SOLIDARIDAD CON presidente Zelaya y EL PUEBLO DE HONDURAS. Honduras: contexto de la crisis política.


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SOLIDARIDAD CON presidente Zelaya y EL PUEBLO DE HONDURAS

Quito – Bogotá Junio 28 del 2009 Nidia Arrobo Rodas y Abilio Peña Buendía SECRETARIA DEL SICSAL

Condenamos y repudiamos el Golpe de Estado contra el Presidente Zelaya y contra nuestro hermano el Pueblo Hondureño.

Nos duele HONDURAS, su presidente constitucional secuestrado, destituido y violentamente expulsado del país; su pueblo mancillado y reprimido y sus libertades democráticas y soberanía nacional pisoteadas por grotescas botas militares aliadas al poder fáctico del gran capital.

En nuestra Patria Grande que lucha estoicamente para revertir el pasado oprobioso, no cabe argumento alguno para retornar a la barbarie de antaño; a la época tenebrosa de nuestro continente en la cual las bayonetas se impusieron sobre la razón, y los golpes de estado se sobrepusieron a gobiernos legítimamente constituidos para servir a obscuros y mezquinos intereses.

El pueblo Hondureño es el soberano, es el único que tiene derecho a decidir sobre su destino y precisamente hoy, en momentos en los cuales era consultado para conocer la voluntad popular sobre la posibilidad de reformar la Constitución de ese país, las fuerzas armadas en connivencia con los grupos de la extrema derecha oligárquica hondureña interrumpieron inescrupulosamente este proceso de consulta y en violación a los más elementares derechos constitucionales e internacionales defenestraron a su legítimo presidente constitucional.

Nuestra Red Mundial SICSAL Mons. Oscar Arnulfo Romero cuya existencia se justifica en la cristiana solidaridad con el dolor de los pueblos de América Latina, levanta su voz de protesta para condenar este golpe de Estado, golpe que no sólo afecta al noble pueblo hondureño sino que constituye una agresión a toda nuestra Patria Grande que nos esforzamos por construirla libre y soberana. Así mismo repudiamos los ultrajes de que fueron víctimas los embajadores de Cuba, Venezuela y Nicaragua, y el equipo de Gobierno del Presidente Zelaya.

Hacemos un llamado urgente a la OEA y a la ONU, al ALBA y al GRUPO DE RIO, para que interpongan sus oficios a fin de que el Presidente Zelaya pueda retornar inmediatamente y sin condicionamientos al ejercicio de la presidencia de Honduras, se restituya la paz y el estado de derecho y se de castigo ejemplar a los responsables: sepultemos la impunidad.

Como cristianos demandamos a nuestros pastores a “mantener los oídos siempre atentos al grito de dolor de los demás” y a ponerse junto a nuestros pueblos en sus justas luchas de liberación tal como lo hicieron nuestros mártires y profetas Oscar Arnulfo Romero en El Salvador y Leonidas Proaño en Ecuador.

Estamos con el Presidente Zelaya y con el pueblo Hondureño en lucha de resistencia por su dignidad.



Honduras: contexto de la crisis política

Editorial de La Jornada


Honduras vive desde hace varios días una profunda crisis política a consecuencia de la iniciativa, lanzada por el presidente Manuel Zelaya y respaldada por distintos sectores de la sociedad, de realizar una "encuesta" con miras al establecimiento de una asamblea constituyente.

El pasado miércoles, el jefe del estado mayor conjunto de Honduras, Romeo Vásquez, se negó a acatar la orden presidencial de brindar apoyo logístico durante la consulta popular –que se realiza hoy en esa nación centroamericana–, lo que provocó la destitución del funcionario y generó también la renuncia del ministro de Defensa, Ángel Orellana. En respuesta, cientos de reservistas del ejército se movilizaron desde el pasado jueves y ayer establecieron retenes en los principales accesos a la capital, Tegucigalpa. Por añadidura, la situación ha derivado en una confrontación entre los poderes establecidos en esa nación: la Suprema Corte de Justicia rechazó la destitución de Vásquez por considerarla infundada, mientras el Congreso –que ha calificado de "ilegal" la consulta de hoy– amaga desde hace días con declarar al mandatario "incompetente" para gobernar. A estas oposiciones se suman las de la Iglesia y las cúpulas de empresarios, que han llamado a los ciudadanos a no salir a las calles a fin de evitar disturbios, y acusan al actual mandatario de querer perpetuarse en el poder, si bien este señaló, en una entrevista realizada el pasado viernes, que dejará el cargo en enero de 2010 –cuando corresponde– y que sólo aspira a legar un país y una democracia con reformas, con un proceso de participación activa.

Estos hechos, calificados en conjunto como un "intento de golpe de Estado", han sido rechazados por distintas instancias internacionales como la Organización de las Naciones Unidas, la Organización de Estados Americanos y el Grupo de Río, así como por los gobiernos que integran la Alternativa Bolivariana para las Américas (Alba).

La convocatoria a una nueva constituyente no es un hecho inédito en América Latina: otro tanto ha ocurrido ya en distintas naciones de la región ante la necesidad de reformar expresiones de pactos oligárquicos, anacrónicos y discordes con las necesidades y demandas de la población. En ese sentido, lo que hoy se vive en Honduras es una repetición de lo que ha ocurrido en países como Venezuela, Bolivia y Ecuador: el rechazo y la embestida de los grupos privilegiados que buscan por distintos medios, legales o no, defender un status quo favorable a sus intereses.

Adicionalmente, la crisis política por la que hoy atraviesa la nación centroamericana es resultado de distintos procesos. Dentro de ellos destaca el aislamiento sostenido que ha experimentado el propio Zelaya en el seno del Partido Liberal –instituto político conservador que lo llevó a la presidencia en 2005–, consecuencia de decisiones presidenciales que no han sido bien vistas por la oligarquía de ese país, como el convenio petrolero firmado con Venezuela y la posterior adhesión de su gobierno a la Alternativa Bolivariana de las Américas (Alba). En los hechos, tales decisiones han desviado a Honduras –en mayor o menor medida– de su papel y su proyección histórica como punta de lanza de los intereses económicos y geoestratégicos de Estados Unidos en la región, y acercaron al gobierno de Zelaya –emanado de las filas de la derecha– a un conjunto de regímenes progresistas latinoamericanos que reivindican la defensa de la soberanía y la justicia social.

Otro elemento a considerar en la configuración del conflicto hondureño es la existencia de un movimiento amplio y creciente –integrado por organizaciones indígenas, sindicales, campesinas y estudiantiles–, que hoy por hoy constituye la principal base de apoyo a la creación de un nuevo constituyente, y cuyo respaldo a la presidencia de Zelaya ha sido decisivo en las últimas horas: de manera significativa, el jueves por la tarde, el mandatario arribó a una base de la fuerza aérea hondureña en compañía de cientos de ciudadanos a recuperar el material electoral que se utilizará en la consulta de hoy, y que había sido decomisado por los militares.

