indígenas, la tierra, la teología de la liberación y la América Latina. Además, para abril el comité montbuienc prepara una charla con Fernando Cardenal, ministro de Educación en Nicaragua durante el gobierno revolucionario sandinista, que acaba de publicar sus memorias: Sacerdote en la Revolución.
Proyectos financiados durante el curso 2007-2008

Con respecto al capítulo de proyectos, nuestro grupo continuará con algunas acciones en Nicaragua y Panamá (en Centroamérica) así como también en Ruanda (en África), en la línea del curso pasado. En este sentido, este verano se ha hecho llegar el dinero del programa de becas de estudio que estamos promoviendo en Panamá y Ruanda, en convenio con el Ayuntamiento de Santa Margarida de Montbui para potenciar el desarrollo comunitario.

Por una parte, han sido enviados 3.680 euros en el centro de formación CEF Mujer de Panamá donde viven en régimen de interinage un grupo de jóvenes campesinas e indígenas procedentes de diferentes lugares del país. Además, se ha enviado la cantidad de 1.200 euros a Jaqué, a la provincia del Darien para un programa que da apoyo a las comunidades del río potenciando la formación de jóvenes maestros.

Por otra parte, un año más, se han enviado 900 euros a Ruanda, para becar a un grupo de alumnos de secundaria. En total se financia completamente el curso de seis estudiantes (tres chicos y tres chicas) pero se benefician del proyecto otros jóvenes.

Gracias también a las actividades realizadas y a las colaboraciones recibidas de diferentes personas se han podido enviar 2.000 euros en Nicaragua, a la zona de Paiwas, para continuar dando soporte a la "casa del niño y la niña". Y como novedad, este verano se ha podido enviar la cantidad de 2.500 euros para La Casa de la Mujer de Río Blanco (Nicaragua) con la colaboración de Acción Católica Obrera (ACO).

Todo el dinero, un total de 10.280 euros, se ha hecho llegar de la mano de personas amigas de los Comités Óscar Romero que este año han viajado a la Centroamérica y al África.

Desde Baula COR agradecemos la colaboración de todas las personas que dan apoyo a la formación de estos jóvenes, niños y mujeres, que después podrán contribuir a la dinamización social y al desarrollo de sus comunidades, en la medida en que otros factores también se lo permitan.

Baula-Comité Óscar Romero de Santa Margarida de Montbui

Ruanda: ocultando la verdad sobre el genocidio




Traducido para Rebelión por Jesus María y Mariola García Pedrajas

Lejos de ser radicales, los ataques a Francia por su papel en la guerra de 1994 están diseñados para lavar la cara de la intervención de Occidente en un sentido más amplio.

La pasada semana, el gobierno ruandés publicó los hallazgos de su comisión de investigación sobre el papel jugado por Francia en el genocidio ruandés de 1994. El estudio determinó que diplomáticos, lideres militares y políticos franceses – incluyendo el entonces presidente Fracois Miterrand – fueron cómplices del genocidio.

Teniendo en cuenta que el actual liderazgo ruandés ha vilipendiado a Francia desde que intentó hacerse con el poder en Ruanda en octubre de 1990, lo que finalmente consiguió en julio de 1994, no es sorprendente que ahora suba el tono de sus críticas en contra de su sempiterno enemigo. El nuevo hombre fuerte de Ruanda, el presidente Paul Kagame, tiene la suerte de tener el apoyo de Estados Unidos, Gran Bretaña y Bélgica, y unos medios de comunicación entregados en estos países, con los que se puede contar para que le den el máximo impacto al papel de Francia en el genocidio.

Pero la verdad es que el principal error de Francia es haberse encontrado en el lado equivocado de la parábola moral que ha sido impuesta por los observadores occidentales sobre la trágica historia reciente de Ruanda. Una guerra que se complicó por la considerable intervención internacional se ha reducido a un cuento moral sobre el bien contra el mal, en el cual Francia ha sido etiquetada como parte de la “parte malvada”. Tal simplificación contribuye a ocultar aún más la verdad sobre lo que pasó en Ruanda en 1994, y lava la cara de la intervención de Occidente en un sentido más amplio.

