ZAPATERO Y KAGAME SUPERHEROES

imprimir

LA REUNIÓN DE LOS SUPERHÉROES EN MADRID. ¿QUIÉNES SON?

Santiago Izco Esteban

Según la Secretaria de Estado de Cooperación, el presidente de Ruanda, junto con empresarios, políticos e intelectuales de todo el mundo, viene a Madrid. Han sido convocados por Ban Ki Moon, Secretario General de la ONU. Zapatero es el elegido para co-presidir el grupo naciente, junto a Paul Kagame, el presidente Ruandés. La misión de todos, según Ban Ki-moon, será dar un impulso definitivo a la consecución de los ‘Objetivos del Milenio’. Estos son un proyecto central hace años en la ONU: Reducir las tasas mundiales de analfabetismo, enfermedades, hambre. En palabras del Jefe de la ONU: Esté será un grupo de ‘Superhéroes contra la Pobreza’.

Desde luego son Superhéroes con Superpoderes. Presidentes de países (Zapatero, Kagame), ex-presidentes (Michelle Bachelet), empresarios (Bill Gates), el economista neoliberal más famoso del mundo (Jeffrey Sachs), dueños de medios de comunicación (Ted Turner). La lista no está aún cerrada. Les une además que ya todos han ido creando iniciativas con vocación transformadora del planeta, independientemente del éxito aparente de cada una. Por ejemplo, los propios ‘Objetivos del Milenio’ (iniciativa de Bank Ki-moon con el propio Sachs, su asesor), la ‘Alianza de las Civilizaciones’ (Zapatero), la ‘Iniciativa por las Religiones Unidas’ (Ted Turner). El ‘Instituto de la Tierra’ (Cambio Climático, Población, dirigido por Sachs). La ‘Fundación Bill Gates’, omnipresente en toda África en la lucha contra las enfermedades. Turner, dueño de la NBC, es además miembro destacado del ‘Good Club’, el más conocido grupo de filántropos americanos (con Rockefeller, Soros…).

Quieren combinar sus superpoderes y unirlos para unos Objetivos concretos contra la Pobreza. Es histórico, aunque no parezcan acusarlo mucho en los medios (será por el mundial). Además, España recibe un papel central, con la copresidencia del grupo ofrecida a Zapatero, y esta primera reunión el 16 de Julio en Madrid.

Estos encuentros de poderosos parecen recordarnos a los sencillos ciudadanos que las mejoras de este mundo, las de verdad…vaya, deben hacerlas ellos. Nos despiertan al realismo: ¿No mueven el dinero, y no es todo al final cuestión de dinero?. Así que los imaginamos en sus reuniones a puerta cerrada, poseídos de su gravísima responsabilidad, ante enormes mapas del mundo, concentrados ante proyecciones económicas y sociopolíticas sobre el futuro mundial. Y esperamos su sonrisa feliz (algo cansada) cuando tras su retiro en algún hotel rodeado de policía, las cámaras del mundo reciban sus declaraciones finales. Adelantamos que comprometerán cifras inimaginables de dinero, y que nos dejarán entrever los acuerdos a altísimo nivel, la mayoría muy secretos, a que habrán llegado.

Aún no hemos dicho nada de la persona clave en el grupo. Paul Kagame. Es un hombre de moda, escalando presencia internacional. Su figura crece, desproporcionada al tamaño físico del país que gobierna, Ruanda. Fue el primer convocado. De apariencia atlética, muy alto, joven, seguro. Un luchador. Educado como militar en USA. Su pequeña Ruanda, de la que apenas recordamos ciertas imágenes de cuerpos y machetes ha experimentado un crecimiento espectacular, según dicen. Es uno de los principales receptores de ayuda, sobre todo americana, y él mismo parece el hombre fuerte tanto de los EEUU como de la ONU en África. Todos pueden contar con sus soldados para las misiones humanitarias, como en Darfur. En el AFRICOM, que es el mando militar estadounidense en ese continente (creado para la ‘estabilidad y la lucha contra el terrorismo’ allí) su ejército es la niña bonita, ellos lo entrenan. Por otro lado, las declaraciones políticas de este líder africano no dejan indiferente: Critica siempre la idea de África como el continente mendigo de ayuda.

Por eso, miren, quizá esta vez deban aplaudir y vitorear a la puerta esos grupos antisistema que siempre gritan contra las reuniones de ‘poderosos’. Porque, ya ven, esta vez…vamos todos a una. Esta vez es Contra el Hambre, contra la Enfermedad, contra la Pobreza en el mundo. Con un presidente africano y uno europeo liderando unidos la lucha más justa. Por fin.