Ante tales elementos de juicio, la crisis política en Honduras es, más que consecuencia de un proyecto político personal, el producto del choque entre un poder político-económico anquilosado y vetusto y una sociedad cada vez más organizada que demanda el cambio y la ampliación de las reglas democráticas en ese país.

Otro mundo es posible.

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Leonardo Boff.

El texto de esta presentación se basa en la conferencia dada por Leonardo Boff durante el Forum Social Mundial, Belém, estado de Pará (Brasil), enero del 2009. Para saber mas acerca del tema, acceda: www.forumsocialmundial.org.br www.leonardoboff.com.br



La FAO alerta sobre la compra masiva de tierras


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Privatización de tierras fértiles
La FAO alerta sobre la compra masiva de tierras


Empresas multinacionales y países con abundante capital y escasez de tierras cultivables se lanzan a la compra compulsiva de terrenos fértiles en las zonas más pobres del planeta.


“El incremento de las compras masivas de terrenos en África y otros continentes aumenta el riesgo de que los pobres se vean desposeídos o se les impida el acceso a la tierra y el agua”. Ésta es una de las conclusiones de uno de los primeros estudios sobre la compra de enormes superficies de tierras en países de África, América Latina y el sudeste asiático por parte de grandes empresas y Estados importadores de alimentos. El informe, encargado por la Organización de la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y publicado a finales de mayo, revela que este negocio ha crecido de forma exponencial en los últimos cinco años por parte de multinacionales, empresas locales –muchas filiales de empresas extranjeras– y de Estados con superavit de capital y déficit de tierra cultivable. Las compras de tierras casi siempre están acompañadas de expropiaciones. Según advierte este estudio, las legislaciones locales no protegen el derecho de acceso a la tierra de la población, dejando que los acuerdos entre empresas y gobiernos se hagan sin transparencia y sin el consentimiento previo de las comunidades rurales implicadas.

Daewoo en Madagascar

Sin embargo, las poblaciones afectadas no siempre permanecen expectantes. Además de la larga lucha del pueblo mapuche contra Benetton en Chile y Argentina, el caso de Madagascar es paradigmático. El 10 de abril de 2009, la multinacional surcoreana Daewoo Logistic anunciaba la cancelación del proyecto de inversión agrícola en Madagascar, negociado en noviembre 2008 con el Gobierno de Marc Ravalomanana. El acuerdo preveía la concesión durante 99 años de 1,3 millones de hectáreas para la producción de maíz y aceite de palma. A cambio de inversiones en infraestructuras y mano de obra, el Gobierno de Madagascar se disponía a ceder la mitad de las tierras fértiles de la isla.


EXPULSIONES. Las compras vienen unidas a las expropiaciones.

La oposición popular y campesina no se hizo esperar. A través de una fuerte resistencia en defensa de los derechos de los ciudadanos y campesinos malgaches sobre sus tierras, la población se organizó en grupos como la Plataforma Nacional de las Organizaciones de la Sociedad Civil de Madagascar, el Colectivo por la Defensa de las Tierras Malgaches y Solidarité sur le Intervenants Foncier (SIF), que pertenece al movimiento internacional Land Coalition. Poco después, en marzo de 2009, el presidente que sostuvo el acuerdo con Daewoo, Marc Ravalomanana, abandonó el poder tras un golpe de Estado y masivas manifestaciones, en las que 100 personas resultaron muertas. El nuevo presidente, Andry Rajoelina, ex alcalde de la capital, hizo de la cancelación del acuerdo con Daewoo uno de sus principales eslóganes políticos. Actualmente, según los representantes de la plataforma SIF, el Gobierno de Andry Rajoelina no renuncia a continuar con planes semejantes, sino más bien revisar su ubicación.

El negocio de la tierra

Daewoo es sólo una de las últimas empresas extranjeras implicadas en este proceso de acaparamiento de tierras a nivel mundial, y Madagascar uno de los varios Estados del Sur amenazado por esta tendencia [ver información más abajo]. Lejos de los tiempos de la metrópoli, los Estados descolonizados viven ahora otro tipo de control sobre sus recursos, según denuncian innumerables organizaciones. La actuación de organismos como el Banco Mundial y el FMI durante las últimas décadas, forzando a países de la periferia a abrirse a los mercados mundiales, atrajo a numerosas multinacionales que ahora se benefician del negocio de la tierra y la demanda de agrocombustibles. El Banco Mundial, entre otras instituciones, defienden este modelo alegando que de esta forma se transmite dinero y tecnología a los países de Tercer Mundo. Junto a las empresas trasnacionales, los principales responsables del acaparamiento global de tierra son Estados que dependen de las importaciones de alimentos. Su crecimiento económico y demográfico junto a la escasez de recursos hídricos y agrícolas, han empujado a estos gobiernos a asegurarse reservas de alimentos a través de la compra de tierras a bajo precio en países extranjeros. Uno de los Estados más activos en la compra de tierras, según un informe publicado por la ONG Grain, es Arabia Saudí: ha comprado superficies en África, principalmente en Etiopía y Sudán, mientras que el holding saudí Bin Laden Group ha firmado en 2008 un acuerdo en nombre del Consorcio de Alimentos de Medio Oriente para invertir 4.300 millones de dólares en Indonesia, con la adquisición de 500.000 hectáreas (algo así como la Comunidad de Madrid) para la producción de arroz. China también está invirtiendo masivamente en la compra de tierras: sus inversiones abarcan dos millones de hectáreas (el equivalente a la Comunidad Valenciana) de cultivos entre el este de África, Filipinas y Asia Central. Otros países que se han lanzado a la compra de tierras fértiles son Egipto, Bahrein, diversos Estados del Golfo Pérsico, India o Japón, países generalmente con abundantes petrodólares y escasas zonas cultivables en relación a su población. En total, más de ocho millones de hectáreas han sido compradas recientemente. Corea del Sur figura en primer lugar, con 2,3 millones de hectáreas.

Cultivos para energía

La producción de agrocombustibles es una de las causas que han llevado a esta progresiva privatización. La complicidad de los gobiernos locales, otra. En declaraciones a DIAGONAL, Sue Branford, editora de la publicación Seedling de la ONG Grain, habla sobre el papel de los Gobiernos locales frente a la venta de tierras a gobiernos y empresas multinacionales: “Muchos Estados en el Tercer Mundo están siendo afectados por la crisis mundial, a pesar de que no hicieron nada para crearla. No pueden obtener crédito comercial y están siendo perjudicados por la caída de los precios. En tales circunstancias, una oferta de otro país para alquilar o comprar tierras es muy tentadora. Para nosotros puede parecer chocante que un país como Camboya, que tiene un grave problema interno de hambre, pueda consentir la venta de tierras para producir alimentos para otros países. En realidad, los países pobres se ven obligados a buscar soluciones a corto plazo, que no les traerán beneficios a largo plazo. Como resultado, muchos de estos gobiernos están facilitando la entrada de países extranjeros y multinacionales y ayudándoles a eludir los límites legales sobre la cantidad de tierra que un extranjero puede poseer”. Parece claro quién pierde en este negocio. Privados de las tierras, base de su supervivencia, decenas de miles de campesinos se ven obligados a dejar anualmente sus lugares de origen, cuando no son desplazados por la fuerza, para buscar en otros sitios, en las ciudades o como inmigrantes en los países enriquecidos, una alternativa al hambre.


