Anticooperación Financiera en los países del Magreb

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Si la opinión popular asocia la cooperación internacional a los recursos que se movilizan desde el Norte en favor del Sur, resulta intuitivo definir lo contrario, la anticooperación (1), como todo aquello originado en el Norte que interfiere negativamente sobre el buen vivir y el convivir de los pueblos del Sur. La anticooperación como contrario a la buena cooperación entre las sociedades del Norte y del Sur. Este nuevo concepto elaborado por David Llistar del Observatorio de la Deuda y la Globalización, no pretende ser otra cosa que englobar todo aquello que se puede dejar de hacer para poder transformar el sistema de ayuda internacional, que ha perdido su sentido versus los instrumentos transnacionales de lo que se trataran en este artículo que generan pobreza, destruyen ecosistemas y violan derechos humanos.
Desde esta perspectiva conviene preguntarse (ahora que las relaciones Norte-Sur en el Mediterráneo están al orden del día) como se interfiere en los países del Magreb, y con qué grado de impacto.

La anticooperación se divide en nueve esferas, que se pueden observar en el mapa a la izquierda de las cuales en este artículo solo daremos el ejemplo de una de ellas: la esfera financiera. El artículo hace un estudio sobre tres países del Magreb (Marruecos, Argelia y Túnez) En concreto se mostrará el ejemplo de Marruecos, ya que es el que evidencia más nítidamente lo que se quiere explicar. En todo caso al final del artículo se hace una conclusión y se expone lo que ha sucedido en toda la región.

Para exponer como se produce la anticooperación financiera en el Magreb se parte de la variable de transferencias netas de deuda (TND). Las TND se obtienen del resultado de restar la entradas de nuevo crédito que obtiene un país del exterior menos lo que se denomina servicio de la deuda, que es lo que se tiene que pagar de créditos anteriores (pago del principal e intereses de la deuda ya adquirida). Si el resultado es negativo, significa que sale más dinero del que entra, en forma de crédito, en el país. En ese caso, el país está pagando más en créditos recibidos de años anteriores de lo que ha recibido como crédito nuevo.

En base a esta variable, en un primer momento se comparan la TND con el stock (el importe que se debe) y el servicio de la deuda (su pago) para hacer una evolución de la deuda. En segundo lugar se analiza esta variable de estudio con la ayuda como donación (es decir sin incluir nuevo crédito que se contabiliza como ayuda) (2). Estas variables nos permiten evaluar si existe o no anticooperación financiera.

El caso de Marruecos se constata claramente que desde hace más de dos décadas las transferencias netas de deuda pública son negativas. Es decir, que en los 20 últimos años las administraciones públicas marroquíes han pagado más en créditos adquiridos en el pasado que el nuevo crédito obtenido en el exterior.
En este período coincide que las TND han estado por debajo de la ayuda libre de deuda (ayuda en la que no se contemplan nuevos créditos). Esto quiere decir que hace más de 20 años que las administraciones públicas marroquíes reciben menos en concepto de ayuda al desarrollo que lo que les cuesta conseguir créditos en el exterior. A más, aunque paguen la deuda, esta no para de crecer.

Para poder entender todo este proceso que se describe en un solo gráfico se tiene que hacer un breve repaso de la evolución económica del país para ver como han evolucionado las transferencias netas de deuda y por qué desde hace 20 años son negativas.

La década de los 70 es un período donde las TND públicas son positivas ya que es cuando se empieza a dar créditos para dar sitio a la obertura económica (mirar grafico). Se dan inversiones dirigidas a la industria y al desarrollo del turismo. Se producen los primeros acuerdos con la UE (en 1976) que no se cumplirán debido a la crisis del petróleo y la guerra con Argelia, entre otros factores.


En cambio en la década de los 80, es un período de aplicación de los Planes Ajuste Estructural (1983-1992). Tal y como muestra el gráfico, las TND y la Ayuda libre de deuda tendrán fluctuaciones muy variables debido a los cambios producidos en la economía marroquí.

En los años 90 las políticas económicas de Marruecos llevaron a la estabilidad macroeconómica del país, por no suficiente como para estimular el crecimiento y reducir el paro. Se emprendió un programa de reestructuración económica con la aplicación del Plan de Ajuste Estructural, con la liberalización del sistema financiero (1994) y la privatización de las telecomunicaciones (3), agua y energía. Como también la reducción del gasto público y la reforma del mercado laboral y la reforma en el 1995 del código de inversiones. Actuaciones que fueron “elogiadas” por organismos internacionales como el FMI y el Banco Mundial, y que llevaron a la confrontación frecuente de sindicatos y gobierno, y la consolidación de un sistema precario cada día más pobre. El dinero obtenido por estas reformas fue directamente para pagar deuda en detrimento del gasto público para el desarrollo de la sociedad marroquí. A partir de esta etapa las TND serán siempre negativas. En esta etapa también se firmó el Acuerdo de Asociación con la UE (en 1996) que incluía la libre circulación de mercaderías y capitales. Desde entonces la UE es el socio principal comercial del país (teniendo cerca del 75% de las exportaciones de Marruecos y que proporciona un 60% de sus importaciones). Francia representa aproximadamente una cuarta parte de las importaciones del país y un tercio de sus exportaciones. En el caso de la agricultura, los efectos de una sequía que se produjo el año 1999 comportaron unas fuertes consecuencias en la economía marroquí, ya que es un sector clave. Se produjo una desaceleración económica en 1999 por la sequía y después un crecimiento del 6% en 2000 gracias a las lluvias.