Más aún, ante la ocasión, esos ruidosos jóvenes y nuestra calladita sociedad civil podríamos resistir la desconfianza. Reconozcámoslo, hemos desarrollado el hábito de ‘destripar’ a los ‘poderosos’, de buscar sus ocultas intenciones, asumiendo que siempre, al final, son malignas, o al menos, egoístas. ¿Y si les damos esta vez el beneficio de la duda? Vienen amparados por la ONU, incluyen a premios Nobel de la paz, presiden las mayores fundaciones benéficas del planeta. Lo sé, quizá se ponen a ello más tarde que pronto, y quizá no consigan cumplir al 100% lo que prometan. Quizá ni el 10%. Pero desde luego se unen y ‘arremangan’ juntos, por fin, y por algo bueno...

Problema: ¡Internet es una ventana tan fácil a las vergüenzas ajenas!. A una tecla de distancia (sí, he caído) comienzan las ‘sorpresas’, están todas ahí, hagan la prueba. Kagame, crecido en Uganda, llegó a la Ruanda que ahora gobierna con una invasión a sangre y fuego. Así se inició la ‘Gran Guerra Africana’ (llegó a implicar a 9 países, golpes de estado, asesinato de cuatro presidentes), la Guerra de los Grandes Lagos, que inestabiliza todo el África Central. Su grupo controla ahora toda esa vasta región, una zona llamada ‘escándalo geológico’ porque es tan rica en recursos minerales, tan rica, que de verdad cuesta imaginarlo. Él es el vencedor en la mayor guerra desde las guerras mundiales. Aunque el conflicto nunca acaba.

Insisto, sigan ustedes mismos, está todo ahí: ¡Kagame está encausado por la Audiencia Nacional Española!. ¡Junto con toda su cúpula política y militar! ¡El presidente de un país, con todo el gobierno de un país y con todos sus jefes militares buscados por la Justicia!. Por lindezas como genocidio, lesa humanidad, robo de bienes en conflicto armado, creación de organización terrorista, pillaje…y por el asesinato de nueve ciudadanos españoles. Y entonces ya no hay quien pare, como quién ha metido el dedito en el pastel prohibido. ¿Quién es en realidad Paul Kagame? ¿Por qué se le rodea de grandes hombres y se les trae como ‘Superhéroes de la Pobreza’? ¿Por qué en Julio de 2010? ¿Y por qué a España? Ya la hemos liado. Con lo sencillo que es dejar a los grandes con sus cosas, y nosotros, sencillos ciudadanos, darnos a lo nuestro, ya se sabe: Animar a la roja en el mundial, olvidar por unos días la hipoteca...

Incluso uno se pregunta qué les habrá picado a nuestros jueces, y si no nos estarán metiendo ‘donde no nos llaman’. Dicen los españoles en Ruanda que su vida allí se ha hecho difícil, que hasta al cónsul lo amenazan. Quizá Kagame y su gobierno acusado en masa están molestos. ‘Dónde no nos llaman’ (el auto del juez Andreu Mirelles) son 180 páginas (vean, vean, les garantiza esta asombrado lector que si las empiezan las acabarán). Pruebas abrumadoras y declaraciones de testigos (protegidos por anonimato, cosa comprensible). Se le acusa de haber creado (presuntamente) la mayor banda criminal de la historia. De asesinar (presuntamente) a presidentes de varios países para llevar estos al caos y hacerse con el poder. De crear con ellos (presuntamente) un régimen de terror en Ruanda. De organizar (presuntamente) la violación masiva de mujeres como arma de guerra, para provocar la huída de millones de personas de las regiones mineras del Congo. Se le acusa de (presuntamente) bombardear –literalmente- los campos de refugiados donde esa población desesperada había huido (se hacinaban todavía en esa región codiciada) y de buscar su absoluto exterminio. De realizar en fin (presuntamente) un genocidio de proporciones históricas y eliminar cientos de miles de cuerpos arrojándolos a fosas comunes, o a lagos y ríos. Testigos declaran como dio la orden de ametrallar y lanzar granadas sobre unas mil personas tras encerrarlas en un estadio de fútbol. Presuntamente. Y el asesinato de aquellos nueve ciudadanos españoles, testigos incómodos, con estas palabras: ‘Te he dicho que acabes ya con toda esa basura’

Todo siempre ‘presunto’, sí, porque la justicia internacional le ofrece un juicio justo, donde él podrá defenderse. Aunque de momento no puede ser arrestado, lo protege la inmunidad que le otorga ser jefe de estado.