Campo. Claudio Alejandro Mufarre

Los gobiernos venden o arriendan la tierra normalmente con la justificación de que nadie la habita, cuando en la mayoría de las ocasiones está habitada o utilizada durante una parte del año por familias campesinas. “Estas familias”, continúa Sue Brandford, de Grain, “a menudo se ven obligadas a unirse al éxodo rural. Cuando pierden sus tierras, también pierden su conocimiento de la biodiversidad y las plantas locales. Otra consecuencia, por supuesto, es que, en el largo plazo, estos acuerdos pueden agravar el problema del hambre en la economía local, ya que significa menos tierra disponible para las necesidades alimentarias”. Como si fuera poco, las tierras compradas se dedican a los monocultivos, un tipo de agricultura industrial, que depende en gran medida de fertilizantes químicos, plaguicidas, y maquinaria agrícola, con un fuerte impacto en los ecosistemas y los modos de vida y de subsistencia tradicionales, según denuncian las organizaciones de defensa de la soberanía alimentaria.

AFECTADOS

Los principales países afectados por este fenómeno han sido hasta ahora Sudán, Pakistán, Kazajstán, Camboya, Birmania, Uganda, Filipinas, Indonesia, Laos, Turquía, Ucrania, Tailandia, Mozambique, Tanzania, Uganda, Zimbabue, Ruanda, Zambia, Madagascar, Nigeria, Camerún, Brasil, Perú, Bolivia, Ecuador, Colombia y Argentina, todos con graves problemas de desnutrición.

EL 10% DE ARGENTINA

Según la Federación Agraria Argentina, el 10% del territorio argentino está en manos de extranjeros. El terrateniente más grande del país es Benetton, con unas 900.000 hectáreas. En algunas provincias, la hectárea puede llegar a costar ocho dólares. Personajes como Ted Turner, Richard Gere y Matt Damon, empresas chilenas, europeas, norteamericanas y países como Malasia han aprovechado el bajo precio del suelo para comprar amplias extensiones de terreno a lo largo de todo el país.

CHINA A POR TIERRAS

En la primera mitad de 2008, el Ministerio de Agricultura de China redactó una medida oficial central para alentar a las empresas nacionales a adquirir (alquilando o comprando) tierra en el extranjero con fines agrícolas, especialmente para asegurarle a China el suministro de soja a largo plazo. Se suponía que cinco empresas estatales serían escogidas para llevar a cabo el plan. A mediados de año se supo que la medida quedó momentáneamente en suspenso, según un informe de la ONG Grain.

MUCHO PETRÓLEO

En marzo de 2008, los ministerios de comercio, economía y finanzas del Consejo de Cooperación del Golfo emitieron una recomendación conjunta de que los miembros de dicho Consejo consideran establecer una empresa conjunta o un fondo común para producir alimentos en el exterior, en el sudeste asiático, Brasil y otros países árabes, para abastecer el mercado del Consejo. También propusieron crear un equipo de trabajo para monitorear los proyectos, establecer una estrategia común, según Grain.

JAPÓN EN BRASIL

En noviembre de 2007, el conglomerado japonés Mitsui compró 100.000 hectáreas de tierras agrícolas en Brasil —el equivalente al 2% de la superficie cultivada de Japón— para la producción de soja. Las tierras están en Bahía, Minas Gerais y Maranhão. Mitsui compró la tierra a través del 25% de su participación en Multigrain SA, el comerciante de granos brasileño que formalmente cerró el trato. Los otros dueños de Multigrain SA son CHS Inc, una empresa estadounidense de energía y alimentos, y PMG Trading of Brasil.

Las elecciones iraníes y la histeria mediática. La situación en Irán ha cambiado. - El golpe de Estado palaciego.


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El golpe de Estado palaciego

NAZANÍN AMIRIAN, Publico.

Cuatro años más para la facción militarista de la República Islámica, una teocracia sin partidos políticos, en la que los hombres de las distintas facciones suelen legitimar y sellar el balance de sus fuerzas a través de unas opacas elecciones regulares. El dirigente supremo, Alí Jamenei, principal respaldo de Ahmadineyad, acaba así con la única posibilidad de paliar la crisis de confianza de amplios sectores de los ciudadanos hacia el régimen y abre un preocupante periodo de desestabilización que amenaza la integridad territorial del país.

Hasehmi Rafsenyani, el rival de Jameni y padrino de Musaví, le había advertido días antes, en una carta abierta dirigida al máximo líder, de las consecuencias que podría acarrear ignorar las reivindicaciones pacíficas de cambio de los ciudadanos. En juego está la propia existencia de la República Islámica. Jamenei desoyó su advertencia. El sistema negó la solicitud de los representantes de los candidatos para estar presentes en el recuento, y acusó a las principales personalidades políticas y académicas del cuartel de Musaví de organizar una revolución de terciopelo y estar al servicio de los enemigos. Luz verde para las detenciones masivas, ya en marcha.

Mientras, Musaví advierte de que tirará de la manta, poniendo el dedo donde más duele a Ahmadineyad: cuestionar su espiritualidad y su honestidad al pedirle cuentas de los mil millones de dólares procedentes del petróleo, en una economía en bancarrota absoluta. Mientras, Netanyahu celebra su victoria: se aleja un acercamiento entre EEUU e Irán y así podrá seguir demonizando a Ahmadineyad y reclutando a la opinión publica internacional para una agresión militar contra la potencia rival.


Las elecciones iraníes y la histeria mediática. La situación en Irán ha cambiado.

Ron Jacobs, CounterPunch. Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

Ahora llegan la histeria y las mentiras en negrita. Después de las elecciones iraníes, diversos comentaristas y así llamados periodistas en EE.UU. reaccionan como si el fin del mundo estuviera al alcance de la mano. Aunque nadie sabe con seguridad y todos sólo se basan en las palabras de los expertos de la prensa occidental y en un candidato indignado, virtualmente todos los medios noticiosos de EE.UU. dicen que la reelección de Ahmadineyad es el resultado de un fraude. No ha sido verificado por ninguna fuente objetiva, ni ha habido ninguna prueba fuera de la especulación de gente de los medios que quiere crear una historia o está tan convencida de lo que consideran como la naturaleza esencialmente maligna del titular del cargo que no pueden comprender su reelección. Un buen ejemplo es un artículo de Bill Keller en el New York Times. En ese texto, se vuelve calificar una vez más a Ahmadineyad de negador del Holocausto y se denigra a los que lo apoyan como una mayoría de campesinos que odian a las mujeres y de empleados públicos que de alguna manera se han beneficiado de su patrocinio. Los partidarios del reformista liberal Moussavi son mostrados a una luz mucho más favorable.