La estabilidad macroeconómica juntamente con el crecimiento económico relativamente lento caracterizaron la economía marroquí desde 2000 hasta 2005. El gobierno introdujo una serie de importantes reformas económicas en este período. La economía continuó siendo excesivamente dependiente del sector agrícola (13% al 20% del PIB). El 36% de la población marroquí depende directamente de la producción agrícola. La deuda externa se situó cerca de los 19 mil millones de dólares en 2002 (4), pero gracias a las fuertes divisas y una gestión activa de la deuda externa (“gracias” a las privatizaciones) que permitieron pagar la deuda. El gobierno continuó con la liberalización del sector de las telecomunicaciones en 2002, así como las normas de exploración de petróleo y el gas. El año 2003 el gobierno funcionó gracias a lo ingresos de las privatizaciones. En este periodo aunque la economía marroquí tuvo crecimiento, no redujo la pobreza.

Durante estos últimos diez años se firmaron diversos tratados. En el año 2004 se firmó el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos (establecimiento de zonas francas) y el Acuerdo de Agadir (establecimiento de una zona árabe de libre comercio, para cumplir con las normas requeridas de origen para poder exportar al mercado europeo). Más adelante, en 2008, se firmó un Estatuto avanzado con la UE parecido al estatus turco con Europa. Todos estos acuerdos han comportado un creciente endeudamiento, por el aumento de préstamos, cosa que hace que las TND empiecen a aumentar hasta ser positivas. No obstante, no se puede decir que esto haya supuesto una mejora en el desarrollo de la población marroquí.

Expuesto el caso de Marruecos se puede afirmar que en el estudio llevado a cabo en Argelia y Túnez se pueden distinguir tres etapas parecidas pese a los diferentes procesos y evoluciones de sus economías. En la primera, durante los años 70, las economías recibieron créditos para poder “modernizarse” y dar paso a un proceso de industrialización. En la segunda, que va de los 80 hasta 1995, se aplicaron los Planes de Ajuste Estructural (en Marruecos en 1983, en Argelia en 1994, en Túnez en 1986) debido a períodos de crisis, abrieron sus economías al mercado libre para tener un crecimiento más rápido y poder pagar la deuda de la etapa anterior (crecimiento que ha quedado constatado que no ha ido ligado a desarrollo). La tercera etapa integraría 15 años, en que se ha continuado con la apertura del mercado con la firma de Acuerdos de Asociación, zonas francas, áreas de libre comercio con EE.UU y la UE. Esta última etapa ha acabado de consolidar una economía aún más débil y dependiente e incapaz de proporcionar desarrollo; por un lado, con un continuo crecimiento del stock de la deuda imposible de liquidar aunque no se haya parado de pagar; y por el otro, una total dependencia en las relaciones comerciales y las exportaciones con el Norte. En los tres casos vemos como estos tres países se ven obligados a cumplir con las reglas impuestas por las organizaciones internacionales financieras; regidas por las oligarquías del Norte y apoyadas por las oligarquías del Sur. Así pues, se puede afirmar y evidenciar que existe anticooperación financiera desde el Norte hacia sus economías. En este sentido podríamos decir que tan sólo en el caso que se revertiera esta situación sería posible restituir la justicia económica y tendría sentido afirmar que el Norte esta cooperando realmente con el Magreb.

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Notas:

(1) Llistar, D. Anticooperación. Interferencias Norte-Sur. Los problemas del Sur Global no se resuelven con más ayuda internacional. Barcelona: Editorial Icaria, Col. Antrazyt, 2009

(2) Los créditos se pueden contabilizar como AOD si se dan mejores condiciones que la de los mercados financieros.

(3) El programa de privatización cobró impulso el 1999 y 2000 con la venda de una participación del 35% a Marroc Telecom (MT), el proveedor de telecomunicaciones. Marruecos fue uno de los primeros países árabes en iniciar un programa de estado vendiendo empresas, con 114 empresas identificadas para la venda en 1993.

(4) OUAZZANI Aicha,N. Kamal, L.Zakia, S. Loubna. 2005/2006. Opportunités et défis d’une zone de libre-échange. Cas de l’économie marocaine. Universite Moulay Ismail. Meknes. Marroc.

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