Según la parábola moral de Ruanda, los buenos fueron el Frente Patriótico Ruandés (RPF), que invadió Ruanda en 1990 porque no tenía otra forma de proteger la minoría perseguida de la etnia Tutsi dentro de Ruanda y de hacer que el gobierno liderado por los Hutus aceptara el derecho de retorno de los Tutsis ruandeses que vivían en el extranjero como refugiados. Los malos eran el gobierno y las fuerzas armadas ruandesas. Cuando la comunidad internacional había ayudado a los ruandeses a alcanzar un acuerdo negociado, los peores elementos entre los malos diseñaron un plan para asegurar la dominación Hutu de forma permanente, planeando, y después llevando a cabo, un genocidio en contra de los ruandeses Tutsis.

Cuando los buenos – el RPF – consiguieron finalmente vencerlos, su misión malvada se había completado en su mayor parte. Cientos de miles de ruandeses de la etnia Tutsi habían muerto. Se había perpetrado un genocidio, y el mundo occidental había simplemente mirado sin hacer nada. Estados Unidos rehusó etiquetar la guerra que había tenido lugar como genocidio para resistir el clamor a favor de la intervención internacional para salvar vidas. Francia fue la única fuerza en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que respondió enviando operativos franceses dentro de la Operación Turquesa. Pero el motivo real de Francia no fue salvar vidas, sino para reforzar a sus antiguos aliados: los malos. Los franceses los ayudaron a escapar de Ruanda de manera que no tuvieran que responder por sus crímenes.

Un análisis moral como este es convincente porque proporciona un camino claro a través de un laberinto de factores complicados. Para los periodistas, este indicador moral del genocidio ruandés lleva a dar cumplida cuenta de la valentía de los héroes y la inmoralidad de los villanos. Para los gobiernos, proporciona el elemento crucial de legitimidad que es el fundamento esencial del derecho de gobernar. El régimen ruandés bajo Paul Kagame depende de esta versión de los hechos para su apoyo y supervivencia. Y lo mismo le ocurre a sus principales avalistas, Estados Unidos y Gran Bretaña.

Las fuerzas que liberaron Ruanda del genocidio, el RPF – cuyos líderes rigen actualmente Ruanda – han explotado esta versión de los hechos para recordarles a los gobiernos occidentales que fallaron a la hora de cumplir el principio de “Nunca Jamás” que fue la fuerza directriz detrás de la Convención sobre Genocidio de las Naciones Unidas en 1948. Mientras ellos combatían a los genocidas en 1994, el mundo occidental se dedicó solo a mirar. Es decir, excepto Francia. Pero como partidaria del antiguo régimen – anterior al del RPF, los motivos de Francia para la intervención fueron altamente cuestionables.

Esta es probablemente la historia más ampliamente difundida de Ruanda, pero esta versión de los hechos es profundamente errónea. Aunque Estados Unidos pueda haberse sentido avergonzada por esta versión de los hechos, dando una imagen no precisamente heroica durante los meses de mayor tormento de Ruanda, es mucho más fácil vivir con esta vergüenza que afrontar los hechos de cómo intervino en esta región de África a comienzos de los 90 y desde que Kagame llegó al poder.