Lo que falta por completo en el artículo de Keller y muchos otros en los medios dominantes de EE.UU. (y en revistas liberales como Nation) es algún intento genuino de analizar el carácter de clase de los diferentes partidarios del candidato y el papel que Washington juega en la percepción mediática de la política iraní. La declaración analítica más honesta de Keller en todo su artículo: “El sábado fue un día de cólera al rojo vivo, de esperanzas aplastadas y de ilusiones puncionadas, de las calles de Teherán a los centros políticos de las capitales occidentales.” Keller y sus homólogos aceptan que los deseos de las capitales occidentales, especialmente aquellos de Washington, deben ser importantes para los iraníes. Aunque esto pueda valer ciertamente para una pequeña cantidad de miembros de la clase culta y de la comunidad empresarial en Irán, el hecho es que Occidente, especialmente Washington, todavía no es muy popular en las masas iraníes. No sólo son conscientes de décadas de intervención occidental en sus asuntos, el hecho de que miles de soldados de EE.UU. sigan combatiendo en dos de los vecinos de Irán hace que Washington sea indeseable y detestado. ¿Por qué iban a hacer algo para complacerlo? Sin embargo, en las mentes de los medios noticiosos de EE.UU., lo que domina la discusión son las necesidades de Washington.

En cuando al análisis de clases, parece que Ahmadineyad, con razón o sin ella, parece atraer a la mayoría de los campesinos y obreros en Irán. Tal como Marat y los jacobinos atrajeron a los campesinos, y a los pobres de las ciudades durante la revolución francesa, mientras Brissot y los girondinos atraían a los mercaderes y a las clases educadas. El apoyo a Ahmadineyad proviene de los que necesitan pan, mientras que el de Moussavi viene de los que tienen mucho pan y ahora quieren más libertades civiles. Aunque casi indiscutiblemente las políticas de Ahmadineyad han causado tantos problemas económicos como los que han resuelto, queda el hecho de que sus partidarios creen en su llamado de la campaña de 2005 a que los beneficios del petróleo lleguen a la mesa del comedor. Las declaraciones del señor Moussavi respecto a la eventual reducción de los subsidios a los productos básicos que benefician a los pobres pueden haberlo afectado en esa demografía más de lo que reconocen sus partidarios. En un artículo del Washington Post publicado el día antes de la elección, se señaló (junto con el hecho de que Ahmadineyad ganó la elección de 2005 con un “sorprendente” 62% de los votos) que sus políticas económicas incluyeron la distribución de “préstamos, dinero y otra ayuda para las necesidades locales.” Uno de esos programas involucró el suministro de seguros para las mujeres que hacen alfombras en sus casas y que no habían tenido seguros hasta que Ahmadineyad llegó al poder. Los críticos, incluido Moussavi, arguyen que “sus políticas de prodigalidad han alimentado la inflación y derrochado las ganancias inesperadas en petrodólares sin reducir el desempleo.” Hay otros elementos en juego en este caso, incluyendo la fabulosa corrupción de ciertos dirigentes no elegidos en Irán y el papel que la crisis económica internacional juega en la economía de todas y cada una de las naciones – un factor al que Irán no es inmune. Además, la naturaleza particular de una economía islámica que mezcla el gobierno y los negocios privados crea un conflicto constante entre los que quisieran nacionalizarlo todo y los que privatizarían todo.

Respecto a lo que esto significa para las relaciones entre Washington y Teherán – seguirán por el camino que el señor Obama desee que sigan. Tel Aviv, que criticó los resultados de la elección, no habría cambiado su deseo de aplastar a Teherán no importa quién hubiera ganado. Por cierto, el hecho de que Ahmadineyad haya sido reelegido facilita a Tel Aviv la tarea de seguir satanizando a la única amenaza auténtica a su dominación de la región. El resultado neto, sin embargo, es que el presidente de Irán no tiene poder sobre el curso a seguir por la política exterior de Irán. Ese poder sigue en manos del Consejo de Guardianes y del poder legislativo. El señor Obama haría bien en continuar con sus intentos de negociar sin condiciones. También sería sabio que terminara toda actividad clandestina contra el gobierno iraní realizada actualmente. Los medios occidentales harían bien en informarse sobre la verdadera naturaleza de la política y de la sociedad iraníes en lugar de adoptar el punto de vista de que lo que es mejor para Washington es mejor para Teherán. Y de nuevo, los medios debieran considerar el punto de vista ajeno a Washington en toda su cobertura internacional.

Para la izquierda, la respuesta es obvia. La situación en Irán ha cambiado. La popularidad aparente de Moussavi y otros reformistas oficialmente reconocidos lo mostró antes de la elección. La disputa por la veracidad de los resultados de la elección lo prueba aún más. Sin embargo, ni Ahmadineyad ni Moussavi representan un auténtico alejamiento del poder de la clase del bazar y su consejo clerical designado. El deseo de más libertades civiles debe ser coordinado con la necesidad de justicia económica. Ambas aspiraciones se enfrentan actualmente. Parece obvio que sólo un movimiento izquierdista puede unificarlas en una nación dividida entre sus ciudades y su campo; su clase media y sus trabajadores y habitantes rurales. Fue el caso antes de la toma del poder de la revolución iraní por fuerzas religiosas socialmente conservadoras en 1980 y podría volver a serlo.

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Ron Jacobs es autor de “The Way the Wind Blew: a History of the Weather Underground, que Verso acaba de publicar. Su primera novela “Short Order Frame Up”, está publicada en Mainstay Press. Puede contactarse con él en: rjacobs3625@charter.net

http://www.counterpunch.org/jacobs06152009.html

El corazón de los COR y el SICSAL


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Mireia Rubio. Baula - Comité Óscar Romero de Santa Margarida de Montbui
Este primer fin de semana de junio, el corazón de las baulas catalanas junto con el resto de COR romeros del Estado Español y Europa nos hemos reunido en Madrid. Entre las cuatro paredes de una sala de reuniones, con ventanales abiertos a un jardín de recreo para los descansos, hemos compartido planes de trabajo militante, así como espiritualidad y ética para otro mundo mejor posible –parafraseando y haciendo propaganda a la vez, del foro social que se va a celebrar en el próximo mes de octubre en Sevilla http://www.forosocialsevilla.org/

Entre las tareas pendientes y las muchas inquietudes compartidas, la confrontación y la lucha permanente contra los inmigrantes ha sido una de las más destacas. Las amistades de Roma, Milán, París y Beziers, vinculadas a la red SICSAL han compartido con los comités españoles su indignación y preocupación por la creciente persecución y acoso a las personas inmigrantes en situación irregular y las asociaciones que les dan apoyo humanitario -mucho me temo que el resultado de las elecciones al Parlamento Europeo no haya hecho más que empeorar esta tendencia violenta.