El mes que viene…hay elecciones en Ruanda.

Ya ven, agenda ocupada, lucir imagen luchando con los grandes del mundo contra la Pobreza, dar la mano al presidente en cuyo país la Audiencia Nacional emite su orden de arresto, y ganar las elecciones en su país. Si aún tienen ganas, denle a la tecla, vean Uds a la oposición agredida y encarcelada, a exiliados acallados a balazos en otros países, a periodistas y dirigentes de organizaciones de derechos humanos asesinados… ¿Ven? Basta meter unos pocos nombres en su buscador favorito (activista de derechos humanos congoleño Floribert Chebeya, periodistas ruandeses Jean Leonard Rugambage y Gasasira, joven ruandés Mani Uwimana, abogado americano Peter Erlinder, candidata de la oposición Victoire Ingabire, general huido de Ruanda Nyamwasa)…y luego no se asusten.

Y sigan por John Lasker (por ejemplo, ‘siguiendo un rastro de minerales…’). Y por los Informes de paneles de expertos de la ONU sobre el ‘saqueo’ de minerales estratégicos en 2001 (informe S/2001/357), 2002 (S/2002/1146) y 2009 (“La Explotación Ilegal de Recursos Naturales y otras Riquezas de la República Democrática del Congo 2009”), que responsabilizan todos a Kagame, a su propia red de empresas, y a más de 200 empresas extranjeras. Hablan del trabajo esclavo de niños y campesinos en las minas, a punta de pistola. Y del tráfico de armas en la zona. Seguro que algunas de estas empresas multinacionales les suenan.

Estoy inquieto. ¿No saben Ban Ki-moon, Ted Turner, Bill Gates, Zapatero, quién va a ser su compañero? Ban Ki-moon debe saberlo, porque el juez español señala que ha denegado (ilegalmente al parecer) enviar pruebas cruciales que oficialmente tiene la ONU en su poder, sobre el saqueo ‘empresarial’, y sobre el asunto aquel tan vergonzoso del exterminio de los refugiados. ¿Por qué acepta que uno de los generales acusados siga en un alto puesto en la misión de los cascos azules en Sudán?

Extraño papel el de la ONU en aquellos años 96 y 98, negando literalmente al mundo la existencia de aquel millón de personas que se hacinaba en los campos. Luego, cuando Emma Bonino de la Unión Europea, desencajada por el horror silenciado, grita al mundo el ‘error’ del ACNUR, estos declaran el cierre inmediato de los campos (y por tanto la ayuda) y comienzan a forzar su repatriación (¿eso es legal?). Repatriación, es decir, su salida de la valiosa tierra disputada, su vuelta forzosa a los asesinos de los que huyen. ACNUR ofrecía una recompensa de 10 dólares a los congoleños que entregasen a los refugiados que encontrasen huyendo por su selva.

Extraña la nula repercusión que ha tenido, bajo mandato de Kofi Anan y de nuestro Ban Ki-moon, las conclusiones de sus propios paneles de investigadores sobre el Saqueo del Congo. Estos, tras años de recopilar pruebas, denunciaron en 2004 a aquellas empresas en su propia Secretaría General, pero luego, de golpe, todas fueron exoneradas. Y por allí siguen. Extraña el papel de los medios de comunicación internacionales, que silencian un holocausto solo comparable con la Shoah judía.

Extraña el papel de la administración americana (La Administración Clinton primero, Bush después) que hizo oídos sordos incluso al análisis que presentó el 6 de Abril de 2001 en el Congreso norteamericano Cynthia Ann McKinney, nada menos que la entonces congresista en la comisión de Política Exterior, y enviada oficial a la zona. Se titulaba ‘Acciones encubiertas en África: Una pistola humeante en Washington DC’. Dimitió. Ahora ofrece su testimonio a nuestro juez.