El debate del “accidente de aviación”

De hecho, los tres poderes occidentales más influyentes en ese tiempo en Ruanda – Estados Unidos, Francia y Bélgica – todos intervinieron de tal modo que crearon las condiciones que hicieron la matanza masiva inevitable. En contra de la versión de los hechos que prevalece, después de su despliegue de tropas inicial para defender a los lideres ruandeses contra el RPF en la guerra de octubre en 1990, por medio de la Operation Noroît, Francia reconoció que Estados Unidos y Uganda estaban detrás del RPF y no tuvo ningún deseo de convertirse, de forma aislada, en el único defensor del gobierno ruandés. Por lo tanto condicionó cada vez más su apoyo militar al compromiso del gobierno a acometer serias negociaciones con el RPF. Según un informante del Ministerio Francés para la Cooperación, la decisión de Francia de desentenderse era ya evidente en 1990: “No queríamos quedarnos solos…había grandes poderes detrás del RPF. Uganda podía enviar de 30.000 a 40.000 soldados.” (1)

La última salva del gobierno de Kagame en contra de Francia, en la forma del informe de su comisión señalando a Francia por su apoyo al genocidio, es de hecho parte de una búsqueda cada vez más desesperada de legitimidad política. El punto más débil de la parábola moral ruandesa es la cuestión de qué causó el resurgimiento de la guerra en 1994 y la subsiguiente degeneración en matanza masiva. El inicio de la etapa más sangrienta de la guerra es mucho más complicado de lo que a los contadores de fábulas morales – que culpan a la determinación del malvado gobierno de asegurar la dominación Hutu - les gustaría hacernos creer.

Fue un acto de terrorismo internacional lo que desencadenó el retorno de la guerra. A principios de abril de 1994, un aeroplano con el presidente Hutu Juvénal Habyarimana a bordo, fue abatido por un ataque con un misil que había sido planeado durante varios meses. Los defensores del RPF han intentado con fuerza culpar del ataque a conspiradores Hutu de la línea dura, pero no han aportado nada de consistencia que apoye su afirmación. Al contrario, hay cada vez más pruebas de que el RPF fue el responsable del ataque con misiles – y son estas pruebas las que han puesto al actual gobierno del RPF, liderado por Paul Kagame, en una situación difícil. Es la actitud defensiva del gobierno en este tema lo que está detrás del actual vapuleo de Francia.

El propio investigador de las Naciones Unidas, Michael Hourigan, fue el primero en encontrarse con pruebas convincentes de la responsabilidad del RPF en el asesinato del Presidente Habyarimana y los otros desafortunados ocupantes de su avión. Sin embargo, parece que por presión de Washington, las Naciones Unidas aceptaron cerrar su investigación sobre el ataque. Otro investigador de las Naciones Unidas, Robert Gersony, encontró pruebas de atrocidades cometidas por el RPF y fue también silenciado; las Naciones Unidas incluso afirmaron que este informe “no existió”.

Estas verdades incómodas amenazaban con enturbiar las claras aguas de la certeza moral que la parábola ruandesa proporciona. El régimen ruandés ha vivido detrás del escudo de los poderes internacionales que han trabajado duro para mantener el asunto del avión derribado fuera de la agenda. Durante sus 13 años de andadura, la Corte Internacional Criminal para Ruanda (ICTR), cuyo mandato es establecer la verdad de lo que pasó en 1994, ha sentenciado que el asunto del asesinato del Presidente Habyarimana (al que elige referirse simplemente como “accidente” de aviación) no está dentro de su jurisdicción. Cuando uno de los fiscales jefe del ICTR, Carla Del Ponte, expresó su deseo de desenterrar la investigación de la alegaciones en contra del RPF, afirmando que “si es el RPF el que derribó el avión, la historia del genocidio debe ser re-escrita” (2), fue abruptamente relevada de su cargo y enviada a La Haya.

El sucesor de Del Ponte, el gambiano Hassan Bubacar Jallow, subsecuentemente confirmó que el derribo del aparato “no es un caso que caiga dentro de nuestra jurisdicción” (3). Es irónico que el primer fiscal jefe del ICTR, Richard Goldstone, ha expresado su punto de vista de que el ataque al avión cae dentro del mandato de la corte y debería ser investigado. “Está claramente relacionado con el genocidio, bajo cualquier punto de vista fue el detonante que inició el genocidio y hubiera sido muy, muy importante desde el punto de vista de la justicia, desde el punto de vista de las victimas, esclarecerlo. “ (4)