Nos han hablado de los Círculos de silencio, un espacio de denuncia social y pública de situaciones que vulneran los derechos humanos de las personas inmigrantes. Hemos anotado en la agenda los deberes para el próximo curso…

Otro de los temas compartidos y que hoy no deja de alertarnos en nuestros correos con un suma y sigue de adhesiones y nuevas denuncias, ha sido la represión que se ha desatado en el Norte de Perú ante la protesta de miles de indígenas que se oponen a la exploración y extracción de recursos naturales por parte de la multinacional francesa Penneco y la española Repsol, entre otras. Los muertos ya se cuentan por decenas. Aunque las informaciones tengan que contrastarse siempre, es importante que lo podamos hacer también desde el lado menos mediático: http://www.sicsal.net/articulos/node/926

A pesar de la consternación y la rabia, ha sido por encima de todo un gran encuentro fraterno, apasionado y lleno de esperanza. Quizás porque todos escuchamos de fondo la misma banda sonora de nuestro empeño humanitario: el grito de Romero - ¡cese la represión! - o las palabras justas de Casaldáliga - maldita sea la cruz que cargamos sin amor.

Para avivar las emociones y recobrar la energía que nos ha proporcionado el encuentro, sólo tenemos que recordar los pequeños detalles: las sonrisas y los abrazos, mucho más nutritivos que las comidas o las pausas del café, ¡a pesar de caernos como gloria!; las eucaristías sin escalones ni púlpitos, porque las personas que la compartimos nos sentimos iguales y nos miramos a los ojos de frente; las risas cómplices que invitan a futuras visitas, fiestas, cánticos y manifestaciones de amor y de protesta; y, ¡cómo no!, las sábanas rosas de la cama que me ha tocado: un lugar en el que descansar y abrigarse después de un largo día; un espacio íntimo, privilegiado y pacífico desde el que dar gracias y comprometerse para levantarnos al día siguiente con la misma rebeldía.

EL FUERTE APACHE DE ALAN GARCÍA

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Ernesto Ráez Luna

El fin de semana del 5 al 7 de junio, los peruanos de bien, que somos la inmensa mayoría, hemos vuelto a conocer el horror y la angustia de comprobar lo fácil que es destruirnos entre nosotros mismos. Hermanos policías muertos. Hermanos selváticos muertos. Unos a manos de otros. Todos, pobres y marginados. ¿Quién los enredó en un abrazo asesino? ¿Quién propició los hechos de sangre?¿Por qué nadie respondió a tiempo a las numerosas advertencias del mal camino que tomaba la protesta indígena, por las intransigencias de ambos bandos? El Comercio, ayer, reporta que la Dirección de Inteligencia del Ministerio del Interior -con dos semanas de anticipación- notificó sobre preparativos para oponer violencia a la fuerza pública, en Amazonas. Pero había sólo 38 policías para enfrentar centenas, en la estación 6 del Oleoducto Norperuano. Los policías habrían sido sorprendidos a plena luz (qué extraño) y abominablemente masacrados.

He aquí una parábola que viene a cuento: Un coronel del ejército, en desgracia, recibe una segunda oportunidad en el comando. Un grupo de indios, liderados por el jefe Cochise, se ha rebelado contra los abusos del oficial de gobierno para asuntos indígenas. Ese monstruo, que los explota y viola a sus mujeres, les ha vendido alcohol y armas de fuego. El nuevo comandante envía a un capitán donde los indios revoltosos, con un mensaje: "Si regresan en paz, dialogaremos". Cochise acepta. Cochise presenta sus quejas, veraces, legales, razonables. También profiere una amenaza: "Si no recibimos justicia, atacaremos." El coronel, sediento de gloria y ansioso por reivindicarse, decide romper la palabra empeñada por el capitán, injuria al líder indio y arguye que con bárbaros no hay honor que valga. Lanza sus tropas al matadero y en la confusión de la muerte consigue lo que busca: satanizar a los indios, provocar un exterminio y quedar como un héroe. Este es el argumento del clásico del cine western "Fuerte Apache". Y es así, en verdad, sobre los cadáveres de indios y soldados mal armados y peor pagados, que se "civilizó" el Lejano Oeste. Lo mismo quiere hacer un Presidente ansioso en el peruano Oriente, en nombre de un sagrado "desarrollo".

No es necesario romperse la cabeza sobre cómo será ese desarrollo, porque sobran ejemplos a la mano. En La Oroya, el desarrollo es un contrato con una empresa espantosa, Doe Run, y la destrucción lenta de miles de niños envenenados por el aire que respiran. En el río Corrientes, son treinta años de empresas petroleras virtiendo tóxicos impunemente en el agua donde pescan y beben los nativos. En Cerro de Pasco, es la necesidad de evacuar la ciudad y ponerla en cualquier otra parte. En el Sur, donde los grandes proyectos de desarrollo avanzan sin mayor oposición (Camisea, la Interoceánica, la represa de Inambari, Sierra Exportadora), los niños del altiplano mueren de frío junto a sus alpacas, y los mineros ilegales y los narcotraficantes mandan en la jungla. Los campamentos auríferos de Madre de Dios y Puno son territorios sin ley donde miles de niños y adolescentes son víctimas de estupro, labor forzada y homicidio: Nada que valga la pena defender, ni que amerite enviar ninguna tropa. En Lima, capital del desarrollo, el caos vehicular y la contaminación del aire son atendidos extendiendo el permiso de importar autos de desecho. Entre los pueblos nativos de la selva, el desarrollo es un conjunto de leyes inconsultas y poco inteligibles, que amenaza lo único que tienen: sus territorios, la condición de su supervivencia física y cultural. Habría que estar loco o muy corrupto para no denunciar este falso desarrollo.

A quienes oponemos razones a la codicia y el desgobierno, en ejercicio de nuestros derechos, rechazando toda violencia, se nos injuria: "Perros del hortelano", "enemigos del desarrollo", "conspiradores contra el TLC". Igual, el coronel del filme llamó cobarde a su capitán honesto, estamos súper-bien acompañados (por John Wayne, gringo republicano, nada menos). Yo me pregunto si el Sr. Obama y sus demócratas verán las muertes de policías y nativos, en la selva peruana, como algo bueno para el TLC; una mejor solución que consultar la adecuación legal con los indígenas, respetando el derecho que internacionalmente les asiste. Un antecedente histórico no podría ser más ominoso: Antes que ahora, la matanza de policías e indígenas en la selva fue ejercida por Sendero Luminoso. El argumento contra los indígenas fue el mismo que ahora enarbola el Presidente: no querer civilizarse, oponerse a la imposición de una mejor sociedad, al interés nacional y al bien mayor. Entonces, deben ser exterminados.