Llega uno a pensar que quizá Kagame, educado y entrenado en EEUU, es efectivamente el nuevo ‘hombre fuerte’ de algunos Gobiernos Occidentales en África (vean quién es su asesor y relaciones públicas, sorpresa…Tony Blair). Que quizá es el nuevo puño de hierro ‘capaz de hacer lo necesario’ para el nuevo dibujo de África que se deseaba en aquellos 90, caído el bloque del Este, perdido el interés de Francia, preocupados (fue la histeria de los 90) por el ‘agotamiento’ de los recursos, y por la creciente influencia allí de China (pregunten a cualquier Congoleño sobre la muerte de Laurent Desire Kabila)

O quizá es peor. A lo mejor ocurre que hay personas tan aburridas de tanto dinero y tanto poder que ya solo les excita eso de la ‘Real Politik’, y juegan a ella como niños, pero en tableros muy reales: Cambiar presidentes y fronteras, comprar y vender países, regalar a los amigos nuevos mercados donde vender sus armas o recoger materias primas. Quizá en su juego utilizaron a un psicópata local (hay siempre un Hitler disponible en cada época y lugar) mientras se mantenían con emoción en la sombra, excitados pero sin mancharse las manos.

Si es así, a lo mejor hay gente blanca, limpita y civilizada sorprendidos porque su general favorito se les ha ido de las manos, y porque a un juez español le importe. ¿Crearon a un Hitler y esperaban que se comportase?. A lo mejor sienten que abrieron la caja de Pandora y ahora no pueden cerrarla, no saben cómo, y que sería embarazoso y poco rentable. Quizá, todos juntos, de la mano, prefieren huir hacia delante, seguir ocultándolo todo. Tienen los medios.

Ocultar en áfrica es acallar a quién habla (qué interesante los análisis de la situación que hacía Joaquim Vallmajo, uno de los españoles asesinados, siempre escribiendo a España ‘para que se sepa la verdad’). Ocultar aquí es más fácil, basta seguir haciendo películas sobre odios tribales y machetes, o conmover nuestros corazones con frecuentes envíos de ‘ayuda’. Y pienso, un poco inquieto, que quizá mentirnos es fácil, sobre todo, porque preferimos no saber. Este ciudadano que les habla ya duda si debió hurgar, si debió mostrar. Quizá nos encanta nuestro papel en la historia, el de consumidores ignorantes y felices (o no) de lo que allá ‘abajo’ roban –con violencia- para nosotros, y de lo que –para nosotros- fabrican con esclavos.

Y me pregunto quién compró y a qué precio el coltan de este ordenador en que tecleo. Quién hizo para mí las piezas del ratón. Quién sostiene y a qué precio, la ‘calidad de vida’ de Occidente.

Y pienso, aún más inquieto, en aquellos buenos ciudadanos austriacos y alemanes, paseando por sus hermosas ciudades sin preguntarse por qué desaparecían los judíos, o a dónde los llevaban los camiones.

Y me pregunto quiénes, quiénes son estos ‘Superhéroes contra la Pobreza’, y por qué nos dirán que hay que mandar a África mucho dinero, y comida, y muchos cascos azules.

España, mientras, ha dejado de ser el séptimo productor mundial de armas. Ahora ya es el sexto. España participa en el AFRICOM, mano a mano con los americanos que lo dirigen, entrenando a las élites de militares africanos, al parecer, para que sean buenos y mantengan allí “la paz”. La nuestra.

Y me pregunto por qué la Unión Europea no considera necesario mandar observadores a las elecciones en Ruanda, cuando a día de hoy ya se oyen disparos y granadas, y la oposición no puede ni registrarse. O por qué es recibido Kagame con honores por Sarkozy, cuándo un juez francés también lo requiere por asesinato. O por qué nuestras empresas se sienten atacadas ante campañas como ‘Publiquen lo que Pagan (En África)’.

Me pregunto si realmente están tan lejos aquellas mujeres que los soldados de Kagame están violando en este instante. Si están gritando de terror y si huyen de su tierra amada. Me pregunto cómo puede librarse en silencio una guerra en la cocina, si en realidad afecta a toda la casa.

Me pregunto si debí plantear ‘por qué huiste a Europa’ al congoleño que vendía en el barrio ‘La Farola’ y que ya repatrió la policía.

Y sobre todo me pregunto por qué callamos. Por qué traen a Kagame aquí y callamos, por qué vienen esos ‘grandes’ con él, qué le deben, qué les debemos. Por qué fundan nuevas religiones y abanderan la lucha por el Planeta. Y por qué, por qué se disfrazan precisamente de ‘Superhéroes contra la Pobreza’.

Quizá todos debamos quitarnos los disfraces y las máscaras. Y abrir los ojos. Y avergonzarnos.

Señor Presidente, no se preste. Apoye realmente a los pobres. Mejor dicho: Empobrecidos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario