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30 Años siguiendo la huella humanitaria de Monseñor Óscar Romero
Mireia Rubio, Baula-COR
Por todo el mundo, esta semana, se está conmemorando el treinta aniversario del asesinato de Monseñor Óscar Arnulfo Romero, el arzobispo de San Salvador que fue asesinado el 24 de marzo de 1980 por un escuadrón de la muerte de ultraderecha, en El Salvador. Tanto en Cataluña, como en el resto del Estado Español, al igual que están haciendo en muchos países de la América Latina, los comités Óscar Romero compartimos estos días el recuerdo y el testimonio de un gran hombre, que fue más allá de un carismático líder religioso, un gran defensor de los derechos humanos, que se convirtió en la "Voz de los sin voz".
La trayectoria de Romero se enmarca en uno de los periodos más convulsos en la historia de su país y en general de la América Latina. Entre 1966 y 1980, el incremento de movimientos comunistas de campesinos en toda Latinoamérica (que se vio favorecido sin duda por el ejemplo de la revolución cubana del 59) y el compromiso de un sector importante de la Iglesia Católica con los más pobres, iniciado en el Concilio Vaticano II, chocaron de pleno con unos gobiernos opresores, surgidos a menudo de golpes de estado y apoyados en buena medida por Estados Unidos.
Monseñor Romero defendía los derechos humanos en medio de una terrible represión militar y dictatorial que casi a diario masacraba las manifestaciones de obreros, campesinos, estudiantes y maestros que pedían justicia y libertad en las calles de San Salvador. Fue considerado uno cura comunista y enemigo por los sectores de la ultraderecha que lideraban militares en retiro, grandes capitalistas y políticos anticomunistas.
El 23 de marzo de 1980, el domingo antes de su asesinato, Romero hizo un llamamiento a las bases del ejército y de las fuerzas de seguridad salvadoreñas: "En nombre de este sufrido pueblo, cuyos lamentos suben hasta el cielo cada día más tumultuosos, los suplico, los ruego, los ordeno en nombre de Dios: ¡Cese la represión! ".
Al día siguiente, fue a dar una misa al Hospital "La Divina Providencia". Estaba en el altar de la capilla del hospital cuando un francotirador le disparó al pecho y le revento el corazón. El arzobispo murió al acto, pero su voz y su ejemplo se extendieron, juntamente con su testimonio y su grito.
Coincidiendo con esta efemérides, la red mundial SICSAL (Servicio Internacional Cristiano de Solidaridad con los pueblos de América Latina "Óscar Arnulfo Romero") se ha reunido en San Salvador con motivo de la asamblea anual. Uno de los principales actos será la presentación del libro electrónico Romero 30 años después elaborado con la participación de todos los comités y que en breve se publicará en Internet.
Y es que hoy, 30 años después, el compromiso de Romero continúa haciendo latir muchos grupos defensores de los derechos humanos.
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