En mi barrio, el guardia civil fue alguna vez bondadoso y amigo de los niños; recibí la noticia de la masacre de los policías con el corazón en un puño. La versión oficial es puesta en duda por varios testimonios locales. Hay amigos indígenas que todavía no son encontrados. Algo negro y pesado, como petróleo crudo, inunda el pecho. Las lágrimas, la indignación, son un pobre desahogo. Extraño privilegio, del que carecen nuestros gobernantes, de dolernos por todos los peruanos. Extraña perspectiva, ver más allá de cálculos venales, a la persona humana desnuda e indefensa, cuya vida y dignidad deben ser protegidas.

En términos concretos, no tengo dudas sobre lo correcto: El gabinete Simon debe renunciar. Pizango debe entregarse a la justicia. La hipótesis abominable, que la oposición y el oficialismo cocinaron en dupla irresponsable un baño de sangre, es muy factible. En consecuencia, una comisión independiente debe investigar qué ocurrió en Amazonas, quiénes tomaron cuáles decisiones, en qué orden cronológico, y recoger el testimonio de los demás ciudadanos de la selva, atrapados entre dos fuegos y sin nadie que quiera escucharlos. Las injurias de miembros del gobierno contra los indígenas ("bárbaros", "conspiradores", "sediciosos", "terroristas") deben cesar, porque anuncian violencia genocida: No queda nada decente que ganar. La prensa y los intelectuales debemos revelar en voz mucho más alta la verdadera historia de nuestra selva y su gente, la historia de esos peruanos que vienen resistiendo al exterminio más de quinientos años. Y unos derechos específicos de la policía deben ser instituídos, para que nadie nunca los vuelva a confundir con carne de machete.

Obama e Israel: La montaña parió un ratón


Olivia Zémor, Oumma.Com Traducido por Caty R.

Es obvio que Barack Obama e Israel nos están ofreciendo una función teatral que ya conocemos: miradas amenazadoras, fanfarronadas, ¡cuidado!, podría enfadarme…, mientras el gobierno de Netanyahu se pone intransigente. ¿Qué pasará? ¿Será Obama, por fin, quien obligará a este Estado delincuente a respetar el derecho internacional? Algunos contuvieron la respiración.

Los medios de comunicación nos hablan de la «firmeza» del presidente estadounidense. ¿De qué firmeza se trata? Todavía esta mañana, la agencia France Presse escribía: «El presidente estadounidense Barack Obama afirmó el lunes, antes de su partida hacia Oriente Próximo, la necesidad de una cierta firmeza hacia Israel con respecto a la creación de un Estado palestino y la colonización en los territorios». ¿Hemos oído bien? ¿Obama no reclama el desmantelamiento de las colonias israelíes en los territorios palestinos ocupados, ni el fin de la ocupación, ni el levantamiento del bloqueo de Gaza, ni el pago de la factura por las enormes destrucciones de la Franja de Gaza?

Obama no exige a Israel que devuelva a los palestinos lo que les robó. Ni todo ni parte. Las «exigencias» de Obama consisten en reclamar «la congelación de las colonias»: ¡ustedes no pueden construir colonias nuevas! ¿Y dónde se establecerá el Estado palestino ahora que los israelíes se han anexionado más del 89% de las tierras palestinas, incluido Jerusalén Este? ¿Qué bantustanes quiere proponer Obama?

Se atreve a representar otra vez el cuento del «pulso», el gobierno israelí juega la carta de las «concesiones imposibles» y muy «dolorosas» para conseguir que se ratifique, como de costumbre, la política de hechos consumados, ya bien ensayada, que consiste en robar, anexionar casi todo el terreno y después fingir que se detiene cuando ya no queda nada que robar.

Cada vez que se lleva a los dirigentes israelíes a una mesa de negociación, donde siempre acaban tomando una decisión «dolorosa», como Sharon con la famosa «retirada de Gaza» en 2005, se trata de una engañifa. Una manera de ganar tiempo y hacer que se crea en su «buena voluntad». Los israelíes nunca han cedido nada, ni siquiera en Gaza donde la retirada de 7.000 colonos, transferidos a Cisjordania, lejos de liberar a los gazatíes, vino acompañada del encierro desde el primer día.

Israel no ha aceptado nunca, ni por un instante, dejar el más mínimo control de sus propias fronteras a los habitantes de Gaza, ni la posibilidad de comunicarse con sus hermanos de Cisjordania. La famosa «retirada» permitió exactamente poner a resguardo a 7.000 israelíes que de esa forma no tendrían que sufrir los bombardeos que su ejército podría seguir perpetrando con total tranquilidad.

Las personas honradas también saben lo que ha conseguido enmascarar «el proceso de paz de Oslo». La opositora israelí Tanya Reinhart analiza perfectamente en su libro «Destruir Palestina» esa ostentación integral. Reinhart demostró con claridad que no solamente los israelíes duplicaron el número de colonos en Cisjordania durante los 7 años de negociaciones, sino que además en ningún momento han aceptado el desmantelamiento de los principales bloques de colonias, ni la devolución de Jerusalén Este, ni dejar la más mínima autonomía y viabilidad para un Estado palestino que ya estaría desgajado en varias partes y privado del acceso a las fronteras.

En la actualidad, la derecha israelí juega la carta de la intransigencia donde «todo depende de nosotros» y del derecho a la «expansión natural de las colonias existentes».

«Cuando el presidente estadounidense exige la congelación de la construcción, incluidas las guarderías (en las colonias), se aleja de los acuerdos entre Israel y el presidente Bush», declaró ayer en la radio pública el ministro de Medio Ambiente Gilad Erdan, un allegado al Primer Ministro Benjamín Netanyahu. «En 2004, Bush indicó en una carta que la construcción podría continuar en los grandes bloques de asentamientos de Judea-Samaria (Cisjordania), y en virtud de ese texto, Israel evacuó inmediatamente una veintena de colonias de la Franja de Gaza», añadió.

Ya conocemos esa canción: el gobierno de Netanyahu –o el que toque- hará como si cediera en ese punto (la congelación de las colonias) y todo el mundo soltará un gran suspiro de alivio.

Israel puede mantener todas sus colonias, seguir ocupando los territorios palestinos, anexionar Jerusalén, dejar en su sitio el muro del apartheid y los cientos de puestos de control, continuar haciendo la vida imposible a los millones de palestinos que viven en algunos bantustanes y seguir matando de hambre al otro millón y medio del gueto de Gaza. Por supuesto podrá seguir negando a los refugiados palestinos el derecho de retorno a su tierra y condenarlos a seguir siendo el único pueblo del mundo en esa situación, a pesar de todas las leyes internacionales que estipulan que ese derecho de retorno es inalienable.

Pero nos sentiremos aliviados: ¡Nada de nuevas guarderías en las colonias! (¿Pero quizás sí nuevas piscinas para colonos, carreteras de circunvalación o «zonas de seguridad»?).

Los israelíes habrán hecho una «dolorosa concesión» y eso es lo que cuenta ¿No? Los colonos aullarán, amenazarán… y entonces se dirá, como se dijo del carnicero Sharon convertido en un gran pacifista: «¡Qué valiente este gobierno israelí que se enfrenta a la presión de una parte de la población, de los parlamentarios y del gobierno!». Y mientras se habla de los hipotéticos hijos de los colonos privados de guarderías, Israel podrá seguir masacrando a los niños palestinos, expulsando a los palestinos, destruyendo sus casas, arrancando sus olivos, encarcelando y torturando a miles de hombres, mujeres y niños palestinos.

También podrá seguir ejerciendo su racismo sin complejos negando los mismos derechos a los ciudadanos judíos o no judíos del país sin que ningún gobierno o institución se lo impida. Los informes de investigación sucederán a otros informes de investigación cuando las masacres sean un poco más descaradas. Y se seguirá desplegando la alfombra roja ante todos esos criminales de guerra presentándolos como personas valientes que han hecho propuestas realmente ventajosas que esos terroristas palestinos no han querido aceptar.

¿Y Obama, como Clinton, nos repetirá la escena del «Hice lo que pude», pero los palestinos han hecho fracasar las negociaciones? ¿Por qué un Estado delincuente iba a obligar, por otra parte, a otro delincuente a comportarse de forma ética? Obama acaba de incrementar el presupuesto militar de Estados Unidos y de enviar más tropas a Afganistán. ¿Es así, en realidad, como emprende el camino de la paz y la justicia?

La opinión pública cada vez es menos ingenua. Ya sabe que no podemos contar con nuestros dirigentes para hacer que se apliquen el derecho de los pueblos a la autodeterminación, el derecho internacional y la justicia. Por eso debemos seguir pidiendo cuentas a Israel y considerarlo un paria mientras prosiga esta macabra representación. La campaña de boicot a Israel debe seguir ganando influencia en todo el mundo.

Texto original en francés: http://oumma.com/Obama-et-Israel-quand-la-montagne

La Caja de Pandora


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Publicado por Frente Nacional de Lucha por la defensa de los servicios públicos y los recursos naturales.


Unión FENOSA, Iberdrola, Gas Natural, REPSOL, Jaguar Energy, Duke Energy, Teco Energy, EEGSA, DEORSA, DEOCSA, la Caixa…

Cuenta la mito-logía griega que en la antigüedad existía una caja que en su interior contenía todos los males conocidos por la especie humana, incluidos algunos que aún nos falta por conocer. Pandora, a quien la caja fue entregada para su custodia, dominada por la curiosidad cometió el fatal error de abrirla y, al hacerlo, dejó escapar la codicia, la avaricia, la envidia, la mentira, el engaño, la maledicencia, la venalidad, el irrespeto, la injusticia, las prácticas políticas de derecha, los políticos y empresarios corruptos, los militares fascistoides y todos los otros miles de demonios que, desde entonces, acosan incansablemente a toda la humanidad.

Sin embargo, cuando hoy hablamos de una caja desde la cual brotan toda suerte de males y demonios, no hacemos referencia solamente a historias viejas ni a eventos extraídos desde la febril fantasía de nadie. Al parecer, está en proceso de construcción, y con paso acelerado, una versión moderna de la Caja de Pandora, quizás incluso peor aún que su antecesora mitológica, y está activa, muy activa, cuando menos en lo que se refiere a su impacto negativo y profundo sobre la realidad guatemalteca.

Nos referimos al grupo empresarial llamado Gas Natural y a sus múltiples empresas asociadas, tanto en España como en el resto del orbe. La empresa Gas Natural compró, recientemente, a Unión FENOSA y, con ello, asumió entonces las cuentas pendientes que Unión FENOSA tiene en Guatemala y en otras partes del mundo. En el caso concreto de nuestro país, esas cuentas son muchas y cada una de ellas ahora las hereda, con toda propiedad, Gas Natural. Por ende Gas Natural, a través de Unión FENOSA, desde España clava sus largas uñas en las carnes blandas del resto del mundo, Guatemala incluida.

clip_image002[9]Este poderoso consorcio, en su país de origen, se viste con un ropaje que no se corresponde, en absoluto, con el nefasto papel que ahora van a desempeñar más allá de sus fronteras, al constituirse en los continuadores naturales de la obra negra iniciada por Unión FENOSA. Su logotipo, por ejemplo, es una mariposa ecológica, con lo cual quieren significar que, como empresa, asumen cuota de responsabilidad social que les corresponde en el tema del medio ambiente. Esa mariposa, desde ya, está siendo abruptamente mancillada por las prácticas que desarrolla la nueva empresa que han absorbido: Unión FENOSA.

Allá, en España, también Unión FENOSA e IBERDROLA se pretenden vestir con el ropaje de los buenos, se cubren con una falsa máscara que las presenta públicamente como generosas autoras de numerosas obras sociales ejecutadas en beneficio del pueblo español. Si las autoridades de Gas Natural no enmiendan, cuanto antes, el rumbo emprendido en Guatemala por quienes aquí son sus antecesores en el campo energético, serán entonces copartícipes en la destrucción de un país completo y cohonestarán con su presencia la multiplicación del hambre y la miseria. También cosecharán, así, la cólera social que Unión FENOSA e IBERDROLA han sabido cultivar con tanto esmero y con tan buenos resultados.

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En todo caso, a Unión FENOSA y a su colega, IBERDROLA, aquí ya les conocemos su verdadero rostro, por muchos esfuerzos que hagan por disfrazarlo. A la inversa de cómo reza el conocido refrán popular, estas transnacionales “son candil de la casa y oscuridad en la calle”. De manera simultánea muestran dos caras que resultan antagónicas, antípodas entre sí, como ocurre con el villano de Batman. Estos consorcios pasan por la vida siendo dueños de una doble moral que emplean para dar palo impunemente en el exterior de España, pero reparten confites hacia adentro, con los que buscan endulzar su imagen pública. En España, se perfuman de rosas, pero en Guatemala hace rato que nos huelen a gas natural.

Ya va siendo hora de ponerlas al descubierto. De desenmascararlas, de evidenciarlas ante el mundo, para que se sepa quiénes son en realidad. Que las conozcan incluso en su propia casa donde, quizás, más les duela, porque allí es donde con más esmero y dedicación se disfrazan.