Sin embargo, el ayudante del fiscal del ICTR, Bernard Muna, fue lo suficientemente arrogante acerca del asunto para decirle al consejero legal del ICTR, Kingsley Moghalu, que “después de todo, había un estado de guerra, y Habyarimana podría ser considerado un blanco legítimo” (5). Esta es una afirmación extraordinaria para una figura tan importante. El ataque con misiles fue, entre otras cosas, una violación deliberada del Artículo 1 del Acuerdo de Arusha del 4 de agosto de 1993, que afirma: “La guerra entre el Gobierno de Ruanda y el Frente Patriótico Rwandés ha terminado.”

Boutros Boutros-Ghali, el secretario general de las Naciones Unidas en el momento de la tragedia de Ruanda, enfatiza también el encubrimiento de la investigación sobre el derribo del avión: “Es un escándalo muy misterioso. Se han hecho cuatro informes sobre Ruanda: el Informe del Parlamento Francés, el Informe del Senado Belga, el Informe de Kofi Annan de las Naciones Unidas, y el Informe de la Organización de la Unidad Africana. Los cuatro no dicen absolutamente nada del derribo del avión del presidente ruandés. Esto muestra el poder de los servicios de inteligencia que pueden forzar a la gente a guardar silencio.” (6)

Basándose en las pruebas recibidas por el investigador de las Naciones Unidas Michael Hourigan, el juez francés Jean-Louis Bruguière llevó a cabo su propia investigación en nombre de la familia del piloto francés que murió en el ataque, junto con los presidentes tanto de Ruanda como de Burundi e importantes figuras del gobierno y del ejército. El informe de Bruguière es profundo y detallado. Ha entrevistado a uno de los disidentes del RPF que declararon ante el juez: Aloys Ruyenzi. Antiguo miembro de la guardia de Kagame, Ruyenzi afirma categóricamente que estaba en la habitación cuando Kagame dio la orden de derribar el avión del presidente, y nombra a todos aquellos que estuvieron presentes. La reunión tuvo lugar entre las 14:00 y las 15:00 horas del 31 de marzo de 1994 (7). El gobierno de Kagame reaccionó en su forma acostumbrada ante estas revelaciones sobre el derribo del avión: lanzó una campaña de desprestigio del informante ruandés de Bruguière, y condenó a Bruguière por ser, bueno, francés.

Complicidad occidental: ¿y que pasa con Estados Unidos?

Es más que la simple legitimidad del gobierno ruandés lo que está en juego con esta última versión de la parábola moral sobre Ruanda. El RPF no habría sostenido su guerra sin apoyo diplomático de Washington. Estados Unidos intervino para legitimar la guerra del RPF, incluso cuando las justificaciones para la misma se habían demostrado en ese tiempo que carecían de base. La primera invasión en 1990 fue diseñada, no para forzar a un gobierno ruandés reacio a permitir el retorno de los refugiados, sino para desbaratar las medidas que ya se habían tomado para acomodar a los refugiados que volvían.

Más que llevada a cabo por desertores del ejercito ugandés (los lideres del RPF ocuparon altos puestos de estado en Uganda), la invasión de Ruanda en 1990 fue una maniobra conjunta del RPF y Uganda. El presidente de Uganda Yoweri Museveni tenía un gran interés en tener un aliado en el poder al sur de sus fronteras. Lo que es más importante, quería deshacerse de su “problema” de refugiados ruandeses. El tema de la ocupación de tierras por parte de ruandeses, y sospechas sobre la influencia que los ruandeses en altos puestos oficiales disfrutaban en el gobierno de Uganda, había producida la primera crisis política de Museveni desde que tomo el poder en 1986.

Detrás de Uganda estaba su más cercano aliado y patrocinador, Washington. Hubo intervención de Estados Unidos, en la persona del secretario de estado para asuntos africanos Herman Cohen, el cual eligió no condenar la invasión del RPF ni el apoyo de la misma por parte de Uganda, sino más bien apoyar la recuperación militar del RPF tras su inicial derrota. Cohen coaccionó al presidente Habyarimana no solo para que negociara un alto al fuego con el RPF, sino para que entrara en negociaciones con él de forma que aceptara que el RFP jugara un papel en un nuevo gobierno.

En julio de 1992, Ruanda ya no tenía un régimen de partido único sino un gobierno de coalición y una nueva constitución democrática. La constitución garantizaba libertad de organización política y prohibía discriminación por causa alguna, étnica o de otro tipo.

Por supuesto, hace falta algo más que una constitución para traer la democracia, pero era un inicio prometedor y presentaba otra oportunidad para Estados Unidos de decirle a su aliado ugandés Museveni que retirara su apoyo al RPF o se enfrentara al final del privilegiado estatus de “Nuevo Líder Africano” que le había otorgado. No había nada que impidiera que el RPF hiciera campaña en busca de apoyos dentro de Ruanda junto con los otros partidos de oposición. Nada excepto el hecho de que la mayoría de la población ruandesa aborrecía y temía al RPF. Y a pesar de todo, Washington aceptó alegremente que el RPF intensificara su guerra. En febrero de 1993, el RPF violó el “proceso se paz” de Arusha con su ofensiva más dura hasta la fecha. Es posible que, si no hubiera habido fuerzas francesas alrededor de la capital Kigali, el RPF podría haber tenido éxito en la toma de poder en ese momento. La ofensiva produjo miles de muertos y el desplazamiento de casi un millón de personas, viviendo en condiciones miserables en campamentos provisionales. Esta ofensiva hizo más que ningún otro hecho para generar odio por el RPF y, trágicamente, por la población local Tutsi que se asumió estaba de acuerdo con el, en su inmensa mayoría, Tutsi RPF.

Como los grupos de defensa de los derechos humanos ayudaron al RPF

El RPF había violado el proceso de negociaciones con otra ronda de muerte y destrucción. Sin embargo, gracias al esfuerzo coordinado de grupos de defensa de los derechos humanos, el RPF volvió a la mesa de negociaciones si pedir ninguna disculpa por su propia conducta y lleno de indignación moral por el comportamiento malvado del gobierno ruandés. Un informe sobre derechos humanos se hizo público en 1993 en un momento sospechosamente conveniente acusando al gobierno ruandés de importantes violaciones de derechos humanos. Algunos de sus autores incluso lo acusaron de genocidio. El gobierno había sido responsable de atrocidades contra civiles en respuesta ala invasión inicial del RPF, y las había admitido. El gobierno hizo objeciones al sesgo intencionado del informe: los investigadores habían hecho solo un esfuerzo simbólico para investigar las alegaciones de atrocidades cometidas por el RPF, dedicando solo unas pocas horas a entrevistar a la gente, y en presencia de los soldados del RPF.

Gracias en gran medida al impacto de este informe, el RPF pudo tomar una posición de alta moralidad y usar las negociaciones como un vehículo para traducir sus ganancias militares en ganancias políticas. La intransigencia del RPF y su estrategia militar fue facilitada de forma apreciable por la cruzada sobre derechos humanos que se lanzó en contra del gobierno de coalición liderado por Habyarimana.

Pero Francia, también, jugó un papel vital en empujar al gobierno ruandés a alcanzar un acuerdo político con el RPF. Según la escritora francesa Agnes Callamard, no fue solo la presión por parte de Estados Unidos la que se aplicó a Habyarimana para firmar los Acuerdos de Arusha en 1993 – “es dudoso que Habyarimana hubiera firmado los acuerdos de paz, que le daban importantes concesiones al RPF, sin la presión y las garantías del Eliseo a través de los emisarios personales de François Mitterand, y posiblemente de representantes de la Misión Militar de Cooperación, específicamente el general Huchon y el coronel Cussac – el agregado militar francés y jefe de la Misión de Asistencia en Ruanda del ejército francés, y su asistente, el teniente coronel Maurin.” (8)

Tras prácticamente asegurar un golpe de estado en las negociaciones de 1993 – el RPF había ganado el 50 por cierto del mando del previsto ejército unificado y suficientes puestos en el gobierno de transición propuesto para bloquear cualquier cosa que fuera en contra de sus intereses – el RPF había emergido como el partido más fuerte. El principal problema al que se enfrentaba ahora eran las elecciones previstas donde su impopularidad quedaría en evidencia. Las elecciones locales en la zona desmilitarizada que fue creada al principio de la ofensiva de febrero de 1993 apuntaba en esa dirección – el RPF fue derrotado de forma masiva por el antiguo partido dirigente.

Enfrentado con la perspectiva de que el electorado ruandés lo convirtiera en un pequeño partido, y con el claro apoyo de Estados Unidos y Bélgica, parecía que los intereses del RPF solo podrían verse beneficados con una vuelta al campo de batalla. Con la prometida partida de las fuerzas francesas de Kigali en diciembre de 1993, la ruta militar a la capital era clara. Lo que necesitaba el RPF era una justificación para reanudar la guerra.

La Guerra de Ruanda estalla de nuevo

El asesinato del presidente Habyarimana mediante el derribo de su avión por un ataque con un misil puso en marcha una ronda de asesinatos de figuras políticas de la oposición por elementos de la guardia presidencial de Habyarimana de un lado, y asesinatos de miembros del anterior partido gobernante por parte del RPF del otro. Las masacres de civiles Tutsis por milicias Hutus siguieron pronto en Kigali, y después se extendieron por todo el país. Pero, contrariamente a lo que sostiene la historia convencional, las fuerzas del RPF habían iniciado su marcha mucho antes de que ocurrieran las masacres.

Peter Erlinder, el jefe del consejo de defensa para el ICTR, afirmó categóricamente en una carta al primer ministro canadiense en 2006 que la ofensiva final del RPF fue ordenada por Kagame minutos después de enterarse del éxito del ataque con misil, “mucho antes de que hubiera ocurrido ningún asesinato de civiles en represalia en ningún lugar de Ruanda” (9)

Tres años de miedo creciente, inseguridad y privación material (la mayor parte de Ruanda se encontraba en ese momento en las garras de una hambruna) llegaron a su cenit. Los ministros sobrevivientes del gobierno ruandés nombrado de forma apresurada (pero constitucionalmente) escaparon de la capital. El ejército perdió un enfrentamiento tras otro con el RPF. En estas condiciones anárquicas, la población Tutsi indefensa se llevó la peor parte del odio asesino generado por una guerra polarizada étnicamente.

El RPF ganó la guerra y tomó el poder en julio de 1994. África fue entonces testigo del éxodo masivo más grande de su historia. Aproximadamente dos millones de ruandeses huyeron y se marcharon al antiguo Zaire y a Tanzania. Estados Unidos, Gran Bretaña y Bélgica en particular se apresuraron a reconocer el nuevo régimen en Kigali.

Un número incluso mayor moriría posteriormente. La invasión por parte del régimen ruandés de varios campos de refugiados y la repatriación forzosa de los mismos, la masacre de gente desplazada internamente en Kibeho en abril de 1995, y dos invasiones de lo que se convertiría en la República Democrática del Congo por el gobernante RPF – todo esto ha elevado la cifra de muertos civiles al nivel más alto para conflicto alguno desde la Segunda Guerra Mundial. El número de ministros que abandonan el nuevo gobierno y después mueren en extrañas circunstancias sigue en aumento. La rendición de cuentas por parte del régimen ruandés por estas violaciones es suspendida por sus patrocinadores en Washington, Londres y Bruselas. Cualquiera que sea la alegación sobre estos asuntos, autoridades de estas capitales responderán que esta fue la fuerza que liberó a Ruanda del genocidio, y un apoyo continuado de occidente es necesario para asegurar que los genocidaires nunca vuelvan al poder.