En lo que se refiere concretamente a nuestro país, el daño que ha causado Unión FENOSA, codo a codo con IBERDROLA, tras más de una década de operaciones, ha sido cuantioso. Aunque lo hemos denunciado con todo detalle en comunicados anteriores, conviene recordar, a manera de síntesis, los siguientes hechos concretos:

· Unión FENOSA e IBERDROLA, con la complacencia o complicidad del Gobierno de turno, estafaron al pueblo guatemalteco en 1998, al momento de comprar los activos del INDE, birlándole la suma de 149 millones de dólares, equivalentes a US$ 12 por cada habitante en el país, incluidos los neonatos. Pagaron US$ 101 millones por activos valorados en US$ 250 millones. ¡Menudo negocio!

· Han incumplido impunemente con lo que la Ley le mandata, incluidos los fallos de la propia Corte de Constitucionalidad. Simplemente se declaran por encima de la Ley, se colocan en desacato y, así, cobran a los usuarios no lo que la legislación guatemalteca les ordena, sino lo que su codicia les indica. El padrinazgo político que saben granjearse le sirve, en estos casos, de manto que les otorga plena impunidad.

· Han robado al pueblo, de manera continua y por distintas vías durante 10 años, acumulando a su favor la descomunal cifra de 4 mil millones de dólares por concepto de cobros ilegales.

· Han abusado de las facultades que le confiere la Ley, inventándose multas, alterando lecturas de medidores, actuando no como inversores, sino como pretores de cualquier imperio.

· Han solicitado y recibido plena colaboración de las autoridades públicas para desatar oleadas de represión contra las organizaciones ciudadanas que adversan su presencia en el país. Se han servido, pues, de los perros de la guerra.

· Tras diez años de operaciones, la inversión en el mantenimiento y renovación del sistema de distribución energética ha sido mínimo. Es decir, se han dedicado a cobrar a manos llenas, pero al momento de sacar un centavo de sus propios bolsillos, han sido extraordinariamente parcos.

· Han acusado penalmente ante tribunales internacionales al país que les abrió las puertas y que las recibió en su suelo, bajo el absurdo argumento de que no se les permite acumular la tasa de ganancia que nace desde sus avaricias desmedidas.

· Lo más grave es que, aunque de ninguna manera le corresponde hacerlo, han generado que se impulse una política estatal de privatización de la producción energética nacional, con el agravante de que lo harán a partir de la instalación y puesta en funcionamiento de plantas generadoras que operarán empleando como materia prima el carbón mineral, con todo el daño económico, ambiental, social y cultural que de ello se deriva.

· En el caso anterior, Unión FENOSA se convierte en la empresa que otorga las licitaciones para la construcción de las plantas carboneras, usurpando, así, un papel que debería ser competencia irrenunciable e indelegable del Estado.

Esta síntesis se basta para revelar la naturaleza real propia de este consorcio, que ahora ha pasado a manos de Gas Natural. Sólo las cinco plantas generadoras de energía a partir de carbón mineral, (de las cuales ya dos están construyéndose), serán responsables de la progresiva conformación de una inmensa nube preñada de químicos tóxicos, desde la cual se desprenderá, inexorablemente, la conocida como “lluvia ácida”, que envenenará las aguas subterráneas y de superficie, intoxicará las tierras de cultivo, destrozará los bosques, en fin, causará un deterioro ambiental cuyo costo caerá, principalmente, sobre los hombros de los sectores populares.

Eso es lo que han construido Unión FENOSA e IBERDROLA. En Guatemala urge, por ende, la declaratoria de que las operaciones de estos consorcios son lesivas para el interés nacional y que, por lo tanto, se les debe expulsar del país.

¿Será ese el rumbo que también quiere emprender Gas Natural al absorber a esta empresa?

Pero en esta nefasta trama no se conjugan solamente Unión FENOSA, IBERDROLA y Gas Natural. Al proceso depredador de nuestro país, cuyo peso principal recae sobre los hombros de los sectores populares, se adhieren otra serie de empresas asociadas con sede en España, en Guatemala o en otras partes del mundo, algunas de nuevo cuño, pero que, en la práctica, responden todas a objetivos afines y a idénticos intereses financieros:

· EEGSA, DEORSA y DEOCSA son las subsidiarias de Unión FENOSA e IBERDROLA creadas para que asuman en Guatemala el cobro ilegal de servicios.

· Duke Energy y Jaguar Energy son las empresas a las cuales Unión FENOSA otorga la licitación para la construcción, ya en marcha, de las dos primeras plantas carboneras.

· Teco Energy es otra asociada que destaca, en este caso, como la entidad responsable de acusar al Estado ante tribunales internacionales, amparada en el Tratado de Libre Comercio entre Guatemala y Estados Unidos.

· Y, al final, aparece La Caixa. Una poderosa entidad financiera catalana que resulta ser, si no la principal, cuando menos una de las principales accionistas de Gas Natural. Es decir, una de sus dueñas.

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La Caixa, que significa “La Caja”, traducido al español, es un inmenso consorcio el cual, en su condición de dueña de Gas Natural, hereda también las responsabilidades que, en Guatemala y otras partes del mundo, compete asumir a Unión FENOSA. De hecho, está a la cabeza de todo ese complejo tinglado pluriempresarial al que nos hemos venido refiriendo en estas páginas.

¿Será que quiere pasar a ser la versión moderna de “La Caixa de Pandora”?

Porque también es una de las principales accionistas de REPSOL, otra empresa española de no grata presencia en América Latina, sobre todo por su participación en la exploración y explotación minera y petrolera, temas que en Guatemala han generado enormes conflictos entre los intereses populares y los de las corporaciones nacionales y transnacionales.

La Caixa es una corporación internacional que, tanto en España como fuera de sus fronteras, realiza una importante obra social, ubicable en varios campos sustantivos. Incluso aporta recursos para numerosos proyectos que se ejecutan en Guatemala. No es razonable, por lo tanto, que lo que haga con la mano lo borre luego con el codo.

Instamos, pues, a los socios de La Caixa a que revisen y corrijan, cuanto antes, el quehacer emprendido por sus empresas en Guatemala. Unión FENOSA debe irse de aquí, pero previamente devolviendo al país los inmensos montos que ha cobrado de más.

Gas Natural, si termina de absorber a Unión FENOSA, debe enfrentar las irresponsabilidades que esta empresa le hereda.

IBERDROLA, por su parte, debe también liar sus bártulos, montarse de nuevo en La Pinta, La Niña y la Santamaría, y regresarse a su Puerto de Palos. Si no, corre el riesgo de salir a su puerto pero a palos. También devolviendo primero lo que han acumulado ilegalmente

Duke Energy y Jaguar Energy deben suspender las obras de construcción de las indeseables y dañinas plantas carboneras.

Teco Energy debe desistir en su demanda contra el Estado guatemalteco, porque con esa actitud lo que evidencia es una absoluta falta de vergüenza.

EEGSA, DEORSA y DEOCSA simplemente deben desaparecer, porque sus funciones deben ser absorbidas por el INDE y por empresas municipales.

Mientras cada una de estas demandas se consigue, aquí, en Guatemala, de costa a costa, de frontera a frontera,

¡La Lucha Sigue!