La verdad tras la parábola moral

Pero los hechos son tercos. Las acusaciones de Bruguière no desaparecerán. El asunto del asesinato de dos jefes de estado es el tendón de Aquiles del gobierno ruandés. Si se prueba la responsabilidad del RPF en el derribo del avión como un movimiento planeado para hacer estallar de nuevo la guerra en Ruanda, ¿qué se puede decir de la protección diplomática dada al RPF por parte de Estados Unidos y otros poderes occidentales? ¿Cómo puede el líder de la “guerra contra el terror” – Estados Unidos – explicar su negación de los hechos sobre el asesinato de dos jefes de estado? ¿Qué podemos hacer con el mandato del Tribunal Criminal Internacional para Ruanda para promover la reconciliación mediante el establecimiento de la verdad y la eliminación de la cultura de la impunidad?

En la revista The Times Linda Melvern escribió sobre “una gran habitación en la embajada francesa en Kigali llena hasta el techo con documentos destruidos. Esta fue probablemente la pista de papel que podría haber revelado la profundidad de la implicación entre el Palacio del Elíseo y la facción Hutu responsable de la masacre de cientos de miles de Tutsis y opositores Hutus” (10). Aferrarse a la parábola moral de Ruanda y sancionar la invectiva de Kigali en contra de Francia puede funcionar por el momento. Pero los hechos – sobre el inicio de la guerra, las acciones del RPF, y el papel de la intervención occidental en un sentido más amplio en empujar a Ruanda al borde del precipicio – son tercos….

Barrie Collins es escritor sobre asuntos africanos y autor de Obedience in Rwanda: A Critical Question, publicado por Sheffield Hallam University Press en 1998.

Jesus Maria y Mariola Garcia Pedrajas son colaboradores de Rebelión. Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a los traductores y la fuente.

(1) ‘French Policy in Rwanda’, incluido en The Path of a Genocide: The Rwanda Crisis from Uganda to Zaïre, H Adelman y A Suhurke, Nordiska Afrikainstitutet, 1999, p. 178, nota 19

(2) Entrevista con Carla Del Ponte, Aktuelt, 17 de Abril 2000. Citado en Le drama rwandais : Les aveaux accablants des chefs de la Mission des Nations Unies pour l’Assistance au Rwanda, E Karemera, Ediciones Sources du Nil, 2006

(3) Bush and Other War Criminals Meet in Rwanda: The Great “Rwanda Genocide” Coverup, P Erlinder, Global Research, 20 de Febrero de 2008

(4) April 6th 1994 Attack Fits ICTR Mandate – Goldstone, Agencia de Noticias Hirondelle, accedido el 12 Deciembre de 2006

(5) Rwanda’s Genocide: The Politics of International Justice, K Moghalu, Palgrave Macmillan, 2005 p.52

(6) Second Thoughts on the Hotel Rwanda, Philpot, R, Race and History, 26 de Febrero de 2005

(7) ‘Major General Paul Kagame behind the shooting down of late Habyarimana’s plane: an eye witness testimony, comunicado de prensa de Aloys Ruyenzi, 18 de Enero de 2005 (Ruyenzi ratificó su afirmación a este autor en una entrevista en Paris)

(8) ‘French Policy in Rwanda’, incluido en The Path of a Genocide: The Rwanda Crisis from Uganda to Zaïre, H Adelman y A Suhurke, Nordiska Afrikainstitutet, 1999, p.163

(9) Open letter to Prime Minister Harper: Regarding state visit of current President of Rwanda, P Erlinder, 6 de Abril de 2006 (Copia suministrada a este autor por Erlinder. Énfasis en el original)

(10) The murky truth about France and genocide, L Melvern, The Times, 8 de Agosto de 2008

Enlace a artículo original en inglés:

http://www.globalresearch.ca/index.php?context=va&aid=9884